Si alguien pensaba que ser Victoria Beckham era algo muy sencillo, está muy equivocado. Ser madre de tres hijos, icono de moda, estar siempre a la última y hacer acto de presencia en un sinfín de fiestas no es del todo fácil. Esta semana, la mujer de David Beckham ha tenido que asistir a varios compromisos, que la han llevado de costa a costa de Estados Unidos.
Su fin de semana comenzó en el Valle de Napa, California, donde estuvo en la boda del manager de las Spice Girls Simon Fuller, junto a sus compañeras Geri Halliwell y Emma Bunton. Ellas continuaron la fiesta que duró varios días y Victoria regresó a Los Ángeles para ir a la fiesta que organizaron Tom Cruise y Katie Holmes para inaugurar la nueva casa que se compraron el año pasado en Beverly Hills.
Y tras una gran fiesta en casa de los Cruise, los Beckham viajaron hasta Nueva York, a la entrega de los premios CFDA, que otorga el Consejo de Diseñadores de Moda de América y son considerados como los Oscar de la moda. La ceremonia de entrega fue en la Biblioteca Pública de Nueva York y reunió a lo más granado del mundo de la moda y la sociedad estadounidense.
La Spice fue la encargada de entregar el premio al mejor diseñador de moda femenina del año, junto a las actrices Eva Mendes y Maggie Gyllenhaal. Victoria llegó a la biblioteca junto a David, - a quien vimos con la muñeca derecha vendada -, y después se fotografió junto a su amigo el diseñador Marc Jacobs, para quien posó, hace unos meses, metida dentro de una bolsa, para una de sus campañas publicitarias. Para la ocasión lució un original vestido del diseñador hecho con corazones negros y blanco y subida, como de costumbre, en unos tacones de vértigo. Allí también estuvo su gran amiga Eva Longoria, Naomi Campbell y la actriz Kim Cattrall.
Al día siguiente, los Beckham volvieron a poner rumbo a su casa de Los Ángeles en un avión privado, donde seguro que les esperan más fiestas y compromisos.
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