Aceite de palma
Está presente en alimentos ultraprocesados: helados, salsas, margarinas, galletas, bollería, pizza, snacks, dulces, etc. Es una grasa compuesta por ácidos grasos saturados, entre ellos, el ácido palmítico relacionado con diversas disfunciones en el metabolismo, como la diabetes. Además, al someter la industria a este aceite a temperaturas muy elevadas (para mejorar su sabor, olor, aspecto, etc), se forman unos compuestos tóxicos y carcinogénicos para el organismo.
"En resumen, dentro de todos los tipos de aceites, el más saludable y económico para consumir en crudo es el aceite de oliva virgen extra. Mientras que, para cocinar frituras o emplear temperaturas más elevadas: el aceite de orujo de oliva, el de coco o el de girasol alto oleico", nos comenta la nutricionista.
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