Cuando comes en exceso, lo cierto es que, salvo excepciones, sueles ganar peso. Normalmente, la ingesta calórica va muy relacionada con nuestros kilos de más. Pero lo cierto es que también podemos encontrarnos con situaciones en las que las personas comen poco y, aun así, engordan. ¿Por qué motivos podemos ganar kilos aunque no estemos comiendo de más? Tal y como nos explica el doctor Ángel Soriano, nutricionista y miembro de Doctoralia, “la ganancia de peso es multifactorial y siempre puede haber algún factor que se nos escape como las cantidades, el dejar de hacer ejercicio y seguir comiendo lo mismo, el abusar de ciertos alimentos o ingredientes (como pudiera ser el aceite de oliva en la ensalada o en el pan que, si nos pasamos, se multiplican las calorías), el consumo de alcohol, los azúcares ocultos, la bebidas, el picar entre horas, el estrés, el dormir poco y muchos más”.
Eso sí, para el especialista, si tuviéramos que destacar alguno, se quedaría con una mala flora intestinal, consecuencia de haber estado abusando de ultraprocesados y otros alimentos ricos en harinas refinadas y azúcares o por el abuso de ciertos medicamentos como antibióticos, ibuprofeno o antiácidos. “Lo bueno es que cuando mejores tu dieta también mejorará tu flora intestinal gracias al aporte de fibra fermentable”, nos explica.
Y otro factor que conviene destacar la alteración del ritmo circadiano es no respetar las horas de sueño acostándose muy tarde o directamente no dormir por la noche, ya sea por ocio o por motivos laborales o de salud. Esto altera el normal funcionamiento de las hormonas y, por lo tanto, del metabolismo, lo cual puede dificultar la pérdida de peso, facilitar que engordemos (por alterar la sensación de hambre) y provocar otros problemas de salud más graves.
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