Como cada mes, en el último número de ¡HOLA! living Elisa Blázquez nos da una nueva clase de nutrición para todas esas mujeres que, como tú, están intentando dar el paso hacia un estilo de vida más saludable. En esta ocasión, la nutricionista ha querido desmontar muchos de los mitos alimenticios que giran alrededor de las grasas, ese nutriente del que siempre se ha dicho que "engordan" o "son malas para la salud". Pero nada más lejos de la realidad.

Según nos cuenta la propia nutricionista "Este nutriente nos ayuda a tener un aporte de energía óptimo y es un buen regulador metabólico, por ello se recomienda incorporarlo en toda dieta, también en las de pérdida de peso. Debemos desterrar, de una vez por todas, la idea de que, para cuidarnos, hay que eliminar la grasa de la dieta". El reto en este caso reside en saber identificar qué grasas son mejores para tu organismo y aprender a incorporarlas a tu dieta de forma equilibrada. Y eso es precisamente lo que vamos a enseñarte hoy. 

¿Sabes cómo tu alimentación puede ayudarte a frenar la ansiedad?

Grasas saturadas

Son aquellas que se encuentran en alimentos de origen animal como la leche, el queso, los embutidos, el aceite de coco, de palma o la manteca de cacao. 

Grasas insaturadas 

- Grasas Monoinsaturadas: son aquellas que se encuentran en el aguacate o el aceite de oliva.

- Grasas Poliinsaturadas: las hay de dos tipos; las grasas omega 3 del pescado, el lino, las nueces, la chía o el cáñamo, o las grasas omega 6 del aceite de girasol, el maíz o la soja.

- Grasas trans: son las más peligrosas y las que debemos evitar, ya que están modificadas industrialmente y se encuentran en los ultraprocesados. 

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Con este mapa en la cabeza, para constituir una dieta más saludable solo tendrás que incorporar de manera prioritaria las grasas insaturadas, que "tienen efectos cardioprotectores, mejoran los niveles de colesterol HDL y algunas de ellas, como los omega 3, son antiinflamatorias". En cuanto a las saturadas, aunque la solución no es eliminarlas, sí debes tratar de consumirlas de forma moderada, asegurándote de que provengan de fuentes naturales y sin procesar. En palabras de Elisa: "Se trata de consumir alimentos de verdad, evitando los ultraprocesados y las grasas trans que contienen estos alimentos".