Chábeli y Julio Iglesias Jr., confidencias en un parque en las afueras de Nueva York

Por hola.com
«No soporto la traición»
—¿Algo insoportable?
—No soporto la traición. No me gusta la gente que no es auténtica.

—Tres pilares que sustentan tu forma de ser.
—Soy sensible, sincera, a veces poco flexible, y no cejo en mi empeño por conseguir algo que me interesa.

—Como dice ese conocido refrán, el que la sigue, la consigue.
—Si quiero algo, voy a por ello, siempre y cuando no haga daño ni perjudique a nadie.

—Ser sincera suele a veces traer muchos dolores de cabeza, Chábeli.
—Yo soy como soy, aunque ser así traiga problemas a veces.

—Alguien puede no compartir tu forma de pensar.
—Por supuesto que habrá personas que prefieran no ser sinceras para así evitar situaciones problemáticas, pero ¿sabes qué pasa?

—¿Qué?
—Las mentiras tienen las patas muy cortas. Por eso no hay que buscar excusas ni decir mentiras, salvo en esos puntuales embrollos en los que no te queda más remedio que decir una mentira piadosa para evitar hacer daño o meter a alguien en un serio problema. Pero, te repito, no hay cosa que más me guste que decir las cosas tal y como son.

-Eres así y punto.
—Así soy. Por eso tengo que disculparme en ocasiones.

«La familia lo es todo para mí»
—Tu gran verdad, Chábeli.
—La estabilidad familiar. Eso es lo más importante en mi vida. La familia lo es todo para mí.

—¿Y si te fallara esa estabilidad?
—Me perdería, me hundiría completamente.

—No es fácil conseguir una familia ideal.
—Hay que trabajarla todos los días. Es mentira que la felicidad sea eterna. Lo que hay son momentos felices que hay que alargar lo máximo posible.

—Vivir el momento, entonces.
—Por supuesto, pero teniendo los pies en la tierra.

—¿El instante actual de Chábeli Iglesias?
—He tenido la suerte de haber podido formar mi propia familia, que es lo que más he deseado en esta vida. Y contestando a tu pregunta, me siento en el mejor momento de mi vida. Tengo a mi marido y a mi hijo, con el que me divierto viéndole crecer fenomenalmente. Para mí no hay nada más bonito.