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Estrella González, psicóloga, sobre los síntomas de la esquizofrenia: "Al principio, la persona puede empezar a alejarse de sus amigos y familia"


Hablamos con una experta sobre este complejo trastorno de salud mental, para conocer mejor sus síntomas y cómo abordarlo


Estrella González, psicóloga de Clínica
López Ibor.© Clínica López Ibor
11 de septiembre de 2025 - 13:00 CEST

Es, sin duda, uno de los trastornos mentales más complejos y rodeados, además, de estigma. La esquizofrenia afecta la forma en que una persona piensa, siente y se comporta, alterando su percepción de la realidad. Quienes la padecen pueden experimentar alucinaciones, ideas delirantes y dificultades para comunicarse, lo que impacta profundamente su vida cotidiana y sus relaciones. Más allá de los síntomas, la esquizofrenia plantea un reto social: comprenderla sin prejuicios y acompañar con empatía a quienes la viven desde dentro. Nos ayuda en esta labor Estrella González, psicóloga de Clínica López Ibor. 

mujer triste sentada en el suelo, junto a la cama© Getty Images

La primera pregunta no puede ser otra: ¿Qué es la esquizofrenia?

Antes de entender qué es la esquizofrenia, es fundamental conocer qué son los síntomas psicóticos, ya que son la base para comprender este trastorno. Los síntomas psicóticos son alteraciones en la forma en que una persona percibe la realidad. Pueden hacer que alguien vea o escuche cosas que no existen (alucinaciones), crea en ideas que no tienen fundamento (delirios), o que su pensamiento y comportamiento se vuelvan desordenados. Aunque estos síntomas pueden llegar a ser muy graves, no siempre indican esquizofrenia y en algunas ocasiones son transitorios. Pueden aparecer en distintos trastornos y situaciones, por lo que es importante una evaluación médica cuidadosa. Se pueden resumir y diferenciar de la siguiente manera: 

Síntomas positivos 

Estos son síntomas que representan una distorsión o un exceso de las funciones mentales normales:

  • Alucinaciones: percepciones sensoriales sin estímulos externos, siendo las auditivas las más comunes en esquizofrenia (por ejemplo, escuchar voces).
  • Delirios: creencias firmes y erróneas, que no se modifican pese a la evidencia contraria. Pueden ser de tipo persecutorio, grandioso, de referencia, entre otros.
  • Pensamiento desorganizado: manifestado como un discurso incoherente, asociaciones sueltas o tangenciales.
  • Comportamiento motor desorganizado o catatónico: desde agitación hasta rigidez muscular o posturas extrañas.

Síntomas negativos

Se refieren a la disminución o pérdida de funciones normales:

  • Aplanamiento afectivo: reducción notable en la expresión emocional facial, vocal y gestual.
  • Alogia: pobreza del habla o disminución en la fluidez y productividad verbal.
  • Anhedonia: incapacidad para experimentar placer.
  • Abulia: disminución de la motivación para iniciar y persistir en actividades.

Déficits cognitivos 

Incluyen dificultades en funciones cognitivas fundamentales, que afectan la memoria, la atención, la velocidad de procesamiento y las funciones ejecutivas, y que tienen un impacto significativo en el funcionamiento diario.

La esquizofrenia es un trastorno mental grave caracterizado por alteraciones en el pensamiento, percepción, emociones y comportamiento, que afectan la capacidad de la persona para diferenciar la realidad de sus propias percepciones o interpretaciones y, por tanto afecta a su capacidad para funcionar social y ocupacionalmente. Las manifestaciones clínicas más frecuentes son los delirios, las alucinaciones, el lenguaje y el pensamiento desorganizado, el comportamiento desorganizado (conductas que desde fuera se suelen juzgar como “extrañas”) o catatónico (bloqueo y parálisis conductual), y/u otros síntomas negativos como por ejemplo la apatía, la falta de iniciativa para las actividades básicas de la vida diaria, etc.

Los síntomas psicóticos son alteraciones en la forma en que una persona percibe la realidad. Pueden hacer que alguien vea o escuche cosas que no existen, crea en ideas que no tienen fundamento, o que su pensamiento y comportamiento se vuelvan desordenados

Estrella González, psicóloga

¿Cuáles son las principales causas o factores de riesgo asociados al desarrollo de la esquizofrenia?

En relación a las causas o los factores de riesgo asociados, la esquizofrenia se considera multifactorial, es decir se debe a una combinación de factores genéticos neurobiológicos históricos, experienciales y emocionales. Por tanto, no podemos explicarla por un solo motivo, lo que libera de culpas a pacientes, familiares o hechos concretos. En la práctica clínica observamos con mayor frecuencia los siguientes factores asociados al desarrollo de la esquizofrenia: predisposición genética, alteraciones neuroquímicas (hipótesis de la dopamina, glutamato), otros diagnósticos comórbidos, estrés psicosocial, creencias rígidas, abuso de sustancias (principalmente el cannabis) o haber experimentado eventos traumáticos.

mujer seria y pensativa sentada en el suelo, junto a un cristal© Getty Images

¿A qué edad suele aparecer la esquizofrenia?

Generalmente, la esquizofrenia aparece entre la adolescencia tardía y los primeros años de la adultez, más o menos entre los 18 y 35 años. Los hombres suelen mostrar los primeros síntomas un poco antes que las mujeres.

Aunque es raro, la esquizofrenia también puede aparecer en niños o en adultos mayores. En los niños, los síntomas a veces se confunden con otros trastornos del desarrollo, como el trastorno del espectro autista o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), ya que comparten algunas dificultades en la comunicación y el comportamiento.

En los adultos mayores, los síntomas psicóticos pueden parecerse a los de otros problemas como la demencia o los trastornos del ánimo con síntomas psicóticos, lo que puede dificultar el diagnóstico. Por eso, cuando la esquizofrenia aparece fuera de la edad típica, es importante hacer una evaluación cuidadosa para entender bien qué está pasando.

¿Qué tipos de esquizofrenia existen y cómo se diferencian?

Antes se hablaba de diferentes “tipos” de esquizofrenia en función de los síntomas predominantes, como la paranoide (predominan delirios relacionados con la suspicacia), la hebefrenia (desorganización de pensamiento lenguaje y conducta y afecto plano), la catatónica (alteraciones psicomotoras graves como inmovilidad, excesiva actividad o estereotipias), la indiferenciada (no síntomas predominantes) o la residual (de larga evolución con predominio de síntomas negativos). 

En la literatura científica actual, se habla de “espectro de la esquizofrenia” en lugar de usar categorías rígidas o subtipos clásicos. Dicho espectro incluye desde síntomas leves como el trastorno delirante hasta cuadros psicóticos completos como la esquizofrenia clásica. Incluye también otros diagnósticos relacionados con los síntomas psicóticos como el trastorno esquizotípico de la personalidad o trastornos psicóticos breves.

De esta forma, los síntomas y las experiencias relacionadas con la esquizofrenia no siempre encajan en “tipos” estrictos, lo que ayuda a entender mejor la heterogeneidad de los síntomas y a personalizar los tratamientos.

En los adultos mayores, los síntomas psicóticos pueden parecerse a los de otros problemas como la demencia o los trastornos del ánimo con síntomas psicóticos, lo que puede dificultar el diagnóstico.

Estrella González, psicóloga

¿Cuáles son los síntomas más característicos de la esquizofrenia en sus primeras etapas?

Los primeros síntomas no siempre se manifiestan de forma alarmante. Al principio, la persona puede empezar a alejarse de sus amigos y familia, sentirse confundida, o mostrar cambios en su manera de pensar con pensamientos mágicos o ideas más rígidas. Luego pueden aparecer síntomas más evidentes.

Por otro lado, antes de un nuevo episodio psicótico, existen algunas señales de alarma (llamadas pródromos) como aislamiento social, disminución del rendimiento, ideas extrañas, ansiedad, irritabilidad que varían mucho en función del caso pero que aparecen siempre antes de un brote. A pesar de que son diferentes para cada persona, se puede entrenar para que cada uno conozca cuáles son sus pródromos y sea capaz de identificarlos a tiempo e intentar frenar el avance de dichos episodios psicóticos. 

Es crucial hacer una buena intervención temprana entre otras cosas porque ayuda a reducir la rotura de identidad, la incertidumbre, el miedo a un nuevo brote y mejora la comprensión de la patología y por ende el mejor manejo del paciente y su contexto. 

¿Qué cambios en el comportamiento o emociones pueden indicar esquizofrenia?

Aislamiento, distanciamiento afectivo, mostrar pocas emociones, actuar de forma extraña o desordenada, abandono de las responsabilidades y las actividades de la vida diaria, por ejemplo descuidos en el trabajo, las relaciones sociales y el autocuidado (alimentación, sueño, higiene…).

¿Qué herramientas o pruebas diagnósticas son útiles para confirmar la presencia de esquizofrenia en un paciente?

No hay una “prueba” única para diagnosticarla. El médico hace preguntas detalladas, observa el comportamiento y descarta otras posibles causas, como enfermedades físicas o consumo de sustancias. A veces se usan entrevistas estructuradas y exámenes para tener un panorama claro.

Según los manuales diagnósticos como DSM-5 se requiere que al menos 2 síntomas característicos estén presentes durante un mes, con signos continuos del trastorno durante al menos 6 meses (incluyendo períodos prodrómicos o residuales). Por eso, aunque es vital intervenir temprano en dicha patología, es difícil ofrecer un diagnóstico precoz de esquizofrenia, sobre todo en fases en las que solo ha ocurrido un primer episodio psicótico ya que se requiere una observación clínica continuada y multidisciplinar. Algunas herramientas que pueden ayudar son las siguientes: 

  • Diagnóstico clínico basado en la historia clínica y entrevista psiquiátrica.
  • Escalas estructuradas como la Entrevista Clínica Estructurada para DSM (SCID).
  • Evaluación neuropsicológica para descartar otras causas.
  • Exámenes físicos y neurológicos para descartar enfermedades médicas.
  • Pruebas de neuroimagen (resonancia magnética) para descartar otras patologías.
  • Análisis de laboratorio para descartar consumo de sustancias o causas orgánicas.

 Aunque es vital intervenir temprano en dicha patología, es difícil ofrecer un diagnóstico precoz de esquizofrenia

Estrella González, psicóloga

¿Cómo afecta la esquizofrenia la vida diaria y social?

Los delirios paranoides, sobre todo, provocan mucha suspicacia, es decir dificultad para confiar en los demás. Esto, sumado a la inseguridad y la rotura con la propia identidad que genera el diagnóstico y el estigma asociado a la enfermedad mental, puede hacer que sea establecer y mantener relaciones laborales, sociales y, mucho más difícil aún, relaciones de confianza. Por eso, muchas personas con este diagnóstico enfrentan aislamiento y dificultades para cuidar de sí mismas, pero con el apoyo adecuado y una psicoeducación que reduzca el auto-estigma pueden mejorar su calidad de vida.

¿Qué avances recientes en la investigación han mejorado la comprensión o el tratamiento de la esquizofrenia?

Hoy en día, los tratamientos son mejores y más personalizados. Además de medicamentos, se usan terapias que ayudan a manejar los síntomas y a mejorar la vida diaria. La ciencia sigue investigando para entender mejor el trastorno y encontrar nuevas formas de ayudar. A destacar los siguientes campos:

  • Mejor comprensión del papel de neurotransmisores como glutamato y sistemas de la dopamina.
  • Identificación de factores genéticos específicos mediante estudios genómicos.
  • Desarrollo de nuevos antipsicóticos con menos efectos secundarios (antipsicóticos atípicos).
  • Uso creciente de intervenciones psicosociales y terapias cognitivas para mejorar funcionalidad.
  • Investigación en biomarcadores para diagnóstico precoz y seguimiento.
  • Avances en la neuroimagen para estudiar cambios cerebrales.
  • A destacar el estudio de las dificultades en la cognición social como factor clave en la intervención con este tipo de patología. La cognición social es la habilidad que tenemos para entender y responder a las emociones, intenciones y pensamientos de otras personas. En la esquizofrenia, esta capacidad suele estar afectada, lo que dificulta las relaciones sociales y la vida diaria.
    Por eso, los investigadores y terapeutas están poniendo mucha atención en mejorar la cognición social como parte del tratamiento. Una de las innovaciones más emocionantes son los juegos y entrenamientos con realidad virtual. Estos permiten a las personas practicar situaciones sociales reales, como reconocer expresiones faciales o tomar decisiones en conversaciones, pero en un entorno seguro y controlado. Además, se usan juegos que simulan situaciones de toma de decisiones, ayudando a quienes tienen síntomas psicóticos a mejorar su juicio y reducir pensamientos erróneos. Estas técnicas no solo mejoran las habilidades sociales, sino que también pueden disminuir la intensidad de algunos síntomas. Estos avances son una puerta abierta para tratamientos más personalizados y efectivos, ayudando a quienes viven con esquizofrenia a conectarse mejor con los demás y con su entorno.
  • Especial mención al avance que supone la reciente inclusión de la salud mental en la educación y en la sociedad en general provocando una desestigmatización que ayuda a que las personas con esquizofrenia progresivamente puedan sentirse más atendidas e integradas. 

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