Isabelle Junot ha hecho una interesante reflexión. Y no. Esta vez, la coach experta en alimentación intuitiva y autora del libro Eat girl: de la obsesión a la ilusión, una publicación que te enseña a superar el hambre emocional y el autosabotaje para empezar a amar tu cuerpo y a comer sin culpabilidad, ha hecho referencia a las posibles consecuencias del uso abusivo del teléfono móvil.
La creadora de contenido ha querido invitar a sus seguidores virtuales a pensar en todo lo que, desde el punto de vista de la psicología y la salud mental, puede pasar cuando inviertes más de un minuto en navegar a través de este dispositivo sin importar dónde estés. La marquesa de Cubas ha sacado a la luz pensamientos que solemos tener cuando lo hacemos y que, a su juicio, nos atrapan en una espiral de pensamientos negativos de la que, incluso cuando levantamos la cabeza, es complicado salir.
Algunos de esos pensamientos que nos asaltan cuando estamos pegados al móvil son, por ejemplo:
- Nada de lo que tienes en tu armario te gusta, necesitas comprar algo nuevo ASAP.
- La forma de tu frente, la que has tenido toda ti vida, de pronto, te empieza a molestar mucho, demasiado.
- Empiezas a cancelar planes porque aceptar una salida entre semana va a afectar a tu ingesta de proteínas diarias y claro... fin del mundo. Mejor cenar sola en casa.
- Nada es suficiente: hay alguien ahí afuera que, para las 2pm, ya corrió 10k y está en Ibiza
Nos hemos puesto en contacto con Luis Guillén, psicólogo de Psicopartner, para saber por qué tendemos a pensar así y nos metemos en ese bucle cargado de negatividad cuando miramos el móvil, sobre todo, cuando hacemos uso de las redes sociales, y qué podemos hacer al respecto.
Para el experto, pasar demasiado tiempo en redes "altera el modo en que nos percibimos". "El cerebro empieza a compararse de manera automática y constante con los demás, y eso genera distorsión de la autoimagen: no nos vemos como somos, sino como no somos", nos cuenta.
El psicólogo asegura que esa exposición continua a rostros, cuerpos y vidas filtradas puede producir una sensación de insuficiencia, disforia (un estado de ánimo desagradable que se caracteriza por sentimientos de tristeza, ansiedad, irritabilidad o insatisfacción) con la propia imagen así como retraimiento social. "Lo que comienza como una forma de conexión termina muchas veces en aislamiento: uno deja de salir, cancela planes, se refugia en casa...", ilustra el experto. "Es un patrón muy habitual en personas que pasan de la estimulación constante de las pantallas a la apatía del mundo real", sostiene. "Si notas que estás en una espiral negativa, probablemente has pasado demasiado tiempo conectado a una realidad que no es la tuya", afirma.
El comentario de una seguidora a Isabelle Junot
Una de las seguidoras de Isabelle ha aplaudido la publicación de la influencer y ha dicho al repecto "qué daño hace idealizar lo ajeno". Le hemos preguntado a Luis qué quiere decir esto y qué efecto tiene en nuestras emociones. El experto nos ha dicho que "idealizar lo ajeno es una forma de evasión emocional". "Las redes nos exponen a versiones editadas y parciales de la vida de los demás, y nuestro cerebro tiende a rellenar los huecos con fantasía: creemos que el otro es más feliz, más guapo, más exitoso o más amado", explica. "Esa comparación constante tiene un efecto doblemente tóxico: desvaloriza nuestra vida real y convierte el deseo en frustración", agrega. "La idealización es, en el fondo, una huida del presente", insiste.
El antídoto, para el experto, pasa por "volver al cuerpo, a lo tangible, y practicar la gratitud cotidiana. Y lanza un mensaje final que es importante tener presente: "hay que recordar que lo que se muestra en redes no es la vida, sino su escaparate, ayuda a reconectar con la realidad y con una autoestima más estable".









