La nueva Genoveva brilla por sí misma

Por hola.com
Una historia de amor
Recordar su trayectoria en estos momentos es recordar el comienzo de una historia de amor. Una romance que comenzó cuando disfrutaba de un intercambio de estudiantes en la Universidad de Sevilla. Ella estudiaba Filosofía y, junto a su hermana Denise, que también estudiaba en Sevilla, acudió a un concurso hípico en Jerez de la Frontera sin imaginarse que a partir de ese momento cambiaría el curso de su vida: Genoveva conoció a Cayetano. Fue el principio de un noviazgo cuya existencia finalmente fue confirmada por el propio hijo de la Duquesa de Alba, cuando los rumores de que sería padre soltero eran un secreto a voces: "Afirmo y confirmo que, efectivamente, Genoveva y yo vamos a ser padres".

Madre periodista y padre adiestrador
A partir de entonces, Genoveva se convirtió en el centro de todas las miradas. De madre periodista -Mariana González, que trabaja en un canal educativo de la televisión mexicana- y de padre adiestrador de animales -Larry Casanova, que lleva varios años separado de su mujer-, la joven, que en aquel entonces contaba con apenas 23 años, no estaba por tanto acostumbrada a vivir de cara a la galería, no había tenido que vivir pendiente de una cámara, ni sabía que cada uno de sus movimientos sería seguido con inusitada atención y curiosidad. Pese a todo, Genoveva ha bordado su papel. Ha sabido estar en cada momento, embarcada en la mayor de las discreciones. En contadas ocasiones ha accedido a hablar con los medios de comunicación. Entre ellas, cuando presentó a sus niños. Conmovedoras fueron entonces las palabras que dedicó a Cayetano: "Es la persona más sincera que he conocido en mi vida, la persona más fuerte que he encontrado y el hombre de mayor corazón. No tengo ningún miedo de esta nueva etapa. Con Cayetano al lado, yo no tengo miedo a nada...". Mientras, el penúltimo de los seis hijos de la Duquesa de Alba daba por cerrado un capítulo de su vida: el de conquistador. Y se centró en convertirse en un hombre de familia. Entretanto, Genoveva confía en el destino. Un destino que los mantiene cada día más unidos.