La vida está, inevitablemente, llena de momentos malos, de situaciones que cuesta mucho afrontar. Sí, no todo son unicornios y arcoíris. La psicóloga Lorena Gascón, (@lapsicologajaputa), ha querido reflexionar sobre ello en su libro Cómo sobrevivir a las putadas de la vida, donde trata de ayudar a quien lo tenga en sus manos a afrontar mejor esos momentos complicados: pérdidas materiales, relacionales, de expectativas, de seres queridos o de salud. Todo con un objetivo: que aprendas a ser más amable contigo mismo y a sobrellevar estas dificultades. "Nos pasamos la vida huyendo de lo malo, anestesiando el dolor, evitando nuestras sensaciones desagradables, y ocurre que cuando necesitamos sentir todo eso para poder avanzar, somos como un caracol que se mete en su concha", apunta la psicóloga, con quien hemos tenido la ocasión de hablar.
Todos sufrimos en la vida, es un hecho, ¿cree que necesitamos un discurso más realista y menos edulcorado sobre el sufrimiento?
Totalmente. Cuando sufrimos, necesitamos expresar lo que nos pasa para poder digerirlo poco a poco e integrarlo en nuestra cabecita. Creo que si se hablara de las cosas tal y como son, las personas podrían sentirse más libres a la hora de expresar cómo realmente se sienten. Cuando vivimos en una sociedad y cultura en las que está mal visto expresar malestar, corremos el riesgo de expresarlo convertido en síntomas.
¿Cuál es la “putada” más común que ve en consulta y cómo la trabaja?
Que algo sea una putada depende de la intensidad que eso tiene para la persona, de sus recursos para afrontarlo y de sus apoyos para salir adelante, es decir, lo que para una persona es una putada para otra pueda no serlo. No obstante, lo que más me suelo encontrar en consulta son pérdidas de seres queridos, pérdidas laborales, problemas de comunicación en las relaciones y pérdidas de autoestima. Cada una de ellas se trabaja de una forma concreta e individualizada, pero básicamente se trata de darle herramientas al paciente para que aprenda a identificar lo que le pasa, pueda permitirse sentirlo, lo pueda expresar y todo ello mientras se trata bien a sí mismo.
Creo que si se hablara de las cosas tal y como son, las personas podrían sentirse más libres a la hora de expresar cómo realmente se sienten.
Quien más quien menos pasa por dificultades severas y problemas en la vida, ¿qué factores influyen en que unas personas las afronten mejor que otras?
Pues muchas veces pensamos que somos tabulas rasas y que con 30 y tantos años nada nos ha influido hasta el día de hoy, pero no ocurre así. No vive las cosas igual un adulto que ha crecido en una familia con problemas socioeconómicos que otro adulto que ha tenido facilidades, igual que no vive las cosas igual un adulto que ha tenido el apoyo de sus padres durante su crecimiento que otro que ha sido ignorado o maltratado. Un contexto socioeconómico pobre, una crianza negligente de los padres, haber pasado por vivencias traumáticas a lo largo de la vida y no tener vínculos de apoyo son algunos de los factores que pueden dificultarnos el afrontamiento de una situación difícil.
Dice que "no podemos elegir nuestras mierdas, pero sí aprender a surfearlas". ¿Cómo se empieza a surfear el dolor sin hundirse?
Cuando vivimos algo muy doloroso puede haber momentos en los que sea normal y necesario hundirse, lo importante es no quedarnos a vivir en el agujero. Te diría que el primer paso para poder surfear el dolor cuando estamos mal sería ser conscientes de que es normal sentir lo que sentimos con lo que nos ha pasado y que tenemos todo el derecho del mundo a sentirlo. Si tenemos la suerte de poder contar con una persona que nos escuche sin juzgar, te diría que lo mejor que podemos hacer es pasar tiempo con esa persona. En caso de que no sea así, lo ideal sería tomarnos tiempo y cuando nos sintiéramos más o menos preparados, expresar lo que sentimos escribiendo, pintando, dibujando, etc.
¿Qué opina de la frase que afirma que el tiempo lo cura todo?
Creo que si fuera cierta, los psicólogos no tendríamos tanto curro. Es cierto que el tiempo nos puede ayudar en el sentido de que nos da perspectiva, pero el tiempo por sí solo no cura, cura lo que hacemos en ese tiempo. Podemos estar años, incluso toda una vida sufriendo por algo que nos ha pasado, pero también podemos cambiar la forma de ver las cosas y aprender herramientas para afrontar mejor lo que nos pasa. Así que lo que nos cura no es el tiempo, sino nosotros mismos cuando podemos hacernos cargo de nuestras heridas.
Es cierto que el tiempo nos puede ayudar en el sentido de que nos da perspectiva, pero el tiempo por sí solo no cura, cura lo que hacemos en ese tiempo
Hay una frase en el libro: 'Bastante jodido es vivir una pérdida como para que encima te digan cómo tienes que vivirla'. ¿Piensa que tenemos una excesiva tendencia a opinar sobre la vida de los demás?
Depende de cada persona, hay personas que lo hacen y personas que no. A veces las personas que tratan de acompañarnos en una situación difícil intentan animarnos diciendo como deberíamos vivir la pérdida y eso en lugar de ayudarnos, invalida nuestras emociones y nos hace sentir que está mal lo que sentimos. Por eso es importante saber que muchas veces es mejor que nos acompañen en silencio, que nos pregunten qué necesitamos o que nos traigan un tupper con croquetas.
En el libro propone ejercicios y prácticas de 'mindfulness'. ¿Cuál recomendaría como “primer auxilio emocional” cuando todo se derrumba?
Cuando todo se derrumba no recomendaría ningún ejercicio de mindfulness, recomendaría llorar si surge, enfadarse si surge, llamar a una amiga, quedarse en la cama o hacer lo que buenamente se pueda para continuar viviendo, porque no hay una receta mágica para sobrellevar una pérdida y si la pérdida ha sido traumática, el mindfulness puede estar contraindicado. Cada persona es un mundo y tiene unas necesidades distintas, así que sobre todo recomendaría que se dejaran cuidar y que expresaran lo que sienten.
Es difícil generalizar, pero ¿qué hábitos sencillos pueden ayudarnos a convivir mejor con las dificultades cotidianas?
Cuidar nuestro cuerpo con alimentación sana y ejercicio, cuidar nuestra mente con adecuado descanso y con bastantes horas al día sin móvil, cuidar nuestra red de apoyo para tener personas cerca, aprender herramientas de gestión emocional, aprender a ser asertivos y aprender a lidiar con los pensamientos para que no nos amarguen la vida.
Cuando todo se derrumba, recomendaría llorar si surge, enfadarse si surge, llamar a una amiga, quedarse en la cama o hacer lo que buenamente se pueda para continuar viviendo,
¿Cómo influye el entorno en nuestra capacidad de sobrellevar esos problemas de la vida?
Influye muchísimo, nuestra red de apoyo, cuando es sana, es uno de los grandes amortiguadores de las mierdas que nos pasan. Además, necesitamos expresar lo que sentimos a alguien que no nos juzgue para poderlo procesar e integrar, por lo que las relaciones personales son mucho más importantes de lo que podemos pensar.
¿Piensa que siempre se puede aprender de estos malos momentos?
Pienso que a veces romantizamos las putadas diciendo que siempre se saca algo bueno de ellas. Yo no creo que siempre te hagan más fuerte, creo que lo que no te mata a veces te puede dejar bien jodido. Creo que la mayoría de seres humanos somos resilientes y somos capaces de seguir adelante después de una putada, pero muchas veces no nos volvemos mejores ni más fuertes, simplemente somos personas distintas con unas cicatrices bien grandes.
¿En quién pensó especialmente cuando escribía el libro?
Pensé en el libro que me hubiera gustado leer a mí cuando era adolescente y quería entender qué pasa en el cerebro cuando sufrimos una pérdida y cómo llevarla lo mejor posible.






