Antidepresivos, corticoides, anticonceptivos... estos medicamentos y otros se han ganado la fama de hacerte engordar. Sin embargo, no siempre es así. Además, hay formas de evitar el aumento de peso. Carmen Desmonts Salazar, farmacéutica de Dosfarma, nos explicará cuáles son los fármacos que pueden influir en el peso y qué puedes hacer tú para no engordar. En lo que insiste la experta en farmacia es en que nunca debes abandonar ni cambiar la medicación, a no ser que te lo prescriba tu médico. 

¿Es cierto que algunos fármacos engordan?

En este caso, la respuesta es no. Los fármacos en sí mismos no aportan las suficientes calorías como para considerar que estos sean la causa directa del aumento de peso; ahora bien, sí es cierto que existen ciertas familias de fármacos cuyos efectos secundarios pueden influir en el peso. Por tanto, algunos medicamentos pueden causar aumento de peso como efecto adverso resultante de su acción principal, por ejemplo: provocando retención de líquidos, aumentando el apetito o afectando al metabolismo, reduciendo la capacidad del cuerpo de quemar grasas.

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¿Qué hacer para evitar este efecto indeseado?

Es importante no suspender el tratamiento para evitar estos posibles efectos, ya que, con seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio diario y dormir las horas recomendadas, estaríamos preparados para reducir o evitar una incidencia en nuestro peso, causada por posibles efectos secundarios de un medicamento.

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Antihistamínicos

En el caso de los antihistamínicos de primera generación al no ser selectivos atraviesan la barrera hematoencefálica, es decir, llegan al cerebro, lo cual hace que interactúe con distintos sistemas provocando efectos sedantes (sueño) y aumento del apetito. La histamina reduce el apetito, y por ende estos medicamentos contrarrestan este efecto, ya que como su nombre indica, la bloquean. También puede hacerlo favoreciendo en algunas personas el estreñimiento y la retención de líquidos.

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Corticoides

Los corticoides pueden generar efectos secundarios como insomnio, retención de líquidos y aumento de apetito, por esto puede generarse un aumento de peso (sobre todo debido a la retención de líquidos), pero nada relativo al acúmulo de grasas. Hoy en día para evitar esos efectos adversos se emplean estos fármacos a corto plazo y en formas inhaladas en muchas indicaciones sobre todo para las patologías respiratorias.

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Antidepresivos y antipsicóticos

Los antidepresivos actúan a nivel del sistema serotoninérgico, que es precisamente el que actúa controlando el hambre y la sensación de saciedad, de manera que estos fármacos generan un aumento del apetito. Al actuar sobre el sistema nervioso central pueden también ralentizar el metabolismo. Estos efectos dependen de la duración del tratamiento y del propio fármaco (la Paroxetina por ejemplo causa este efecto más que el resto de los antidepresivos). Sin embargo, al acabar el tratamiento es muy probable que se produzca una pérdida relativa de peso.

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Anticonceptivos

Los anticonceptivos hormonales compuestos, precisamente, por estrógenos y progesterona actúan interrumpiendo la ovulación normal de la mujer por medio de estas hormonas, lo cual conlleva como efecto secundario el aumento de la acumulación de grasa. Este tema ha sido de gran controversia, ya que en un principio la formulación de estas dosis no era tan exacta, ni existían tantas vías de administración como las que tenemos en la actualidad, facilitando encontrar el anticonceptivo ideal y que menos efectos secundarios produzca a cada paciente. Una dieta equilibrada y baja en sal puede ayudar a contrarrestar este efecto adverso.

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Betabloqueantes

Los betabloqueantes utilizados para patologías cardíacas generalmente relacionados con la presión arterial elevada, insuficiencias cardíacas y arritmias pueden actuar ralentizando el metabolismo y llevar al acúmulo de líquidos. Precisamente por esto, es muy frecuente que estos fármacos vayan acompañados de un diurético que ayudarán a la eliminación de ese líquido.

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No suspendas el tratamiento y consulta siempre con tu médico todas tus dudas

Habiendo conocido estos efectos, es muy importante incidir en que los tratamientos farmacológicos no deben ser interrumpidos y no caer precisamente en el error de hacerlo por el aumento de peso. No a todos los pacientes le producen los mismos efectos secundarios, pero si fuera el caso, lo recomendable es acudir a un especialista que valore cambios en la dieta y los adapte a la nueva situación para mantener un correcto balance energético, concluye Carmen Desmonts Salazar, farmacéutica de Dosfarma.

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