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¿Cambias de proyecto constantemente?; ¿sientes que cualquiera de tus amigas tiene más éxito que tú?; ¿tiendes a compararte con otras personas?; ¿tienes claros sus objetivos y te centras en aquello que te conduce a ellos o te distraes por el camino, atraída por las novedades? Si te cuesta concentrarte o comprometerte y si flaquea tu sentido de la responsabilidad, quizá estás sufriendo el síndrome del objeto brillante. 

 

¿Qué es el síndrome del objeto brillante?

El síndrome del objeto brillante responde a "la mala costumbre que tienen algunas personas que están buscando siempre algo que sea diferente, nuevo y/o novedoso, descartando o dejando de lado lo anterior", nos cuenta Pilar Guerra Escudero psicóloga clínica y coach ejecutivo (www.pilarguerra.es)

Este fenómeno se da también con los objetos y tiene una explicación. "Cuando nos topamos con algo por primera vez hay un efecto lógico denominado efecto de primacía. Se trata de las sensaciones y la intensidad con la que percibimos algo nuevo frente al efecto de recencia, que es la sensación que tenemos de cotidianidad, familiaridad con ese objeto que ya forma parte de nuestro día a día", indica. 

Sin embargo, cuando el efecto de primacía está desbordado, hablamos del síndrome del objeto brillante, que es esa sensación de estar hipnotizados, cegados e incluso obnubilados, cuando nos ponemos delante de algo que es nuevo. "Si lo extrapolamos a nuestra sociedad, podríamos referirnos a esa atracción que nos produce algo que está de moda". 

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Qué nos puede producir este síndrome 

Puede ser cualquier cosa: un best seller que nos augure de muchísimo éxito; una persona pública que la veamos por televisión y que nos encante, o una nueva tecnología.

Como señala la experta, las personas muy a menudo somos como niños pequeños que nos deslumbramos con objetos, personas o ideas que pensamos harán realidad todos nuestros deseos si las alcanzamos. 

El síndrome del objeto brillante, también llamado SOS, es un concepto de la psicología que viene incluso de la cultura pop y tiene que ver con que el individuo se concentra solo en una idea nueva que está de moda, independientemente de que sea útil o de que tenga valor.

Como comenta la psicóloga, es interesante que centremos la atención en las cosas nuevas, según el efecto de primacía. Sin embargo, aquellas personas que son especialmente susceptibles, pueden distraerse, ya que constantemente pueden verse nubladas por cosas nuevas. 

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¿Qué personas son más susceptibles de sufrir este síndrome?

Suele ser más frecuente en personas que tienen la necesidad de generar mucha adrenalina, que es la que se produce cuando nos enfrentamos a algo nuevo. Como comenta la experta, "son individuos que no tienen bien analizadas sus fortalezas, porque los que sí las tienen, suelen tener muy claro su foco".

En cambio, las personas que sufren SOS no suelen tener muy claros sus objetivos, suelen adolecer de confianza en sí mismos, ni cuentan con la capacidad de centrarse en sus verdaderas fortalezas. De ahí que se sientan constantemente obnubiladas por los objetos nuevos. 

Otra de las características de las personas que sufren el síndrome del objeto brillante es que no tienen la habilidad social para decir 'no'. "La vida es una continua ventana al mundo en la que aparecen de manera repetitiva muchos de estímulos nuevos y hay que tener muchísimas habilidades sociales como para discernir lo que nos viene bien. En el momento en el que no sabemos decir no, vamos a estar sometidos u obligados a aceptar aquello que brilla, en definitiva, en lo nuevo". 

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Otras características de las personas que sufren SOS 

El síndrome del objeto brillante también se da en personas que constantemente se están comparando con los demás y con los logros de estos. "Consideran, de manera errónea, que todo lo nuevo es lo mejor". 

La psicóloga Pilar Guerra también explica que se trata de personalidades muy impulsivas, que responden rápidamente a los estímulos y que no reflexionan. 

"Son personas que atienden al novelty seeking, un rasgo de personalidad que está relacionado con una obsesión por encontrarse estímulos novedosos". Pueden tomar decisiones basándose solo en la novedad, porque cualquier otra idea les parece mejor que la suya. Asimismo, son personas que están habituadas a sentir que el logro está en las recompensas, y no suelen realizar una lectura pausada cuando algo les ha salido mal en el trabajo. 

En definitiva, "son individuos algo inmaduros porque el hecho de dejarse obnubilar por el objeto brillante les impide prestar atención a lo que realmente importa cuando se interpone un estímulo novedoso".

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¿Cómo afecta a la productividad?

El fenómeno del síndrome del objeto brillante perjudica gravemente a la productividad. Además, puede acabar afectando a las personas que trabajan con ellas. Por ejemplo: 

  1. Generando mucha fatiga y estrés en el equipo porque las novedades constantes y el cambio continuo de objetivos laborales alteran el ritmo natural del trabajo, provoca muchísima confusión y alejan de lo que verdaderamente es importante. 
  2. Se ponen en alto riesgo los objetivos del trabajo de la empresa y su progreso, porque se posponen las fechas de entrega de los proyectos y hay que volver a reprogramarlas, lo que implica que el equipo pierda muchísimo tiempo y productividad.
  3. Produce falta de rigor, menor calidad y falta de concentración. Las personas pueden tener la sensación de estar perdiendo el foco, por estar haciendo un juego de malabares, por tener demasiados temas al mismo tiempo y por no prestar la atención necesaria a ninguno de ellos.
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¿A qué otras áreas afecta?

Además de a la productividad, este síndrome afecta a muchas más áreas de la vida y de la propia persona: 

  • A la responsabilidad. Las personas que se dejan deslumbrar generalmente no asumen responsabilidades y comienzan a sentir que esta es siempre del otro y no la suya. Así como despreciar los logros de los demás: lo han conseguido porque han tenido más suerte, más recursos, mejor equipo, etc.
  • Al compromiso. Debido a que se siente constantemente deslumbradas por otros proyectos, si están comprometidas con uno, pero les aparece otro más atractivo o más fácil, dejarán el primero sin atender a sus compromisos. 
  • A la salud mental. La mente de las personas que sufren el síndrome del objeto brillante está constantemente saltando de un proyecto a otro, se obsesionan con conseguirlo, en vez de gestionar lo que ya tienen.
  • A la disciplina. Los proyectos dejan de ser motivantes para las personas con este síndrome, pierden absolutamente el ritmo y la frecuencia de lo que son los hábitos que normalmente conducen a una buena disciplina.
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¿Se puede tratar este síndrome? 

"Sí, se puede", nos confirma la experta en psicología. En primer lugar hay que plantear metas objetivas con expectativas factibles. "Para poder llegar a un objetivo, es importante evitar la distracción y, para ello, debemos especificar qué queremos crear y qué resultados queremos alcanzar. Establecer nuestras metas a largo plazo permitirá crear unos objetivos alcanzables en el corto plazo". 

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Trabajar nuestra responsabilidad 

Otro de los aspectos que nos puede ayudar a vencer el síndrome del objeto brillante es ser responsables y realistas con aquello que tenemos entre manos. "Asumir varios proyectos a la vez puede estar indicando que no estamos gestionando correctamente nuestro tiempo. La responsabilidad tiene que ver con determinar qué es lo que podemos hacer y terminarlo". 

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Buscar la ayuda de un coach

Las personas muy emprendedoras pueden necesitar a otra persona que les ayude a tener claros los objetivos, a mantenerse centrados en ellos, a no quebrar ese sentido de la responsabilidad y, en definitiva, en no dejarse tentar constantemente por los proyectos nuevos. 

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Saber decir no 

Como comentábamos, uno de los rasgos de personalidad de las personas que sufren el síndrome del objeto brillante es que no saben poner límites. "Esto nos puede llevar a tener una sensación de agobio constante. Sin embargo, cuando tenemos claros nuestros objetivos, es mucho más sencillo decir no. Una buena técnica es no modificar los compromisos que ya tengamos en nuestra agenda, sustituyéndolos con nuevos proyectos que nos hagan perder el foco". 

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Ser capaz de juzgar y evaluar ese nuevo 'objeto brillante' 

Antes de decir sí a un nuevo proyecto, hay que evaluarlo detenidamente. Si somos empresarios, por ejemplo, o lideramos un equipo, tenemos que preguntarnos cuál es el propósito de este nuevo proyecto, si está alineado con nuestros objetivos, cuánto tiempo va a requerir; y, sobre todo, qué inversión económica necesita.

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Dejar de compararnos 

Como decíamos, una de las principales causas de este síndrome es la comparación. Es decir, comparar constantemente nuestros logros con los de los demás. De esta manera, tendemos a magnificar nuestros errores, minimizar los de los demás y magnificar sus éxitos. "Esto no nos va a suceder si tenemos unos objetivos claros, una personalidad arraigada y tenemos el valor de defender aquello que creemos".

También es importante trabajar la autoestima. "Compararnos puede ser un síntoma de que nuestra autoestima es baja. La ausencia total de confianza en nosotros mismos nos hace perseguir objetos brillantes para sentirnos mejor en nuestra piel y con las cosas que tenemos. Pero la confianza en uno mismo nos lleva al autocuidado; el autocuidado a la autoestima; la observación al autoanálisis; y el autoanálisis a la autogestión", concluye la psicóloga Pilar Guerra Escudero. 

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