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Hubo un tiempo en el que acudir al psicólogo no era tan habitual como en la actualidad. Afortunadamente, el cuidado de la salud mental se ha normalizado y los expertos insisten en que no hace falta estar en una situación límite para acudir a terapia. Son muchos los beneficios que puede aportarnos contar con la ayuda de un psicólogo. Hay ocasiones en las que el estrés, una mala racha, un momento de baja autoestima… nos animan a acudir en busca de ayuda profesional, tal y como confirma Laura Palomares, directora de Avance Psicólogos, quien no ha dudado en resumir seis motivos para animar a alguien cercano, de nuestro entorno, para acudir a un profesional para que le ayude.  

 

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La importancia del autocuidado

Uno de los primeros pasos, tal vez de los más importantes, es hacerle ver que, al igual que la salud física, la salud mental es parte de la salud general. No podemos atender solo una, descuidando la otra. La experta apunta que, de hecho, una alimenta a la otra y ambas, de alguna manera, se favorecen. Si acudimos al médico cuando algo físico no va mal, ¿por qué nos cuesta tanto pensar ni tan siquiera en acudir al psicólogo cuando algo a nivel mental no va bien? Toca tomar conciencia de ello y el dicho mens sana in corpore sano tiene mucho de cierto.

 

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Buscando el bienestar

No es la primera vez que hacemos hincapié en la importancia de buscar el bienestar emocional. Cuando acudimos a terapia, hay que tener claro que nos puede servir para generar y alcanzar un bienestar que ayuda a favorecer las relaciones que tenemos con las personas que nos rodean. Y es que no podemos olvidar que la salud mental es fundamental para sentirte bien no solo contigo mismo, sino también con los demás, lo que también es muy importante.

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Conocernos mejor

Sin duda, las sesiones son una excelente opción para conocernos mejor a nosotros mismos. Y es que la terapia ayuda al autoconocimiento y a entender tus emociones, identificarlas, y gestionarlas. Tal y como explica la psicóloga, nos da, de hecho, las herramientas para saber cómo actuar en determinados momentos. Pero es que, además, te ayuda a identificar cuáles son tus mecanismos de defensa cuando, de repente, te encuentras ante una situación complicada. Es decir, tomas conciencia de esas creencias que pueden estar bloqueándote y, en consecuencia, no te dejan avanzar en algo.

 

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Un impulso para tu autoestima

En muchas ocasiones podemos necesitar de ayuda cuando tenemos un bajón en nuestra autoestima. Y la terapia puede ayudarnos a mejorarla, a cultivar ese amor propio que no siempre tenemos en cuenta. Por eso, las sesiones con el psicólogo pueden sernos de gran utilidad, pues nos dan estrategias para aprender a valorarnos y a reconocernos más, lo que, al fin y al cabo, acaba repercutiendo en muchos ámbitos, desde la vida social al trabajo, pero también en nuestro día a día.

 

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No solo hace una escucha pasiva

Hay que cambiar la perspectiva y entender que el psicólogo no es solo alguien que se sienta frente a ti, te pide que cuentes tu historia, te escucha y te da consejos. “Es un profesional que te va a dar técnicas concretas para tratar lo que te está ocurriendo en el presente y que, además, en un momento dado, puede revisar tus aprendizajes del pasado”, nos cuenta Laura Palomares, que añade, además, que acudir a una primera sesión es positivo y puede motivarte obtener información sobre las diferentes orientaciones psicológicas, con el fin de saber cuál te encajaría mejor según tu caso.

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