Carlos Lozano y Mónica Hoyos nos presentan en exclusiva a su hija, Luna
- Aparte, el descubrimiento de la anestesia epidural Carlos.
¿Sabes qué? Mónica no quería la epidural, porque deseaba vivir el parto plenamente. Entonces la matrona le dijo: "Mira, te voy a dejar que lo vivas plenamente una hora y a la hora ahí tienes un botón, me vas a llamar y me vas a pedir que te ponga la epidural".
- Vamos que si llamó.
¡Vamos! No había llegado a la hora cuando ya estaba llamando a la matrona. Tras administrarle la anestesia, Mónica exclamó: " bendita epidural".
- Carlos, éste si que es un gran triunfo
Pues sí, aunque triunfos continuará habiendo en mi vida.
- Pero un hijo es un hijo, Carlos, y además este es el primero
Por supuesto que sí. Fíjate que llevo tres días sin dormir y estoy cansado porque cada tres horas Mónica le da el pecho, pero cuando veo a mi hija se me quitan todos los problemas y todas las penas. Ya no hay nada más importante que ese ser inocente que tienes delante, aparte de tu mujer. Cuando den el alta a Mónica nos vamos a la sierra para estar todo el día con Luna.
- Te veo muy animado y entusiasmado.
Ahora lo único que estoy deseando es tener otro hijo para que los hermanos se lleven muy poca edad y puedan jugar y protegerse entre ellos.
- Quizá sea ahora es el momento de casaros, Carlos
Creo que Mónica y yo ya llevamos juntos cinco años y medio y así nos va muy bien. Tenemos discusiones como todas las parejas, pero de momento no pensamos en casarnos.