Abandonó las plazas de toros, pero lo lleva en la sangre. Francisco Rivera volvió a coger el capote para enseñar a los más pequeños el arte de su profesión. El diestro fue la estrella de la segunda exhibición de toreo de salón, organizada por Juventud Taurina de Sevilla y el Área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento hispalense y celebrada en el barrio de Triana de la capital andaluza. Rivera participó en una demostración de toreo práctico en el tramo peatonal de la populosa calle de San Jacinto, que se convirtió en un ruedo improvisado al que acudieron cientos de personas.
Curro Puya, José María Susoni, Finito de Triana o José Rodríguez ‘El Pío’ fueron los encargados de transmitir algunos de sus conocimientos a los alumnos de las escuelas taurinas de Sevilla, Amate y Camas. Francisco Rivera, que tiene fuertes vínculos con el barrio de Triana, fue el encargado de enseñar los secretos del toreo de salón y los principios básicos del entrenamiento, auxiliado por el diestro sevillano Eduardo Dávila Miura, quien se turnó embistiendo con su compañero en una exhibición didáctica. Tras la lección magistral, las nuevas generaciones cogieron los trastos de torear y atendieron a las correcciones de Miura y Rivera, que señalaron los errores que estaban cometiendo.
Esta improvisada “escuela callejera” se inscribe dentro del programa de actos de la conmemoración del centenario de la alternativa de Juan Belmonte. Finalizado el evento, Francisco agradeció “el empeño y esfuerzo" de los organizadores por difundir "nuestra cultura taurina en iniciativas tan bonitas como ésta". El torero aseguró haber "disfrutado mucho" y destacó su identificación con el barrio de Triana, al que le unen varios lazos familiares. En esta ocasión no le acompañó su novia Lourdes Montes, con la que hizo un breve viaje a Madrid, en el que aprovecharon para visitar algunas tiendas. La pareja, que acaba de regresar de la romería del Rocío, se casará el próximo mes de septiembre.
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