Cuando la casa se ve envuelta por la llegada de un nuevo perrito empieza a ensombrecernos la duda de cuánto tiempo perdurará su existencia. Que los perros tengan una media de vida de 10 años es doloroso si tenemos en cuenta que nuestra mascota no podrá estar ahí cuando nuestros hijos crezcan y la vida siga. Es la crónica de un dolor anunciado que a muchos dueños les hace rechazar volver a tener una mascota cuando ésta muere.
Tratando de paliar este sentimiento de pérdida sobrevuela la opción de clonar a la actual, no solo para que físicamente sea bastante similar, el objetivo realmente es tratar de conseguir que mantenga un carácter lo más parecido posible al original y que, aunque con una dosis de incertidumbre razonable, sea como mantener la misma mascota a través de las décadas.
En una tesitura similar se vio Barbra Streisand cuando en 2017 reconoció que había encargado dos clones de Samantha, su coton de tulear (una raza muy similar al bichón maltés) que murió a los 14 años. De esta clonación surgieron Miss Scarlett y Mis Violet. Ambas partieron de células extraídas de la boca y el estómago de su predecesora.
Cuanto pudieron costar Miss Scarlett y Mis Violet
Lo que le costó la clonación de sus perritas a Barbra Streisand no es un dato público y al haberse realizado esta clonación hace cuatro años es muy probable que el precio fuera muy superior a lo que ahora se podría pagar, los procesos y las empresas de clonación de animales están desarrollándose con mucha velocidad y de un año para otro el precio puede variar significativamente.
Existen empresas afincadas en Corea del Sur y Estados Unidos que ya ofrecen estos servicios, sin embargo no todos los bolsillos pueden hacer frente a un gasto así. A priori el coste puede ascender a un mínimo de 50.000 euros si se trata de un perro, la mitad si es un gato, y alrededor de 2.000 por conservar los genes de nuestra mascota por si en un futuro queremos emprender este cometido.
La empresa de referencia de la clonación de mascotas y demás animales está en Estados Unidos y se llama Viagen Pets, ofrece la clonación de todo tipo de animales, no sólo con objetivos emocionales sino también para mantener otro tipo de facultades, como es el caso de los caballos, que pueden llegar a tener un coste de los 100.000 euros. En España también existen empresas de clonación animal, pero como en el caso de Viagen Pets, su campo es el equino.
Para realizar la clonación de nuestro perro o gato es necesario disponer de tejido vivo del animal, es decir, que no podríamos realizar este proceso si ya hemos cremado a nuestra mascota. Se realiza una biopsia, extrayendo una cantidad imperceptible de materia orgánica y se almacena en unos tanques especiales de conservación. Cuando el proceso de clonación se inicia se deberá abonar la mitad del pago y cuando el clon nace se paga la otra mitad.
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¿El clon es exactamente el mismo perro?
Aunque la clonación persigue el objetivo de duplicar un ser vivo y generar una réplica fiel a la original lo cierto es que este fin no se consigue de forma completa. Streisand no deseaba cualquier otro coton de tulear, quería que sus réplicas fueran idénticas tanto en su aspecto como en comportamiento a la Samantha original, sin embargo este objetivo no es posible.
Los animales clonados pueden mantener bastante similitud física al original, en el plano físico la probabilidad de que parezca el mismo animal es muy alta. Sin embargo su carácter nunca será el mismo pues las condiciones que se dan para que un animal se comporte de una forma u otra no tienen tanto que ver con las células de su formación como de los procesos de generación neuronal y de aprendizaje que experimente el nuevo ser. Por decirlo de una forma sintética: el comportamiento de un animal no lo marca su formación como embrión sino la arbitrariedad de su configuración neuronal y su vivencias desde el nacimiento.
Desde un punto de vista técnico y económico clonar animales no es una práctica demasiado justificada en tanto que el coste es enormemente alto y las garantías de que el animal sea “el mismo” son nulas. Sí tiene un importante valor sentimental saber que ni siquiera se trata de un hijo, sino que es una réplica genética del original, sin embargo que sus genes sean los mismos no garantiza que aquello que le hace socialmente único se perpetúen, y precisamente la riqueza del desarrollo orgánico de los animales hace que aun siendo idénticos genéticamente, puedan ser muy diferentes en su relación con el medio.
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¿Es legal clonar a nuestra mascota?
Cuando surgió en los medios de comunicación la información de que la oveja Dolly había sido el primer animal en ser clonado empezamos a debatir sobre las implicaciones éticas que esto tenía. Más allá de la posibilidad técnica de realizar una clonación las expectativas humanas alertaban del embrollo legal y científico a lo que esto podría conducir si se perdía el control legislativo de una práctica que modifica la “creación de vida” como hasta ahora teníamos entendido.
Sin embargo, el mayor debate se basa en la clonación humana, que está prohibida. En términos jurídicos la clonación de perros no implica un conflicto legal, ni en España ni en otros países, siempre y cuando no se traspasen otras leyes que garanticen la dignidad de los animales y su calidad de vida una vez nacidos.
Desde un punto de vista ético, si tenemos en cuenta que en España se abandonaron alrededor de 286.000 mascotas en en 2020, y que incluso ese dato es optimista pues significó un 6% menos del año anterior, el coste de una clonación parece no compensar la necesidad de amor de cientos de miles de perros que esperan a ser adoptados en los refugios españoles.
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