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Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2022 es el cáncer más frecuentemente diagnosticado en España con 43.370 nuevos casos.

Siempre que pensamos en el cáncer de colon asociamos la patología con personas de más edad. Y, en parte, es así. La gran mayoría de los casos aparecen a partir de los 50 años. Afortunadamente, es también para estas edades uno de los cánceres más prevenibles gracias a las campañas de detección precoz dirigidas a la población general entre 50-69 años, y basadas en la realización de pruebas de cribado. Sin embargo, está creciendo entre la población más joven. 

“Mientras que en los últimos años vemos como en los mayores de 50 la incidencia disminuye o se mantiene, estamos observando un aumento significativo de casos en pacientes más jóvenes (menores de 50)”, advierte el doctor José Ignacio Martín Valadés, responsable de la Unidad Multidisciplinar de Tumores Digestivos y Oncología Peritoneal de MD Anderson Cancer Center Madrid, quien puntualiza que estos se encuentran “a menudo en estadios más avanzados, con características histopatológicas más agresivas y con más frecuencia localizados en recto”.

¿Te han diagnosticado este tumor o conoces a alguien a quien su médico le ha dicho que lo padece? Si es así, seguro que las dudas serán muchas. Hablamos con el Dr. Diego Sánchez Muñoz, director médico y fundador de IDI-Instituto Digestivo (www.institutodigestivo.com/idi/) quien tratará de resolver todas aquellas preguntas que podemos tener o nos orientará sobre aquellas consultas que debemos hacerle a nuestro médico. 

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Cáncer de colon: ¿y ahora qué?

Cuando diagnosticamos cáncer de colon a un paciente, es habitual que se piense que es un problema irreversible de salud. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Afortunadamente, cada vez hay más personas que han tomado conciencia que el cáncer de colon es muy frecuente, y se someten a la realización de una colonoscopia para la prevención del mismo. Esto ha hecho que muchos de los nuevos casos que detectamos lo hagamos en fases precoces del mismo y, por tanto, con un pronóstico muy bueno a largo plazo. De hecho, con un diagnóstico precoz, las tasas de supervivencia a cinco años (que es la forma de medir el pronóstico a nivel oncológico) pueden llegar a ser tan altas como el 90 %. De ahí la importancia de la realización de colonoscopias de forma rutinaria a partir de los 45 años a toda la población y, más precozmente, en caso de factores de riesgo, como tener antecedentes familiares con cáncer de colon o padecer enfermedad Inflamatoria Intestinal, entre otras. Por tanto, a la hora de establecer el pronóstico de un cáncer de colon en una persona concreta, es muy importante la fase en la que se encuentre y, para ello, hacemos un estudio de extensión completo que es el que marcará la evolución.

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Cómo va a ser la operación

En general, una de las recomendaciones es contar siempre con un cirujano experto en patología colónica de referencia para tratar estos casos, ya que la subespecialización es muy importante para poder obtener los mejores resultados posibles. Además, desde hace años, la cirugía laparoscópica es el estándar en estos casos siempre que sea posible, con lo cual, las ventajas frente a la cirugía abierta en cuanto a menor agresividad, mejor recuperación postoperatoria y menor tasa de infección de herida, son evidentes. No obstante, hay casos en los que, o bien el tumor es excesivamente grande, o bien la cirugía se tiene que realizar de forma urgente, en los que se sigue realizando cirugía abierta. De esta forma, en general, la cirugía del cáncer de colon ha pasado a ser una cirugía con relativamente poca invasión respecto a como se hacía hace años.

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¿Voy a necesitar quimioterapia y radioterapia?

En primer lugar, es importante saber que no todos los casos en los que diagnosticamos cáncer de colon van a necesitar tratamiento con quimioterapia y/o radioterapia posterior. Esto va a depender de las características del tumor, como por ejemplo su tamaño, su localización en el colon, o la afectación de ganglios u otros órganos. Así, por ejemplo, la radioterapia está indicada en tumores localizados en el recto (la parte final del colon, más cercana al ano), usándose entre otras indicaciones para reducir el tamaño del tumor previo a la cirugía o para acabar de “matar” células cancerígenas tras la misma.

La quimioterapia, por otro lado, se usa en tumores de cierto tamaño o cuando el tumor es profundo o ha avanzado hacia los tejidos vecinos. Cada vez estos tratamientos son más efectivos, ya que se han desarrollado fármacos que intentan ser más eficaces con menos efectos secundarios. No obstante, la elección y la duración del tratamiento va a venir dada por las características individuales, no solo del tumor sino también del paciente (edad, presencia de otras enfermedades, etc.).

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¿Voy a necesitar bolsa recolectora?

En general, la indicación de realizar una colostomía y colocar una bolsa viene dada por dos situaciones: la primera es si el tumor está localizado muy cerca del ano y no hay margen suficiente para unir el colon tras la resección del tumor. En estos casos la solución, efectivamente, pasa por una colostomía. Sin embargo, cada vez la cirugía es más precisa y es sorprendente la habilidad de los cirujanos para, con muy poco margen, ser capaces de unir el colon.

La segunda indicación ocurre cuando hay que realizar una cirugía urgente. En estos casos, debido a que el colon no está limpio y se necesita rapidez en la intervención, se suele optar por la realización de colostomía. En estos casos, muchas veces esta colostomía es temporal y, pasado un tiempo, se puede valorar retirar la bolsa y volver a unir el colon. De esta forma, se consigue una mejor funcionalidad.

Los pacientes con colostomía que portan una bolsa, en general suelen adaptarse relativamente pronto y bien a la misma. Es importante tener una enfermera especializada de referencia para las dudas que surgen en los primeros momentos, y también es fundamental saber cómo cuidar la bolsa y la piel de alrededor.

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¿Cada cuánto tendré que revisarme después de la operación?

Tras la cirugía de cáncer de colon es importante hacer un seguimiento periódico. La periodicidad y las pruebas a realizar las marca generalmente el oncólogo, y consisten, habitualmente, en la realización de analítica general, así como realización de pruebas radiológicas cada 6-12 meses y una colonoscopia periódica.

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¿Es importante tener un refuerzo psicológico en los pacientes?

Importantísimo. Tanto en el diagnóstico como en el seguimiento, el apoyo psicológico es un requisito indispensable. Los pacientes que tienen un entorno familiar con mayor apoyo suelen tener una mejor evolución de la enfermedad. Además, no son pocos los pacientes que, ante la desagradable sorpresa del diagnóstico, pueden derrumbarse psicológicamente, y posteriormente, la buena predisposición hacia el tratamiento hace que su tolerancia mejore. Nosotros, de hecho, en nuestras clínicas, ofrecemos seguimiento psicológico a estos pacientes desde hace varios años, y el efecto beneficioso es indudable.

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¿Voy a tener que variar mi dieta?

Cuando diagnosticamos cáncer de colon a un paciente, la recomendación de tener un estado nutricional lo más óptimo posible es máxima, ya que esto hará que llegue a la cirugía en la mejor situación posible, disminuyendo así las complicaciones de la misma. Lo mismo es trasladable a cuidar la dieta en caso de requerir quimioterapia y/o radioterapia. Por tanto, una dieta equilibrada, con nutrientes de calidad y en cantidad suficiente, es fundamental. También abogamos por el consumo de fibra, ya que esta puede considerarse como un “protector” del colon y garantiza un buen funcionamiento intestinal. Por supuesto, evitar los tóxicos como el tabaco o el alcohol es primordial.

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¿Voy a poder hacer ejercicio?

No solo es que pueda hacer ejercicio, sino que es muy recomendable realizarlo. Una vez pasada la convalecencia inicial del tratamiento, la realización de ejercicio moderado es más que beneficiosa. De hecho, cada vez hay más estudios que demuestran que el ejercicio físico bien dirigido y adaptado a cada paciente mejora la respuesta al tratamiento oncológico. Evidentemente, el ejercicio ha de ser individualizado y, a ser posible, monitorizado por un experto.

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¿Qué síntomas podrían hacer saltar la alarma de que quizá pudiéramos tener cáncer de colon?

Es importante que el paciente acuda al especialista en Aparato Digestivo en caso de aparición de cambios en el hábito intestinal, aparición de sangre en las heces, pérdida de peso no explicada o notar algún bulto o masa en el abdomen. También la pérdida de hierro o la presencia de anemia en la analítica puede ser un síntoma de alarma que nos haga estudiar al paciente y realizarle una colonoscopia. No obstante, la prevención es más importante, si cabe, en pacientes que no tienen ningún síntoma.

Las recomendaciones en las guías clínicas son claras, y es que la realización de estudios preventivos, fundamentalmente colonoscopia, en personas a partir de 45 años (este último año se ha adelantado la edad), salva vidas. Por supuesto, en pacientes que tengan antecedentes familiares directos de cáncer de colon, o que hayan tenido pólipos (que son los precursores del cáncer de colon) en colonoscopias anteriores, también deben realizarse colonoscopias periódicas.

En cualquier caso, la conveniencia y la periodicidad de estos estudios las marcará el especialista en Aparato Digestivo correspondiente.

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¿Y qué pautas previas son aconsejables para una buena salud del aparato digestivo?

El pilar fundamental para una buena salud digestiva pasa por llevar un estilo de vida saludable, lo cual incluye una alimentación equilibrada, ejercicio físico moderado y habitual, y evitar tóxicos como el alcohol o el tabaco. Tenemos la suerte de vivir en un país con una gastronomía magnífica y un clima excelente que invita a llevar una vida equilibrada. El consumo de fruta y verdura en cantidad, que garantice un aporte de fibra adecuado, es muy beneficioso para mantener una función digestiva saludable. Se ha relacionado el exceso de ingesta de carnes rojas y procesadas con un mayor riesgo de cáncer de colon. Sin embargo, no son alimentos que deban estar excluidos absolutamente de la dieta, sino que su consumo adecuado y moderado es lo que hace alcanzar el equilibrio. Por último, evitar y manejar el estrés es muy importante también, ya que el estado de ánimo, los problemas cotidianos y la ansiedad influye negativamente en la salud en general y en la digestiva en particular.

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¿Me va a doler la colonoscopia?

Afortunadamente, las campañas de prevención del cáncer de colon han ido en aumento, y los pacientes han ido aceptando cada vez más que este tipo de cáncer es muy frecuente, tanto o más como el de mama o el de pulmón; y tenemos la “ventaja” que es un tipo de cáncer en el que conocemos muy bien su historia natural y su evolución desde que aparece un pólipo hasta que este crece, degenera y se convierte en cáncer.

Tenemos las armas para adelantarnos a esa evolución y, por tanto, somos capaces de detectar muy a tiempo lesiones que, si se dejaran evolucionar libremente, podrían conllevar un problema mayor con el tiempo.

Un miedo muy frecuente de los pacientes es si la colonoscopia es una prueba dolorosa. Nuestra práctica habitual es que las colonoscopias se realizan con sedación. Por este motivo, la realización de una colonoscopia no conlleva ningún dolor. La mayor alteración que produce es el trastorno que supone la realización de una preparación previa, y que precisa de la realización de una dieta específica durante unos días antes y la toma de unos preparados para limpiar el colon unas horas antes de su realización. No obstante, este trastorno suele ser mínimo y, en general, bien tolerado.

Otra pregunta frecuente es acerca de las complicaciones de la colonoscopia. Si bien ninguna prueba diagnóstica en medicina está exenta de riesgo, las complicaciones de una colonoscopia diagnóstica suelen ser muy raras e infrecuentes. Por tanto, el beneficio que supone la realización de la misma en cuanto a prevención del cáncer de colon es infinitamente superior a la hipotética aparición de complicaciones que pudiera aparecer.

No obstante, la realización por parte de médicos endoscopistas con amplia experiencia y en condiciones adecuadas disminuye estos riesgos sobremanera. Así, siempre recomendamos consultar con su especialista acerca de estos factores.

Por último, vistas todas las anteriores connotaciones, no hay que olvidar que la colonoscopia es una prueba que salva vidas.

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