A través de la televisión Humberto Janeiro le mandó un mensaje en el que decía: ‘Tenemos una familia y esto no se puede romper de esta manera’
No lo he visto y no me interesa. El que ha roto todo ha sido él, yo he estado callando muchos años, y por su culpa se ha roto mi casa. Porque yo nunca intenté romper las cosas, al contrario, siempre intenté arreglarlas, pero llegó un momento que me fue imposible. No se puede vivir siempre pisoteada y callada, así que el que lo ha roto todo es él.
Me ha humillado, me ha arrastrado. No sólo se maltrata a una persona dándole una bofetada. A veces una bofetada duele menos que el minarte cada día poco a poco, porque te está matando lentamente.
¿Cómo ve el futuro?
¿Mi futuro?, pues no lo sé. Lo único que sé es que tengo cuatro hijos maravillosos y los cuatro me apoyan y saben que lo que ha pasado en mi casa es culpa de él. Por lo tanto, que lo pague como yo lo estoy pagando sin ser la culpable. Después de cuarenta años con una persona el amor se puede romper, pero el cariño no. Y él ha roto el cariño, el amor y el respeto a sus hijos, porque ya no por mí, sino porque no ha respetado a sus hijos. Él ha roto una familia y la ha cambiado por personas a las que no vale la pena ni mirarlas a la cara, y ha perdido el amor de sus hijos, su hija, que era su ‘ojito derecho’, no le habla.
Precisamente hace poco él atribuía su comportamiento y sus palabras, Carmen, a la mala influencia de otras personas...
De eso nada. De mal aconsejada nada porque las amigas que tengo han sido sus amigas, al igual que los maridos de éstas, lo que pasa es que me aprecian y ven que lo está haciendo es vergonzoso. Repito, que las amistades que tengo han sido también suyas, para que ahora diga que tengo malas amistades. Si fuese así, también las hubiese tenido cuando estaba con él, porque yo salgo con los mismos matrimonios con los que salíamos, y son personas estupendas.
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