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Vacunar a nuestras mascotas, sean perros o gatos, o cualquier otro animal doméstico, es una de las herramientas de prevención más importantes para protegerles. Así, al igual que nosotros, que seguimos un calendario de vacunación estricto, nuestros compañeros de cuatro patas también necesitan recibir dosis de diferentes vacunas para evitar enfermar por diferentes agentes infecciosos. Y, como decíamos, los gatos, al igual que los perros, tienen que vacunarse.
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¿Qué vacunas necesita un gato?
Como nos explica Diana Palacios Robles, Veterinaria especialista en medicina felina de AniCura Asturpet Hospital Veterinario, "la vacunación se convierte en una herramienta fundamental para intentar mantener el buen estado de salud de nuestro gato en todo momento". Y es que, como añade la especialista en veterinaria, no siempre es fácil detectar que nuestro gato se encuentra mal. "Son animales más reservados y tímidos. Y, debido a que mostrar debilidad puede convertirlo en presa fácil, los gatos siempre intentan esconder los signos de enfermedad". Con las vacunas podremos, al menos, darles la oportunidad de defenderles de algunas enfermedades infecciosas.
“Las vacunas que ponemos con mayor frecuencia en las clínicas veterinarias son la vacuna trivalente felina (vacuna contra el herpesvirus, calicivirus y panleucopenia felina), a veces acompañada de la vacuna contra la chlamydophila felis, y la vacuna contra la leucemia felina”, explica Diana Palacios. “La vacuna contra la leucemia felina la recomendamos en todos los gatos negativos cuando son jóvenes, y sólo revacunamos si el animal tiene riesgo de contraer la enfermedad, como es el caso de gatos que salen a la calle o gatos que puedan tener contacto con otro gato positivo” añade la veterinaria. Respecto a la vacuna de la rabia, solo es necesaria en algunas comunidades autónomas y si viajamos al extranjero con nuestro minino.
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¿Cuándo hay que vacunarles?
Dependerá de su estilo de vida y de la edad del gato. También de la zona en la que vive. Por ello, señala la veterinaria, debe ser el veterinario quien decida qué vacunas ponerle y cuándo. Si se trata de un gato adulto, se suele optar por desparasitarle primero, puesto que si tiene parásitos puede ser que su sistema inmunitario no trabaje bien y que la vacuna no sea completamente efectiva. Si el gato es joven o lo adoptamos desde cachorro, lo ideal es desparasitarlos tan pronto como sea posible y empezar la vacunación a partir de la octava semana de edad.
Por otro lado, la veterinaria también recomienda realizar antes una prueba de leucemia e inmunodeficiencia para conocer su estado actual de salud, proporcionarle los cuidados adecuados y no administrarle vacunas innecesarias.
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¿Hay vacuna para el llamado 'sida' felino?
En España, alrededor de entre un 1% y 5% de los gatos podría vivir con el Virus de la Inmunodeficiencia Felina (VIF). Sin embargo, algunos estudios epidemiológicos sugieren que la prevalencia de la patología podría ser mayor (15%).
El VIF, de la misma manera que el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en los humanos, es una enfermedad que afecta al sistema inmune de los gatos, debilitándolo progresivamente y favoreciendo la aparición de infecciones como otros virus, bacterias y parásitos. Se trata de una enfermedad felina, que no se puede transmitir a sus dueños. Además, en la actualidad, se sabe que se trata de una "enfermedad importante" pero que los gatos que la padecen pueden vivir muchos años con los cuidados adecuados. No es necesario la eutanasia. Pero sí podemos evitar que nuestra mascota la contraiga.
El llamado 'sida' felino se contagia muy fácilmente cuando un gato tiene esta enfermedad. La principal vía de transmisión son los mordiscos, puesto que el animal posee una gran carga vírica en la saliva. Pero también se pueden contagiar compartiendo espacio, bebederos, comederos, acicalándose, etc. No existe un tratamiento que acabe con la infección del virus. Por lo que el objetivo es procurar que un gato infectado no contraiga otros virus. Desafortunadamente, en España no hay vacuna para prevenir el VIF, pero sí medidas que pueden reducir la posibilidad de contagio.
¿Cómo proteger a mi gato del VIF si no hay vacuna?
Estos son los consejos que nos da Diana Palacios:
- Controla las salidas al exterior de tu gato: salir es bueno para nuestros gatos, por lo que hay que tratar no restringir sus salidas, pero sí controlarlas.
- Esteriliza a tus gatos, especialmente si son machos: la principal vía de contagio son los mordiscos que reciben nuestros gatos cuando se pelean con otros. La mayoría de las peleas se producen durante la época de celo y en ella suelen intervenir más los gatos que las gatas. De hecho, por este motivo, el VIF es más frecuente en machos que en hembras. Si optamos por castrar a nuestra mascota se reducirá el comportamiento agresivo de nuestro gato y sus ganas de salir a la calle. En relación con el punto anterior, la mayoría de las peleas se producen por la noche, así que si tu gato sale al exterior procura que duerma en casa.
- Si vas a tener otro gato más, hazle un análisis: sobre todo, debemos de tomar especialmente precauciones, si decidimos adoptar a un gato directamente de la calle y realizar las analíticas adecuadas.
- Utiliza un comedero y bebedero para cada gato: la carga vírica del virus en la saliva es muy elevada. Es recomendable que, en caso de que tengamos varios gatos, cada uno de ellos cuente con su propio comedero y bebedero para evitar el contagio de todos los miembros de la colonia
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