Todos recordamos aquel mítico momento de Friends en el que Rachel le grita a Ross: “We were on a break!” ("¡Estábamos dándonos un tiempo!"). Un episodio que marcó un antes y un después en la serie, y también en la manera en que muchas personas entienden las pausas en una relación. Lo que entonces parecía un drama de pareja con final incierto, hoy es algo cada vez más escuchado en las consultas de psicología, y tiene nombre propio: el “Kit-Kat emocional”.
Tomando el lema publicitario del famoso snack de chocolate, los expertos en salud mental han adquirido esta denominación de manera coloquial para hablar, básicamente, de hacer una pausa. Pero no necesariamente debe ser para romper o huir, sino para tomar aire. Alejarse del ruido. Volver a mirar las cosas con perspectiva. Sea en una relación de pareja, una amistad, una situación familiar, un trabajo… Darse un respiro puede ser, muchas veces, la clave para recuperar lo que se estaba perdiendo o entender que es momento de cambiar el rumbo.
Cómo un 'Kit-Kat' emocional puede ayudar a las relaciones
“Un 'Kit-Kat' emocional consiste en tomar distancia para oxigenar la relación. Nos ayuda a bajar la intensidad emocional, poner nombre a esa mezcla de tristeza, rabia y cansancio que llevamos dentro, ver las cosas con perspectiva. Ayuda a ver el conjunto y preguntarnos qué nos une, qué nos duele, qué necesitamos, o hacia dónde queremos ir”, explica la psicóloga Beatriz Gil Bóveda, experta en relaciones y bienestar emocional, y CEO y fundadora de Psique Cambio (www.psiquecambio.com).
Aunque es habitual escuchar la expresión “darnos un tiempo” en el contexto de una pareja, lo cierto es que esta herramienta puede aplicarse a muchos más ámbitos. En un mundo donde prima la inmediatez, el rendimiento constante y la conexión permanente, aprender a pausar es una verdadera forma de autocuidado. Como señala la experta en salud mental, "a veces, cuando estamos dentro de una relación y todo se complica, sentimos que ya no vemos más que el problema, eso que nos duele, la discusión pendiente, lo que falta. Es como tener la frente pegada al tronco de un árbol, donde solo vemos la grieta y la corteza. En cuanto damos unos pasos atrás, podemos ver el bosque entero. Y con él un poco de calma".
El problema es que a menudo tememos frenar. Pensamos que si nos detenemos, perdemos. Pero la realidad es que ese paréntesis puede ayudarnos a reconectar con lo esencial, tanto en nuestras relaciones como en nuestra vida personal. "Después de esa pausa, la comunicación cambia: dejamos de reaccionar y empezamos a escuchar. Y lejos de alejarnos, muchas veces ese espacio nos devuelve las ganas de cuidar mejor nuestras raíces", comenta Beatriz Gil Bóveda.
Cómo saber que necesitas "un tiempo"
Escoger el momento exacto para buscar esa distancia no resulta una tarea fácil. En ocasiones, nos encontramos tan adheridos a algo o alguien que el temor a perderlo definitivamente no nos permite hacer esa pausa, o ni siquiera plantearla. Sin embargo, la psicóloga deja claro el momento en el que parece evidente necesitar el 'Kit-Kat': "Cuando estamos tan pegados al árbol que ya no vemos nada más. Cuando lo que antes nos hacía bien empieza a pesarnos. Si todo son discusiones en bucle, si nos sentimos agotados, sin aire, con decepciones pequeñas que se acumulan y hemos perdido la ilusión, o cuando sentimos que estamos viviendo en piloto automático, es decir, estamos juntos pero desconectados, cumpliendo, sin disfrutar".
El cuerpo y la mente señalan a través de las emociones nuestras necesidades. A veces es difícil detectar qué están reclamando, pero estos sentimientos y pensamientos que señala la psicóloga resultan claves para comprenderlos. Eso sí, de todas ellas, hay un momento que pide, casi con urgencia, que te des ese tiempo con lo que te está generando confusión, malestar o dudas: "Si dentro de ti escuchas ese ‘ya no puedo más’'", comenta Beatriz Gil Bóveda.
Para entenderlo mejor, el ejemplo que ofrece es especialmente gráfico: "Ese paréntesis es como sentarse en medio del bosque, respirar hondo y orientarse antes de seguir caminando. Es darse un tiempo para preguntarse qué está pasando y qué es lo que se quiere. Solo así podemos ordenar lo que sentimos y volver con más claridad y más calma".
Después del 'Kit-Kat': ¿qué hacer?
Un 'Kit-Kat' emocional nunca es eterno. Cualquier descanso implica siempre llegar a una conclusión, y sea la de volver a dónde estabas, o emprender otro camino, esa decisión llega en el momento en el que el cuerpo y la mente la señalan. Pero, ¿cómo saber si el descanso ha sido bueno o malo para nosotros? “La tensión se afloja, las emociones se calman, la confusión deja sitio a un poco más de claridad. Ya no sientes el mismo nudo en el estómago ni la misma rabia", comenta la experta.
Ese descanso emocional permite, como ella dice, ver el bosque entero, no solo el árbol que dolía. Y a partir de ahí, llega la toma de decisiones desde otro lugar mucho más sano. "De repente entiendes mejor qué quieres cuidar, qué te hace daño y qué ya no tiene sentido, y entonces llega el momento de decidir. A veces ese respiro te da fuerzas para volver y reconstruir con más calma. Y, otras veces, te permite aceptar que es momento de tomar caminos distintos. La diferencia está en que ahora decides desde la claridad y serenidad, no desde el impulso, y eso lo cambia todo".
Así que sí: tal vez Rachel y Ross estaban “on a break”… y tal vez no lo gestionaron del todo bien. Pero lo cierto es que darnos un Kit-Kat emocional puede ser una herramienta poderosa para volver —o no— desde un lugar mucho más consciente. Porque a veces, parar no es rendirse. Es respirar, y eso también es cuidarse.