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Desde el punto de vista de la psicología, en las relaciones, sobre todo en las de pareja, podemos encontrarnos con una situación que se repite con relativa frecuencia: cuando uno de los miembros de la misma depende en exceso del otro. “La dependencia emocional debe ser entendida como un apego exagerado por el entorno donde nos movemos. En la mayoría de los casos tiene una correlación con inseguridad de esa persona, autoestima baja y que se unen formando una dependencia limitante en la toma de decisiones en su vida por sí mismo”, nos comenta el doctor Juvenal Ornelas de Mundopsicologos.com, quien apunta a que un ejemplo clásico está relacionado con la pareja. “Por miedo a perderla, el sujeto dependiente deja de tomar decisiones personales para estar en una continua indecisión, a la espera que sea otro quien le dé las pautas de su vida”, nos detalla. No hay duda de que estamos ante una situación que puede convertirse en tóxica, porque las emociones y capacidades individuales de la persona quedan irremediablemente en segundo plano. “La persona deja de tener iniciativa propia y comienza una espiral de dependencia”, nos dice.

 

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¿Qué pasos debemos seguir para superarla?

Una vez que tenemos claro cuál es el problema, llega el momento de plantearse cuál es el camino que tenemos que seguir si queremos superar dicha dependencia emocional. “Los pasos para superar esa dependencia tienen relación con el poder de creer en ti mismo sobre todas las cosas. Debemos fomentar que el sujeto entienda que todas y cada una de las decisiones en su vida son suyas, que influyen en su vida, y que ninguna de ellas debe o sigue un patrón de buenas o malas decisiones y sí un patrón de vivir bajo tu forma de entender la vida”, nos cuenta el experto, que apunta otros consejos:

-La persona tiene que entender que es ella la dueña de su destino, que hoy puede compartir tu vida con determinada persona, y que mañana puede cambiar todo.

-Que debe ser fiel a su manera de ser.

-Debe entender que ceder parte de lo que es por agradar o ayudar a otro no es la forma correcta de crear una relación sana.

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Una cuestión de carácter

“Debes potenciar, en definitiva, tu carácter, debes creer en tus posibilidades y en tus potenciales como individuo y que eso se mezcla con la madurez como persona. Que otros te lo hagan todo y sean responsables de lo que solo tú debes hacer es el peor remedio para cualquier ser humano, nunca se hará responsable de tus actos y siempre tendrá el comodín de la culpa es del otro que me dijo que lo hiciera. Se elimina toda capacidad de ser tú mismo, y se crea desde edad muy temprana un comportamiento inadecuado en el dependiente”, nos cuenta el psicólogo.

 

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¿Es una situación negativa?

Nos planteamos, además, si es siempre negativa la dependencia emocional. “Todas las formas de dependencia siempre son negativas. Se puede confundir con empatía. Pero es tóxico que otra sea la solución. Dependes de ti y de tus emociones personales. Pueden ser semejantes o compatibles con las de otros, pero siempre serán tuyas e intransferibles”, nos explica. Y es que, en su opinión, la mejor manera de crear lazos no dependientes, es ayudar al otro, desde una simple pregunta de ¿qué vas hacer ...? Porque debe ser el dependiente quien llegue a decidir. Apoyarle en su decisión es lo más adecuado y recordarle que nada es ni debe ser adecuado o socialmente aceptado, sino que debe tener una gran parte de tu experiencia propia.

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¿Hay personas con más tendencia a tener dependencia emocional?

Es posible que haya determinados indicadores de personalidad que nos llevan a ser más dependientes. “El dependiente suele ser un sujeto muy pasivo en su vida. Suele delegar desde muy pequeño en sus padres o en su entorno sus cosas. Un niño que por brusquedad de afecto realiza sólo aquellas acciones que sus padres le ordenan, es un claro indicador de brusquedad de la aceptación por medio de la sumisión emocional. En la adolescencia y después en la etapa adulta, continúa esa brusquedad de aceptación por delegar en el otro. Y nunca llega a tener un propio criterio sobre su vida, hasta que, por determinadas situaciones y golpes en la vida, comienza a tener conciencia de que así no es la forma correcta de ir por la vida. Siendo el segundo o el copiloto de tu propio destino”, nos explica.

Y cita que también están aquellas personas que tienen inseguridad, autoestima baja y que no se aceptan tal y como son. Y ante cualquier sujeto que muestre algo de lo que él carece, se crea automáticamente una dependencia a seguirle sin dudarlo.

 

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¿Qué podemos hacer si somos dependientes emocionales?

¿Es una tarea fácil superar una situación de dependencia emocional? “Para superar esa dependencia, debemos trabajar el decidir sin contar con las aprobaciones y la opinión de otro. En la vida se pueden cometer errores, pero nunca será peor que hacer que otro los cometa en tu nombre. Debes recuperar tu forma de ser, tu propia personalidad, tu idea de cómo quieres que sea tu vida, con sus momentos de alto y de bajo, con las grandes y pequeñas decisiones, que se justifiquen en ti. No podemos querer que nos quiera, no podemos obligar a que alguien siga a tu lado a pesar de todo, no podemos sentir que sin el otro no vivimos. Todas son creencias erróneas, que se autoalimentan en un continuo ‘yo no puedo’ cuando siempre es un ‘querer es poder’. Y que solo tú eres dueño de tu vida y no necesitas a nadie que te lo recuerde, ese alguien siempre debes de ser tú”, nos cuenta el experto.

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