Vivimos demasiado deprisa, arrastrados por la vorágine del día a día, y no siempre nos resulta sencillo encontrar momentos de calma, de encontrarnos con nosotros mismos. Sin embargo, Javier Salinas, experto en yoga, meditación y mindfulness, nos habla en su libro Micromeditar, publicado por Diana, de cómo el bienestar no requiere grandes cambios, sino pequeños instantes de atención plena. El autor nos invita a redescubrir la claridad mental y a transformar nuestra relación con nosotros mismos a través de breves pausas conscientes. ¿Te animas a micromeditar? No dejes de leer la entrevista con el autor.
La primera pregunta no puede ser otra: ¿qué es exactamente micromeditar?
Es una buena pregunta para empezar. En estos tiempos nadie parece tener tiempo para nada y mucha gente me decía que quería meditar pero que no tenía tiempo, así que acabé por hablarles de micromeditar para hacer entender que no hay que pasarse media hora al día, sino de ir adquiriendo o readquiriendo el arte de vivir de una manera más consciente. Digamos que es como lavarse los dientes, no hace falta estar media hora, con un par de minutos es suficiente y los resultados están a la vista.
Yo espero, en realidad, que meditar no sea una moda, sino que uno la pruebe y vea si le ayuda o no en su vida. Y que, si es así, la disfrute.
Últimamente se habla mucho de microhábitos, de pequeños cambios para conseguir grandes objetivos, ¿es importante plantearse objetivos realistas y, sobre todo, realizables, por pequeños que sean? ¿Es todo mejor en pequeñas dosis?
Todo lo grande empieza siendo una idea, algo pequeño. Digamos que un roble empieza siendo una semilla. Incluso nuestra propia vida o nuestra salud. Por algún lado hay que empezar, por caminar un poco más, por juzgar un poco menos, cosas así. No sé si es mejor en pequeñas dosis, pero desde luego sí en la dosis adecuada al momento en el que nos encontramos.
¿Por qué piensa que meditar se ha puesto de moda?
Digamos que la meditación es como la moda clásica que no pasa de moda. Yo espero, en realidad, que no sea una moda, sino que uno la pruebe y vea si le ayuda o no en su vida. Y que, si es así, la disfrute.
¿De qué forma el hecho de micromeditar puede ayudarnos a transformar nuestra vida?
Meditar, o micromeditar, es como una especie de autopsia de nuestra mente y de nuestro corazón. Nos muestra lo que hay en nosotros, lo que nos gusta y lo que no nos gusta. Digamos que es como una verdadera amiga que nos habla con franqueza sobre cómo estamos. A partir de ahí nosotros podemos decidir qué hacer con esa información.
¿Qué le diría a alguien que considera que la meditación no es para él?
Pues que a lo mejor tiene razón.
Meditando, o micromeditando, uno se vuelve un poco más hermoso y un poco menos tonto.
¿Cuáles piensa que son las creencias erróneas más comunes y más extendidas sobre la meditación?
Que la meditación no es para uno. Eso que como si alguien que no conociera los antibióticos, sin conocerlos, dijera que no son para él.
¿Piensa que todo el mundo está preparado para micromeditar?
Todo el mundo tiene margen de mejora, eso sin duda. Yo el primero.
¿Cuáles son las claves para conseguir encontrar la calma interior en un mundo tan acelerado como el que nos rodea?
Si lo supiera supongo que estaría de asesor de alguna persona importante, jajaja. Yo solo sé que, meditando, o micromeditando, uno se vuelve un poco más hermoso y un poco menos tonto.
¿Por dónde debemos empezar, cuál es el primer paso para alguien que se propone integrar en su vida esos pequeños actos de conciencia que pueden sernos tan útiles?
Pues que se lo tome en serio eso de cambiar porque hoy en día la información está en todas partes, incluso en mi libro. No vale con probar un poco algo y decir que no funciona. Es como si un minero de oro arañase un poco el suelo y dijera que no hay oro. Yo sé que hay oro en cada persona.
Quien se encuentra frente al sumario, puede pensar que es una divertida contradicción comprar un libro en el que se habla de meditación y en el que se invita, desde la introducción a no meditar, ¿no cree?
Es que hoy en día todo el mundo te está diciendo lo que tienes que hacer, a mí eso me agobia. Por eso a mí ni se me ocurre hablar así. Yo pienso que las cosas hermosas han de ser siempre una sutil invitación.
¿A quién va especialmente dedicado este libro?
Para todo el que piensa que la meditación no es para él. Eso sin duda. Para los que no tienen tiempo para meditar, para que ya no vengan con esa excusa. Y, finalmente, para quien esté pensando qué leer este verano.