Buena digestión, mejor sueño
En ocasiones creemos que tenemos poca facilidad para coger el sueño o que incluso padecemos insomnio, cuando lo que realmente ocurre es que hacemos una mala digestión de forma habitual. Un mal hábito alimenticio que nos haga cenar muy tarde o alimentos difíciles de digerir puede hacer que durmamos menos y peor. La acidez, el reflujo, las pesadillas y los gases pueden arruinar nuestros sueños.
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Naranjas y kiwis
Pese a que la vitamina C es muy beneficiosa para nuestro organismo, los cítricos que las contienen, como las naranjas o los kiwis, son alimentos muy ácidos que pueden colaborar a un trastorno estomacal continuado relacionado con la acidez y los ardores. En suma, se trata de alimentos que hacen más pesada la digestión cuando estamos en posición horizontal, y que pueden provocar que los músculos del estómagos no hagan bien su función y los líquidos gástricos se vuelvan hacia el esfófago produciendo lo que denominamos como “reflujos”, acidez o ardores.
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Chocolate como premio
Si después de pasar todo un día superando retos y complicaciones no te mimas tú ¿quién lo hará? Es entonces cuando una onza de chocolate parece que te llama desde la despensa. Sin embargo, ten cuidado, podría ser una trampa si un premio que debería mimarte te hace la vida más difícil, entonces se trata de un falso amigo. El chocolate a deshoras es muy mala idea, y realmente si pretendes comerlo de noche debes saber que no es su momento. El chocolate entorpece tu digestión y afectará negativamente a tu sueño, y tal vez más que un placer culpable puede acabar siendo el motivo de tus pesadillas.
Café
Parece una obviedad, pero tomar café no es la mejor idea para irte a la cama. Es probable que opines que a ti el café no te quita el sueño y que, por tanto, puedes tomarlo a cualquier hora del día o de la noche, pero lo que tal vez no sabes es que duermas bien o no, tu ritmo cardíaco sí se afecta por el café, y se aceleran todos los procesos orgánicos y digestivos.
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Setas
Amamos los vegetales, y siempre son bienvenidos, pero algunos hacen que nuestra digestión sea más pesada. Es el caso de las setas, que son consideradas la “carne vegetal” por estar formada de macromoléculas. Sin embargo también aportan un alto contenido en fibra, potasio, ácido fólico y vitamina B.
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Pasta
Tomar un buen plato de pasta puede ser un comodín gastronómico a cualquier hora del día, capaz de sacarnos de apuros ante cualquier imprevisto. Sin embargo, la pasta no es buena consejera de sueños reparadores cuando es un plato único. No tengas miedo a incluir carbohidratos en la cena, puede que pasta, pero no lo hagas sin tiento ni medida y busca que sean integrales; siempre son mejores pues conservan su fibra intacta, al igual que otros nutrientes que disminuyen drásticamente cuando la pasta se refina.
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Legumbres
No estigmaticemos a las legumbres, porque son un alimento maravilloso incluso de noche. El problema es que producen gases por su alto contenido en fibra y esto puede hacer que tu digestión sea más pesada. Los garbanzos y las lentejas son los que más flatulencias producen, pero si limitas la cantidad te verás exenta de este efecto.
Agua
El agua es muy buena para la salud, pero procura no guardar toda tu sed para el minuto antes de acostarte. Ten en cuenta que cuanto más agua bebas al ir a la cama más veces te despertarás y deberás levantarte al aseo en plena noche. Esto no tiene que ver de forma directa con la digestión, pero cuanto menos veces te despiertes más placentero y útil será tu sueño y, en el caso de beber mucho, incluso podrías tener pesadillas.
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Carne roja
Si de día la carne roja es una de las principales causas de digestión pesada, ¿qué no será por la noche? Su alto aporte de proteínas puede producirte una noche de pesadillas y malestar, e incluso evitar que pegues ojo. Contiene, además, grasas insaturadas que son las responsables de un descenso de la serotonina, lo que produce una ruptura en tu estado de somnolencia, dado que se trata de la hormona de sueño.
Ni jamón ni chorizo
Es poco probable que creas que tomar chorizo antes de dormir te puede hacer bien. Un sexto sentido (o sabiduría popular) nos avisa de que no debemos consumir procesados de origen animal antes del sueño para garantizar una buena digestión. Esto incluye al jamón cocido de cerdo o el fiambre de pechuga de pavo, que también son alimentos magros ultraprocesados, así que no te dejes engañar por su sabor suave y su color claro. Si lo que pretendes es tomar algo de proteína, el huevo es una opción muy razonable y saludable.