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Francisco Rivera ha toreado este fin de semana en el municipio madrileño de Boadilla del Monte bajo la atenta mirada de su novia y su hija. Lourdes Montes y Cayetana demostraron una vez más que son dos de las aficionadas más incondicionales del diestro y no dudaron en agitar con mucha energía el pañuelo blanco al término de cada una de sus faenas. Durante la corrida, tanto Lourdes como Cayetana, demostraron que se llevan a las mil maravillas, algo que provoca una inmensa felicidad al torero. Entre toro y toro y desde el callejón, Francisco estuvo muy pendiente de sus dos chicas a quienes regaló gestos tan cariñosos como éste.
Francisco Rivera está viviendo difíciles momentos, pero cuenta con el apoyo incondicional de Lourdes Montes, con quien lleva un año de feliz relación. Junto a ella parece estar capeando con la mejor actitud el pleito que mantiene con su exmujer, Eugenia Martínez de Irujo, por la custodia de su hija, Cayetana.
Desde que el torero interpusiera a principios de verano una demanda en la que solicitaba la custodia de la menor argumentando que la niña quería vivir en Sevilla con él, la relación con Eugenia y con su familia, que era muy cordial, sobre todo con la duquesa de Alba, se ha enfriado. Eugenia no está de acuerdo con esta decisión de su exmarido y, hasta que el juez no diga lo contrario, Cayetana continúa con su vida en Madrid y ya ha empezado su curso escolar en un colegio de la capital. El próximo mes de noviembre tendrá lugar el juicio para decidir qué ocurre con la pequeña Cayetana.
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