La contaminación atmosférica pone en riesgo directo nuestra salud cardiovascular. Así lo confirma un estudio pionero realizado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC), que ha demostrado, por primera vez a nivel nacional, que la exposición a niveles elevados de partículas contaminantes se asocia con un aumento significativo en los ingresos hospitalarios por infarto agudo de miocardio y en la mortalidad durante el ingreso. Esta investigación, publicada en la Revista Española de Cardiología, analizó más de 115.000 casos en 122 hospitales de toda España.
El estudio se centró especialmente en cómo pueden afectar a nuestra salud un tipo de partículas en suspensión en el aire (las denominadas PM2.5 y PM10), que son productos contaminantes con alto impacto medioambiental. Cuanto menor es su tamaño, más dañinas para la salud pueden resultar. "Sabemos que estas partículas pueden provocar inflamación en el cuerpo, alterar el funcionamiento de los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de coágulos. Estos efectos están directamente relacionados con el avance de la aterosclerosis (el endurecimiento y estrechamiento de las arterias) y con la rotura de las placas que se forman en ellas, lo que puede desencadenar eventos graves como un infarto”, explica el Dr. Jordi Bañeras, uno de los autores del estudio.
Este hallazgo refuerza la necesidad urgente de implementar políticas públicas que reduzcan la exposición a contaminantes y promuevan entornos más saludables, especialmente en las grandes ciudades. Sobre todo ello hemos tenido ocasión de hablar con la doctora Raquel Campuzano, cardióloga en el Hospital Universitario Fundación Alcorcón y primera firmante del estudio junto con el Dr. Julio Núñez Villota.
Si analizamos las conclusiones del estudio, ¿podríamos decir que las personas que viven en entornos contaminantes, como las grandes ciudades, tienen más riesgo ante un evento cardiovascular grave, como un infarto?
A mayor contaminación, hay mayor riesgo de eventos cardiovasculares. El tráfico y la actividad industrial incrementan la contaminación, pero no siempre son las ciudades los entornos más contaminados. En zonas rurales también las calefacciones o los incendios contaminan.
Nuestro estudio señala por primera vez y en todo un país, que a mayor nivel de contaminación, hay más ingresos por infartos y estos son más graves.
¿Por qué las partículas PM2.5 son especialmente peligrosas para el sistema cardiovascular?
Porque estas partículas, al ser más pequeñas, son capaces de viajar desde el aire que respiramos, atravesar todo nuestro sistema respiratorio, llegar al alveolo pulmonar y de allí pasar a la sangre provocando inflamación, trombosis y disfunción y de los vasos sanguíneos.
"Este es un estudio pionero que revela que los días de mayor contaminación en España hay mayor predisposición al infarto de miocardio y a que sea más grave, e independientemente del resto de factores de riesgo clásicos"
¿La exposición crónica a contaminantes puede considerarse un factor de riesgo tan relevante como la hipertensión o el colesterol?
La hipertensión y el colesterol son factores de riesgo claramente establecidos para la enfermedad cardiovascular, y con tratamientos muy eficaces para controlarlos. También el tabaquismo, la obesidad, la diabetes o el sedentarismo son factores de riesgo clásicos de enfermedad vascular.
Desde hace menos años, sabemos que la contaminación es un factor de riesgo vascular emergente, pero no tenemos tan establecidos los puntos de corte, mecanismos o tratamientos para ello.
Este es un estudio pionero que revela que los días de mayor contaminación en España hay mayor predisposición al infarto de miocardio y a que sea más grave, e independientemente del resto de factores de riesgo clásicos.
¿Qué medidas preventivas pueden tomar los pacientes con riesgo cardiovascular en días de mala calidad del aire?
Lo primero es conocer cómo está el aire que respiramos, al igual que los alérgicos al polen, por ejemplo, ya se han acostumbrado a conocer los niveles de polen. Para ello hay múltiples aplicaciones y webs de acceso libre para saber en tiempo real los niveles de contaminación en la zona en la que vivimos.
Si detectamos que hay altos niveles de contaminación o si hubiera incluso advertencias públicas al respecto hay medidas preventivas eficaces.
Esos días se recomienda no ventilar la casa, hacer deporte mejor en casa que al aire libre y si hay que salir a la calle en personas de riesgo, utilizar mascarillas FPP2, que protegen eficazmente también de las partículas contaminantes dañinas.
¿Cree que los cardiólogos deberían incorporar la contaminación ambiental como variable en la evaluación del riesgo cardiovascular?
Sn duda. La contaminación se relaciona claramente con infartos, arritmias, ictus… e incluso influye en tratamientos tan eficaces como la rehabilitación cardiaca. Por ejemplo, sabemos que en zonas de mayor contaminación los programas de rehabilitación cardiaca tienen algo menos de beneficio tras un infarto que en zonas con menor contaminación.
Debemos tener en cuenta la exposición aguda o crónica a la contaminación en la vida diaria de las personas.
¿Cree que está la población suficientemente informada sobre el impacto de la contaminación en su corazón?
Queda mucho por cambiar. La mayoría piensa que la contaminación impacta en las enfermedades respiratorias u oncológicas. Sin embargo, la contaminación sobre todo genera problemas cardiovasculares. La enfermedad vascular ateroesclerótica es la principal causa de mortalidad atribuida a la contaminación atmosférica. Ojalá entrevistas como esta cambien esa percepción.
"En zonas o días de muy alta contaminación hay que intentar minimizar la exposición a la contaminación y si son personas con enfermedades crónicas utilizar mascarilla FPP2 para salir a la calle"
¿Confían en que este estudio pueda influir en futuras políticas de salud pública?
Sí. De hecho, el estudio es muy innovador porque se ha realizado con los datos de 122 hospitales españoles y la colaboración con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
La mejora de la contaminación exige actuaciones sinérgicas y a múltiples niveles en legislación, planificación urbana, regulación de la industria, del trasporte, energías, educación y atención en salud… pero lo primero es concienciarnos de la asociación real entre la contaminación y la enfermedad vascular.
¿Qué mensaje le gustaría transmitir a los pacientes que viven en ciudades con altos niveles de contaminación?
Elegir siempre pasear por los sitios más verdes, con menos tráfico, no fumar ni un cigarrillo, seguir una dieta mediterránea y hacer ejercicio físico a diario son recomendaciones importantes.
En zonas o días de muy alta contaminación hay que intentar minimizar la exposición a la contaminación y si son personas con enfermedades crónicas utilizar mascarilla FPP2 para salir a la calle.