Psicología

Ignacio Morgado, neurocientífico: “El cerebro tiene un gran poder para asociar los olores a situaciones importantes de nuestra vida”


Es el sentido más primitivo y actúa directamente en tus emociones. Puede ayudarte a calmarte en momentos de estrés o a fijar la memoria y evitar el deterioro cognitivo.


Mujer oliendo el aroma de un té  en Navidad© Getty Images
18 de diciembre de 2025 - 16:00 CET

El olfato es, probablemente, el sentido más olvidado cuando hablamos de bienestar emocional y salud cerebral. Sin embargo, si nos fijamos en nuestra propia experiencia, basta con percibir un aroma concreto, el café recién hecho, un perfume conocido, el olor de una comida casera o del hogar, para que algo se active de forma inmediata en nuestro interior. Es más, puede que incluso, por unos segundos, nos transporte a otro momento y a otro lugar ¿Por qué ocurre esto? ¿Qué tiene el olor que lo convierte en un disparador tan potente de la memoria y de las emociones?

Para responder a estas preguntas, hemos hablado con el neurocientífico Ignacio Morgado, una de las voces más autorizadas en divulgación sobre cerebro. Con él, vamos a entender por qué el sentido del olfato y los aromas que nos rodean son tan importantes para nuestras emociones, cómo actúa el olor en el cerebro y de qué manera podemos utilizarlo a nuestro favor.

El sentido del olfato, la memoria y las emociones

Cuando nos preguntamos por qué es tan importante este sentido para nuestro cerebro, debemos entender cómo ha sido la evolución del ser humano. Tal y como explica Ignacio Morgado, el olfato es “uno de los sentidos más primitivos”. Desde los orígenes, detectar olores fue imprescindible para sobrevivir. Reconocer comida en buen estado o identificar la presencia de depredadores marcaba la diferencia entre vivir o no vivir.

El cerebro está especialmente preparado para unir lo relevante con los estímulos olfativos. Y lo relevante, casi siempre, tiene carga emocional

Ese peso evolutivo ha dejado huella en el cerebro. Las estructuras que procesan los olores están muy próximas a las áreas que gestionan la emoción y la memoria. No pasan por tantos filtros racionales como otros sentidos, como la vista o el oído. Por eso, cuando un olor llega, lo hace de forma directa y rápida. Además, como señala el experto, “todo lo que tiene para nosotros importancia se asocia con mucha fuerza a cualquier olor presente”. El cerebro está especialmente preparado para unir lo relevante con los estímulos olfativos. Y lo relevante, casi siempre, tiene carga emocional.

Mujer feliz con un café en Navidad© Getty Images

Qué ocurre en el cerebro cuando un olor activa un recuerdo

Cuando percibimos un olor vinculado a una experiencia pasada, el cerebro no se limita a reconocerlo. Lo asocia de manera automática con situaciones, lugares o personas que formaron parte de un momento significativo de nuestra vida.

Tal como nos explica el neurocientífico, “los olores se asocian con mucha fuerza a las situaciones que vivimos, particularmente cuando estas últimas tienen contenido emocional”. De hecho, si nos paramos a analizar el recuerdo que activa esa fragancia o ese aroma reconocido, observaremos que no se trata de un recuerdo neutro, sino de una vivencia completa. Tanto, que incluso podemos reconocer lo que nos hacía sentir. Por eso un aroma puede trasladarnos mentalmente a la infancia, a una casa concreta o a una persona que ya no está. El olor actúa como una llave que abre una puerta que la memoria racional no siempre sabe encontrar.

Los olores de la Navidad despiertan recuerdos muy intensos, incluso en personas que no suelen ser especialmente nostálgicas porque son fechas cargadas de significado personal y social

Los olores de la Navidad 

Y ya que hablamos de las emociones que activa el sentido del olfato, no podemos dejar de mencionar cómo nos afecta en estas fechas tan señaladas. Y es que hay épocas del año especialmente cargadas de aromas. La Navidad es un ejemplo claro. El olor a canela, a pino, a abeto, a determinados platos o dulces, a chimenea o al frío de la calle tras haber disfrutado de una larga sobremesa en casa despierta recuerdos muy intensos incluso en personas que no suelen ser especialmente nostálgicas.

La explicación vuelve a ser la misma: emoción e importancia. Según Morgado, los olores navideños tienen “una estrecha relación con todas las emociones que vivimos en tiempos navideños”. Son momentos cargados de significado personal y social, y el cerebro los registra como tales.

La infusión subliminal de un olor agradable se ha comprobado que puede reducir ese miedo, mejorar el ánimo y aumentar el sosiego

Ignacio Morgado, neurocientífico

Cómo un olor puede mejorar el estado de ánimo

Una de las cuestiones más interesantes es si un olor puede cambiar nuestro estado emocional de forma inmediata. Y la respuesta es afirmativa. Fundamentalmente, “cuando un olor es agradable y placentero puede mejorar el ánimo”. Por ello, entrar en casa y encender una vela aromática o perfumarnos cuando estamos nerviosas puede ayudarnos a tener más calma. Ignacio Morgado nos cuenta que esto es algo estudiado y utilizado en la vida diaria. “Donde la gente está siempre con miedo”, explica, “la infusión subliminal de un olor agradable ”. No se trata de eliminar el nerviosismo por completo, pero sí de modularlo, de hacerlo más llevadero.

Eso sí, este efecto puede ser mayor cuando el aroma es suave. “Curiosamente, puede hacerlo mejor cuando su concentración es baja y no es conscientemente percibido que cuando lo notamos con intensidad. Es un misterio, pero funciona”.

Así, este tipo de estrategias se están utilizando cada vez más en espacios sanitarios, centros de trabajo y entornos donde la tensión emocional es frecuente. 

El sentido del olfato no es propenso a envejecer porque las células receptoras del olfato se renuevan aproximadamente cada mes

El olfato y el envejecimiento cerebral

Otro de los aspectos importantes es que a menudo se asocia el envejecimiento con la pérdida progresiva de los sentidos. Sin embargo, el olfato tiene una característica muy especial: sus células receptoras se renuevan constantemente. “El sentido del olfato no es muy propenso a envejecer”, señala Ignacio Morgado, “porque las células receptoras del olfato que tenemos en las fosas nasales tienen recambio frecuente, de alrededor de un mes”. Las células viejas se sustituyen por nuevas, lo que dificulta su deterioro con el paso del tiempo.

Por eso, salvo que existan otras causas médicas, muchas personas mayores conservan un buen sentido olfatorio. Este hecho tiene implicaciones importantes, no solo para la calidad de vida, sino también para la estimulación cognitiva y emocional en la vejez “por su gran poder asociativo”, afirma el experto. 

mujer sentada en la bañera, preparando un baño relajante© Getty Images

Cómo utilizar los olores un mayor bienestar 

Por último, no es necesario esperar a la vejez para utilizar determinados aromas para estar bien o mejorar la memoria. Podemos seguir estos sencillos consejos que nos aportarán un mayor bienestar: 

Al llegar a casa, enciende siempre la misma vela o difusor: ese aroma le indica a tu cerebro que es momento de bajar el ritmo

  • Cuando estés nerviosa, utiliza un olor que asocies con calma y respira profundamente durante unos minutos para recuperar el sosiego.
  • En el baño, crea un pequeño ritual olfativo: una pastilla de jabón con un aroma agradable o unas gotas de aceite esencial en la ducha ayudan a relajar y ordenar las emociones.
  • Acompaña las rutinas de descanso con un aroma suave y constante para reforzar la sensación de bienestar.
  • Utiliza un olor concreto mientras realizas tareas importantes: el cerebro lo asociará y te ayudará a fijar mejor la memoria.
  • Recupera olores de tu infancia o de etapas felices: son una vía directa para activar recuerdos y emociones agradables.
  • No fuerces la evocación: basta con que el olor esté presente para que el cerebro haga su trabajo de asociación.  

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