Bertina Fernández, experta en nutrición, sobre los suplementos: "Que sean naturales no significa que sean seguros"


Si eres de las que caen en las modas con determinados complementos alimenticios, estas advertencias te interesan.


Una mujer tomando suplementos alimenticios© Getty Images
Elisa García FayaRedactora de Belleza y Estar Bien
16 de diciembre de 2025 - 18:00 CET

Todos hemos escuchado (o dicho) alguna vez eso de que "si es natural, no pasa nada". Y esto nos lleva a abusar, sin criterio muchas veces, de los suplementos nutricionales y la herbodietética en general. Pero ¿de verdad si un complemento alimenticio se compone exclusivamente de ingredientes naturales se puede aplicar el libre albedrío? 

Acaso no nos da una pista esa nota a pie de envase que reza "no superar la dosis diaria recomendada" para, al menos, plantearnos, si existen riesgos que se puedan derivar del exceso o uso prolongado de determinadas sustancias catalogadas como naturales? 

mujer mirando sus suplementos alimenticios en un pastillero© Getty Images

La doctora Bertina Ferrández,  Bertina Ferrández, miembro de Top Doctors Group, especialista en nutrición y dietética, lo deja  claro: "Casi todos los nutrientes tienen un límite superior seguro (UL) definido por organismos como la EFSA y superarlo incrementa mucho el riesgo de efectos adversos". Pero la experta, además, alerta de otro problema frecuente: tomar suplementos sin saber si realmente existe un déficit, sin una analítica o valoración médica que lo justifique. 

Una mujer tomando suplementos nutricionales© Getty Images

Asegura que esto pasa mucho con el hierro, la vitamina D o la B12. "Esto no solo puede ocultar enfermedades de base, sino también conducir a excesos", alerta. Afirma que también es habitual acumular la misma vitamina o mineral desde distintos productos: multivitamínicos, suplementos para las defensas, cápsulas para el pelo o la piel... "Así es muy fácil sobrepasar los límites, sobre todo con vitamina A, vitamina D o minerales como el zinc", apuntala. 

Y señala que otro error común pasa por tomar suplementos en lugar de mejorar la dieta o seguir el tratamiento médico. De ahí que se haya popularizado, por ejemplo, eso de que "de nada sirve que consumamos magnesio para descansar mejor si ni siquiera dormimos las horas suficientes" y otros reclamos de los que se hacen eco (por suerte) expertos en salud y divulgación últimamente, dada la fiebre que existe por la suplementación. 

Una mujer tomando suplementos nutricionales© Getty Images

Para Bertina también es alarmante el hecho de que mucha gente no revise interacciones con medicamentos, enfermedades previas, embarazo, lactancia o problemas renales y hepáticos. Aunque es cierto que en algunas de estas etapas sí tendemos a ser más precavidos e incluso nos interesamos por cuáles son los cosméticos que podemos seguirnos aplicando cuando estamos, por ejemplo, esperando un bebé

De cualquier modo, "todos estos factores cambian por completo el perfil de seguridad", explica la doctora. Y es algo que no podemos pasar por alto. La doctora habla de los riesgos de consumir en exceso suplementos "de moda" y pone varios ejemplos.

Vitaminas y Suplementos© Getty Images

Vitaminas liposolubles A, D, E y K

Se acumulan en el organismo y por eso son las que más se relacionan con toxicidad. Por ejemplo, dosis altas de vitamina D mantenidas pueden causar hipercalcemia y daño renal y dosis en exceso de vitamina A se asocian a hepatotoxicidad, alteraciones óseas y síntomas neurológicos. Las hidrosolubles suelen eliminarse mejor, pero no siempre están libres de riesgo. La vitamina B6, por ejemplo, en dosis altas y mantenidas se ha relacionado con neuropatía sensitiva

suplementos© Getty Images

Magnesio

El de la dieta no suele causar problemas, pero los suplementos en dosis altas se asocian con diarrea, náuseas y dolor abdominal. En personas con insuficiencia renal o con ingestas muy altas puede aparecer hipermagnesemia con hipotensión, arritmias y debilidad muscular. 

suplementos© Getty Images

Creatina

Es generalmente segura en dosis de 3–5 g/día en adultos sanos. Aunque puede elevar la creatinina en analíticas sin que eso implique deterioro renal. Los efectos adversos son, sobre todo, digestivos (hinchazón, diarrea) y retención de líquidos. Los problemas aparecen con fases de carga de 20 g/día o dosis muy altas.  En personas con enfermedad renal previa, la recomendación es ser muy prudente o evitar su uso. 

Mano de mujer sosteniendo tres perlas de suplementos alimenticios.© Getty Images

Hierro

A dosis habituales, el oral produce con frecuencia náuseas, dolor abdominal, estreñimiento o diarrea. El exceso crónico (o la sobrecarga en personas con hemocromatosis) se asocia a estrés oxidativo y favorece daño hepático, pancreático y cardiaco. Lo más habitual es que aparezcan síntomas a nivel digestivo.

mujer joven tomando suplementos en la cocina© Getty Images

Algunos suplementos pueden generar síntomas más generales o neuromusculares. Un exceso de vitamina D, por ejemplo, puede derivar en cansancio, debilidad, náuseas o aumento de la sed y la micción debido a la hipercalcemia. El exceso de magnesio puede causar debilidad, bajadas de tensión o arritmias

Es importante saber que cualquier reacción alérgica (ronchas, picor intenso, inflamación de labios o párpados, dificultad respiratoria) requiere suspender el producto y buscar atención médica. "A veces no hay síntomas, pero sí cambios en la analítica como alteraciones de la función hepática, elevación de la creatinina o ferritina excesivamente alta. 

Por todas estas cosas, "no se recomienda mantener suplementos potentes durante meses sin control, especialmente si la persona toma medicación crónica o tiene enfermedades previas", explica la doctora.

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