Luis Guillén Plaza, psicólogo: "Al oír villancicos, vienen a la mente escenas de Nochebuena de años pasados, reuniones con seres queridos o la emoción al decorar el árbol"


Hablamos con el experto sobre las emociones que nos despierta el hecho de escuchar, año tras años, las melodías de estas canciones navideñas


mujer con auriculares, escuchando música junto al árbol de Navidad y rodeada de regalos© Adobe Stock
18 de diciembre de 2025 - 7:02 CET

Las melodías navideñas resuenan estos días en las plazas y las calles de las ciudades. Te acompañan mientras decoras tu casa o mientras preparas esa cena que tanta ilusión te hace. Los villancicos y canciones de esta época son detonantes de recuerdos, emociones y vínculos familiares. Recuerdas a tus abuelos o tus padres entonando esas letras pegadizas que volvían a casa, como el turrón, cada Navidad.

Al escucharlos, muchos reviven la calidez de la infancia, la nostalgia de quienes ya no están o la alegría compartida en torno a una mesa. Hemos hablado con Luis Guillén Plaza, psicólogo general sanitario en el Centro de Psicología Psicopartner, sobre por qué estas canciones tradicionales tienen el poder de activar nuestra memoria emocional y conectar con lo más profundo de nuestra identidad colectiva.

¿Por qué ciertas canciones, como los villancicos, despiertan tanta emoción incluso años después?

Esto se puede deber a varios motivos:

  • Repetición y familiaridad: Las canciones navideñas suelen escucharse año tras año, generando familiaridad. Cuantas más veces oímos una canción, más tiende a gustarnos. Esa repetición periódica consolida la melodía en nuestra memoria y refuerza el vínculo emocional que sentimos al escucharla nuevamente, incluso tras largos años.
  • Estructura pegajosa: Muchos villancicos tienen composiciones sencillas y pegadizas. Suelen basarse en estructuras simples, intervalos cortos y ritmos accesibles, lo que facilita que el público las memorice y tararee sin esfuerzo. Estas canciones se convierten en “gusanos auditivos”, fragmentos musicales que el cerebro repasa en bucle mentalmente. Nuestro cerebro procesa y almacena estas melodías con rapidez, por lo que permanecen accesibles en la mente mucho tiempo.
  • Peso cultural y carga emocional: Los villancicos poseen un gran peso cultural y suelen estar ligados a tradiciones familiares o religiosas. Además, vienen cargados de una fuerte emotividad asociada a la época navideña (alegría, amor, paz). Esta carga emocional amplifica su impacto en el oyente.

Si los recuerdos evocados por la canción son positivos, la emoción resultante también lo será, intensificando sentimientos de alegría, calidez o melancolía agradable al escuchar esas melodías

Luis Guillén Plaza, psicólogo

¿Qué papel juega la memoria autobiográfica en la reacción emocional que sentimos al escuchar música navideña?

La memoria autobiográfica desempeña un papel fundamental en la respuesta emocional a la música navideña. Al escuchar villancicos, se activan en el cerebro recuerdos personales asociados a Navidades pasadas.

En particular, la música vinculada a nuestros recuerdos activa la corteza prefrontal medial, una zona cerebral fuertemente conectada con los recuerdos autobiográficos. Esto significa que un villancico puede llevarnos a revivir escenas de nuestra propia vida (por ejemplo, una reunión familiar en la infancia). De hecho, la música navideña a menudo está ligada a recuerdos de la niñez y la familia. Si los recuerdos evocados por la canción son positivos, la emoción resultante también lo será, intensificando sentimientos de alegría, calidez o melancolía agradable al escuchar esas melodías.

¿La música puede activar recuerdos que estaban 'dormidos' en nuestra mente?

Sí, la música es un detonante de recuerdos olvidados. Las canciones pueden funcionar como “marcas de tiempo” en el cerebro, ayudándolo a localizar experiencias del pasado que creíamos dormidas. Las canciones completas son especialmente eficaces para reactivar recuerdos personales, más que solo oír la letra o la melodía por separado. Esto indica que la integración de todos los elementos musicales (ritmo, melodía, letra) evoca con mayor fuerza eventos autobiográficos. Muchas canciones hacen rememorar vívidamente experiencias de la época en que esos temas eran populares, generando una intensa sensación de “revivir” momentos del pasado.

mujer escuchando música navideña junto al árbol de Navidad© Adobe Stock

¿Por qué los villancicos generan sentimientos de nostalgia y pertenencia?

Esto se explica debido a:

  • Recuerdos de infancia y nostalgia: Los villancicos nos transportan a la infancia. Al oírlos, vienen a la mente escenas de Nochebuena de años pasados, reuniones con seres queridos, la emoción al decorar el árbol o abrir regalos. Esa conexión con recuerdos entrañables genera una profunda nostalgia. Por eso una simple canción puede devolverte las imágenes, sensaciones e incluso olores de aquellas festividades pasadas, haciendo que añoremos esos momentos.
  • Tradición compartida y sentido de pertenencia: Los villancicos son un elemento cultural compartido de generación en generación. Villancicos clásicos como “Noche de Paz” o “Jingle Bells” son conocidos por todos y se cantan en familia, en colegios, iglesias o en la calle. Esto los convierte en un pilar cultural que refuerza el sentido de comunidad y pertenencia. Cantar juntos estas canciones crea un sentimiento de unión: incluso personas desconocidas se sienten conectadas al entonar un villancico en coro. Esa tradición musical colectiva nos hace sentir parte de un grupo y de algo más grande (una familia, una comunidad, una cultura), alimentando la cohesión social.
  • Melodías cálidas y mensajes de unión: Los villancicos suelen presentar melodías cálidas y agradables, con letras que celebran la paz, el amor, la esperanza y la unión familiar. Emplean a menudo coros y campanillas que evocan comunidad, y ritmos predecibles que resultan familiares y reconfortantes. Estos elementos son fácilmente reconocibles y profundamente emotivos, creando una atmósfera de calidez y seguridad. La repetición de acordes y frases melódicas en muchas canciones navideñas aporta una sensación de estabilidad, lo que refuerza los sentimientos de tradición y pertenencia en quien las escucha.

Cantar juntos estas canciones crea un sentimiento de unión: incluso personas desconocidas se sienten conectadas al entonar un villancico en coro

Luis Guillén Plaza, psicólogo

¿Qué ocurre en el cerebro cuando una melodía nos emociona hasta las lágrimas?

Cuando una pieza musical nos conmueve profundamente, en nuestro cerebro se activan circuitos de recompensa y emoción de forma intensa. Escuchar nuestra música favorita puede desencadenar la liberación de dopamina en regiones de recompensa como el estriado (incluyendo el núcleo accumbens). En concreto, instantes antes de llegar a “la parte más especial” o clímax de una canción, el nivel de dopamina se eleva rápidamente, produciendo esas oleadas de placer que se manifiestan físicamente como escalofríos o piel de gallina. Es decir, el cerebro anticipa el momento culminante de la melodía y nos “recompensa” químicamente al alcanzarlo, generando un intenso bienestar que a veces abruma hasta las lágrimas.

Además, las regiones auditivas y emocionales del cerebro están trabajando en conjunto. En personas muy sensibles a la música, se ha observado una mayor conexión estructural (más fibras nerviosas) entre la corteza auditiva y las áreas que procesan emociones. Esta fuerte comunicación hace que los sonidos musicales puedan provocar reacciones emocionales especialmente poderosas. El resultado es que una melodía conmovedora puede activar simultáneamente la percepción sonora y la respuesta emocional del cerebro, inundándonos de sentimiento.

Cuando la música es triste o nostálgica, entra en juego otro mecanismo. Las canciones melancólicas suelen provocar escalofríos y lágrimas con más frecuencia que la música alegre. La hipótesis es que la música triste activa un antiguo circuito cerebral de angustia por separación (similar al que sentiríamos ante la pérdida de un ser querido). Por eso, al escuchar una balada nostálgica podemos sentir una mezcla de tristeza, anhelo o belleza que nos abruma emocionalmente. En otras palabras, ciertas melodías estimulan las mismas vías neuroquímicas que la pena o la añoranza, haciéndonos llorar como lo haríamos ante una pérdida real. Esta respuesta primal explicaría por qué una canción puede tocarnos el alma y hacernos derramar lágrimas, ya sea de tristeza compartida o de alegría desbordante.

partitura de canción navideña© Adobe Stock

¿La respuesta emocional a la música es universal o depende de la cultura y las experiencias personales?

La respuesta emocional a la música tiene componentes universales, pero también diferencias debidas a la cultura y a las experiencias individuales.

  • Por un lado, la música puede considerarse un “lenguaje universal” de las emociones. Personas de culturas distintas reconocen patrones emocionales similares en la música. Por ejemplo, incluso sin conocer una pieza extranjera, oyentes de distintos países suelen identificar si transmite alegría, tristeza, enojo o miedo. Un estudio intercultural mapeó las experiencias subjetivas con miles de canciones y encontró al menos 13 emociones básicas evocados por la música (como diversión, alegría, erotismo, belleza, relajación, tristeza, temor, energía, etc.), que aparecían de forma consistente en participantes tanto de EEUU como de China. Ambos grupos asociaron melodías similares con emociones comparables, lo que sugiere que compartimos un núcleo común en cómo percibimos la emotividad musical.
  • Por otro lado, la cultura moldea en gran medida nuestras preferencias y reacciones emocionales a la música. No todas las sociedades valoran por igual los mismos sentimientos musicales. En culturas asiáticas se prefieren canciones que expresan emociones positivas y colectivas, mientras que en Occidente mucha gente elige como favoritas canciones con carga emocional más negativa o individualista. Esto coincide con que las sociedades orientales se enfatizan emociones interpersonales (como la armonía, la vergüenza o el afecto grupal) mientras que en occidentales se tiende a emociones intrapersonales (orgullo, culpa, ansiedad individuales). 
  • Finalmente, la experiencia personal de cada individuo juega un papel crucial en la respuesta emocional a la música. Aunque una pieza tenga elementos universalmente emotivos, la intensidad y cualidad de lo que sentimos al oírla dependen de nuestras propias vivencias asociadas. Cada uno de nosotros vincula ciertas canciones con momentos de nuestra vida: quizá una canción nos emociona porque sonó en una película que nos marcó, o porque la escuchábamos en una época específica. Muchas asociaciones emocionales que provocan las canciones se basan en el contexto en que las escuchamos anteriormente.

Cada uno de nosotros vincula ciertas canciones con momentos de nuestra vida

Luis Guillén Plaza, psicólogo

¿Puede la música ser una herramienta terapéutica para mejorar el bienestar emocional en épocas de estrés?

Sí, la música puede actuar como una herramienta para aliviar el estrés y mejorar el bienestar emocional. Los beneficios de emplear música son los siguientes:

  • Reducción del estrés y la ansiedad: Escuchar música adecuada puede disminuir las respuestas fisiológicas del estrés. Se ha demostrado que la música relajante reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en situaciones de tensión. Asimismo, la música tiende a bajar la frecuencia cardíaca y la presión arterial cuando estamos agobiados, induciendo un estado de calma. Estos efectos relajantes ocurren en parte porque la música placentera activa el sistema de recompensa cerebral, generando sensaciones de placer y tranquilidad que contrarrestan el estrés.
  • Mejora del estado de ánimo y resiliencia: La música puede levantarnos el ánimo incluso en épocas difíciles. Canciones animadas o nuestras favoritas estimulan la liberación de endorfinas y dopamina, produciendo sentimientos de bienestar. Además, hacer música o cantar en conjunto aporta beneficios sociales: cantar colectivamente libera endorfinas que nos hacen sentir bien y crea lazos entre quienes comparten la experiencia.
  • Musicoterapia y salud mental: La música se utiliza clínicamente como complemento terapéutico. La musicoterapia ha mostrado eficacia reduciendo síntomas de depresión y ansiedad, y mejorando el estado emocional de diversos pacientes. Se ha demostrado mejoras en personas con depresión, trastornos de ansiedad, dolor crónico y trastornos neurológicos.

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