El herpes labial afecta a millones de personas en todo el mundo. Más allá de la molestia estética, este brote recurrente revela cómo nuestro sistema inmunológico responde a factores cotidianos. ¿Por qué aparece justo cuando menos lo esperamos? ¿Qué lo activa y cómo podemos prevenirlo?
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que estamos ante una infección recurrente causada por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1). Tras una primera infección (a menudo en la infancia), el virus queda latente en los ganglios nerviosos faciales y puede reactivarse en momentos concretos, provocando la aparición de ampollas dolorosas alrededor de los labios.
“Su reaparición, o recidiva, se produce cuando el virus latente se reactiva ante determinadas circunstancias que debilitan las defensas del organismo o estimulan el nervio donde permanece alojado. Entre los principales desencadenantes se encuentran la alteración del sistema inmunitario, el estrés físico o emocional, la exposición prolongada al sol, los procesos infecciosos o los cambios hormonales”, nos cuenta la farmacéutica Mar Sieira (@farmaciacph).
Hay elementos que pueden debilitar la inmunidad local y estimular el nervio donde el virus permanece latente, facilitando así la reactivación del brote
¿Cuáles son los factores que pueden desencadenar un brote?
Tal y como nos explica la experta, entre los factores que pueden provocar la reaparición del herpes labial se encuentran el estrés físico o emocional, la exposición prolongada al sol, la fiebre, las infecciones respiratorias, los cambios hormonales como los que ocurren durante la menstruación o el embarazo, la fatiga y la falta de sueño, así como pequeñas heridas o intervenciones dentales. “Todos estos elementos pueden debilitar la inmunidad local y estimular el nervio donde el virus permanece latente, facilitando así la reactivación del brote”, nos explica.
“El estrés altera la función inmunológica, favoreciendo la reactivación del virus. Mientras que la radiación ultravioleta del sol daña las células epiteliales y de defensa local, lo que también facilita los brotes”, nos detalla.
¿Es contagioso incluso cuando no hay lesiones visibles?
Hay que tener en cuenta que estamos ante un problema de salud que puede ser contagioso. “Aunque el contagio es más probable durante un brote activo, el virus puede excretarse de forma asintomática a través de la saliva o la mucosa labial. Por eso, el contacto directo (besos, compartir cubiertos o cosméticos) puede transmitirlo incluso sin ampollas visibles, aunque el riesgo sea menor”, nos explica.
¿Qué tipos de tratamientos existen actualmente para aliviar el herpes labial?
En opinión de la experta hay tres grandes enfoques:
- Tratamiento antiviral tópico u oral, que inhibe la replicación del virus. Existen fórmulas en el mercado sin receta médica para poder tratar local y sintomáticamente la lesión.
- Tratamiento sintomático, para reducir dolor, picor y duración. Pueden ser a través de cremas con corticoides, o analgésicos locales.
- Medidas preventivas y de apoyo, como protección solar labial, parches locales y refuerzo inmunitario a través de suplementos nutricionales.
“El tratamiento es más eficaz si se inicia en las primeras 24–48 horas desde los síntomas iniciales (hormigueo, picor o ardor)”, comenta.
Es recomendable reducir el consumo de alimentos muy salados, ácidos o picantes que puedan irritar la zona afectada
Remedios naturales que ayudan a aliviar los síntomas
Tenemos que tener en cuenta que durante un brote de herpes labial, la piel suele estar seca, irritada y alterada por la inflamación o los antivirales tópicos. “En esa fase, buscamos entonces restaurar la barrera cutánea y evitar fisuras, una vez que la ampolla se ha secado”, nos dice.
Como necesitamos acelerar la regeneración de la piel en fase de costra o curación se puede recomendar un bálsamo labial calmante con ingredientes naturales como aloe vera, centella asiática o propóleo que ayuden a reducir la inflamación leve, favorecer la reepitelización y mejorar el confort de los labios irritados, siempre como complemento al tratamiento antiviral y no como sustituto.
Es también muy importante no exponer los labios al sol, y utilizar en la medida de lo posible labiales con FPS50.
¿Se puede aplicar frío o calor?
Una de las dudas que nos surge es si es útil aplicar frío o calor en la zona afectada. Con respecto al frío, puede ser una opción, siempre que el frío local se aplique envuelto en paño para no dañar más el labio.
Mientras, el calor localizado suave no aplicado directamente sobre la piel afectada, puede reducir la replicación viral en fases iniciales, según algunos estudios clínicos. “Durante las primeras horas del herpes labial (cuando notas picor, hormigueo o escozor, pero aún no hay ampolla visible), puedes aplicar calor suave y controlado con una gasa impregnada en agua caliente (unos 40°C) durante segundos, puede interferir disminuyendo la multiplicación del virus dentro de las células y mejorando la evolución del herpes”, nos comenta la experta.
Recomendaciones útiles para evitar que el herpes empeore
¿Qué recomendaciones daría la farmacéutica para evitar que el herpes labial se propague o empeore?
- No tocar ni reventar las ampollas.
- Lavarse las manos frecuentemente.
- Evitar besos o compartir utensilios, toallas o pintalabios.
- Usar protector labial con SPF 30 o superior.
- No aplicar maquillaje sobre las lesiones.
- Mantener una buena hidratación y descanso.
- Suplementación con Zinc o complementos vitamínicos generales que lo incluyan.
No conviene usar cremas antivirales cuando la ampolla ya está seca: su eficacia es mínima en esa fase. Es preferible utilizar parches protectores.
¿Qué hábitos o productos conviene evitar durante un brote?
Al igual que tenemos que tener en cuenta aspectos que pueden ser beneficiosos, durante un brote de herpes labial hay que tener especial cuidado con los siguientes aspectos:
- Conviene evitar el uso de maquillaje.
- También hay que evitar la exposición prolongada al sol sin la protección adecuada.
- Es recomendable reducir el consumo de alimentos muy salados, ácidos o picantes que puedan irritar la zona afectada.
- Mantener el estrés bajo control.
- Dormir lo suficiente (ashwagandha, melatonina) ayuda a que el sistema inmunitario responda mejor.
- Por último, es importante no tocar ni manipular las lesiones, ya que esto puede favorecer la propagación del virus o provocar cicatrices.
¿Se puede prevenir su aparición?
Sabemos cómo tratarlo una vez que aparece, pero nos planteamos si se puede prevenir su aparición con algún suplemento o cuidado específico. “Además de mantener un sistema inmune fuerte mediante una dieta equilibrada, ejercicio moderado y control del estrés, algunos estudios sugieren que la suplementación con lisina o zinc pueden reducir la frecuencia de brotes en personas predispuestas”, indica.
Errores y mitos sobre los herpes labiales
- Aplicar alcohol o pasta de dientes: irritan la piel y empeoran la situación.
- Usar cremas antivirales cuando la ampolla ya está seca: su eficacia es mínima en esa fase. Es preferible utilizar parches protectores.
- Creer que no es contagioso si la herida es pequeña o no supura, ya que el virus sigue activo.
¿Cuándo conviene acudir al médico?
Mar Sieira explica que conviene acudir al médico cuando los brotes sean muy frecuentes (cada 2 meses), o si las lesiones se extienden o afectan otras zonas (nariz, ojos, genitales).
“Si el dolor es intenso o hay fiebre hay que acudir inmediatamente al médico, y también en el caso de pacientes inmunocomprometidos. Y siempre, en embarazo o lactancia, ya que es preferible que el médico valore el tratamiento más seguro”, nos cuenta.







