Ana Obregón: 'He estado completamente sola'

Por hola.com
—Ana, un año intenso este dos mil dos...
—Muy intenso. Además, yo creo que ha sido profesionalmente el mejor año de mi vida. Por supuesto.
—¿Lo crees así?
—Con diferencia. Date cuenta que llevo desde los diecisiete años metida en esto, y realmente este año ha sido la realización del sueño de mi vida.
—¿Te refieres a tu serie «Ana y los siete»?
—Sí, y encima un sueño con éxito.
—A nivel personal, se puede decir que ha sido también estupendo.
—Estupendo, porque he estado completamente sola.
—Algo habrá habido por ahí, Ana.
—No, no. He estado sola y sigo sola.
—Te olvidas de Miguel Molina...
—Lo nuestro fue una relación de una gran amistad. He estado nueve meses sin salir a ninguna fiesta ni nada parecido.
—¿No será que te estás volviendo rara?
—¡Qué va! Lo que sucede es que me volqué en la serie. Rodábamos de lunes a sábado, y el día que tenía libre, que era el domingo, como comprenderás no me voy a ir por ahí. Piensa que me levanto a las siete y media todos los días, y el coche de producción me deposita en casa a las diez de la noche. Así es imposible salir. Desde agosto, aquí tan sólo he salido diez días, pero lo más increíble de mi vida es que parece que llevo todo el año de juerga.
—Una de las últimas salidas que has hecho fue al cumpleaños de Oscar Lozano. ¿Es así?
—No. Era el cumpleaños de mi amiga Karen, y lo celebramos en el local de Carlos, que pertenece a mi grupo de amistades. Carlos es también amigo del novio de Karen.
—Me vas a decir que Oscar y tú sólo sois amigos, ¿verdad?
—Somos amigos desde hace muchísimo tiempo, pero justo coincidimos durante los días que yo estuve en Marbella con mi hijo.
—¿Pero amigo con posibilidades?
—¡Pero qué va! Es mi amigo...
—Ya, pero algunos pueden tener más posibilidades que otros.
—La única posibilidad es la de seguir siendo lo que somos: grandes amigos.
—¿La Navidad, para ti, es una fiesta de ilusión o quizá de decepción?
—La Navidad siempre es una fiesta de ilusión. También te diré que desde que soy madre la vivo desde otro punto de vista, como si tuviera diez años, la misma edad que mi hijo.