La falta de sueño es un problema latente en la sociedad actual, tanto por su frecuencia como por sus consecuencias sobre la salud. Según la Sociedad Española de Sueño (SES), alrededor del 30 % de la población se despierta cada día con la sensación de no haber descansado adecuadamente. Esta situación compromete el bienestar diario y aumenta el riesgo de desarrollar trastornos físicos y mentales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda dormir entre 7 y 9 horas por noche para mantener un equilibrio físico, emocional y cognitivo. Dormir menos de seis horas de forma habitual se asocia con una peor calidad de vida y un mayor riesgo de deterioro cognitivo a largo plazo. Para la Dra. Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Medical Manager de CignaHealthcare España, "dormir es un proceso fisiológico esencial para la recuperación y el equilibrio del organismo".
No conseguir un descanso reparador afecta al funcionamiento del cerebro y al bienestar emocional. La experta hace alusión a cinco consecuencias frecuentes:
- Memoria y aprendizaje: la falta de sueño interrumpe la consolidación de la memoria, dificultando el aprendizaje y la retención de información importante.
- Atención y concentración: el descanso insuficiente afecta la corteza prefrontal, reduciendo la capacidad de enfocarse, procesar datos y reaccionar adecuadamente.
- Regulación emocional: dormir poco altera neurotransmisores clave, lo que aumenta la irritabilidad, la ansiedad y dificulta el control de las emociones.
- Salud mental y física: el sueño deficiente impacta hormonas y reflejos, elevando el riesgo de trastornos como la depresión y de accidentes por baja coordinación.
No dormir adecuadamente repercute en tu forma de comer
Pero no solo afecta a nuestra salud, también al modo en que comemos y nuestras preferencias alimenticias. Así lo advierte el médico estadounidense Mark Hyman, pionero en medicina funcional y defensor de la dieta pegana (que combina la vegana con la paleo). Este experto es partidario de tratar las causas subyacentes de enfermedades crónicas a partir de un enfoque integral de nutrición y estilo de vida. Recientemente, ha charlado acerca de la importancia del descanso con la periodista y empresaria griega-estadounidense cofundadora de The Huffington Post y fundadora de Thrive Global, Arianna Huffington. Ella es autora de 15 libros y reconocida por promover una nueva visión del éxito que incluye bienestar, sueño y equilibrio personal.
Para Hyman, "la privación de sueño altera las hormonas del apetito". Explica que disminuye leptina (sensación de saciedad) e incrementa grelina (hambre), lo cual lleva a desear con intensidad alimentos ricos en azúcar y almidón, especialmente carbohidratos simples y salados, como si el cuerpo los necesitara para recuperar energía rápidamente. Huffington, aunque no es experta en nutrición, está de acuerdo con el médico y asegura que la falta de sueño nos hace elegir comfort foods, esto es, alimentos hipercalóricos y fundamentalmente dulces que nos ofrecen una recompensa rápida a nivel del organismo. Según los expertos, "la falta de sueño pone tu metabolismo hormonal en modo "hambre crónica", disparando el deseo por carbohidratos rápidos (azúcar, pan, pastas).
Más allá de las consecuencias del mal sueño, ¿qué hace que durmamos tan mal?
El estrés y la rumiación impiden que descanses
Según datos del Cigna International HealthStudy, un 55 % de la población española identifica el estrés como la principal causa de interrupción del sueño, especialmente entre mujeres (53 %) y personas de entre 45 y 59 años (55 %). Uno de esos factores de estrés que pueden estar impidiendo que descanses lo suficiente es la rumiación y lo que la experta en sueño Jana Fernández denomina "parálisis por análisis".
La experta ha relatado a sus seguidores virtuales recientemente su caso personal y ha explicado que lleva muchos meses parada sin animarse a volver a entrenar tras haber sufrido una lesión de espalda porque estaba inmersa en un constante análisis de las mejores opciones a su alcance. Boxeo, yoga, pilates, entrenamiento funcional... El hecho de no decidirse entre una u otra la mantenía sin hacer nada. Hasta que pasó a la acción.
La experta asegura que era sobre todo en el momento de meterse en la cama cuando comenzaba a dar vueltas al asunto. Asegura que ese momento en el que no tenemos más distracciones es cuando entra en juego la rumiación. Sostiene que la mejor solución para esa "parálisis por análisis" es pasar a la acción y que el mejor paso es siempre el primer paso. En este vídeo lo explica al detalle. Toma nota de su consejo para descansar mejor.
Dormir bien no es un lujo, es una necesidad para tu salud física, mental y emocional. Tomar acción y priorizar el descanso puede transformar tu bienestar diario.