¿Varían los problemas gastrointestinales en función de la época del año?

Infecciones víricas, bacterianas, alergias... hablamos con un especialista sobre cómo nos afectan estos problemas en función de la estación

Por Pilar Hernán

Seguro que has tenido a tu alrededor en las últimas semanas a alguna persona aquejada de una gastroenteritis. Los virus han hecho su trabajo en estas semanas de invierno y han sido muchas las personas contagiadas. ¿Te has planteado alguna vez si pueden estar relacionadas las enfermedades gastrointestinales con la estación o época del año en la que nos encontremos? “Es evidente que muchas patologías del ámbito gastrointestinal pueden estar relacionadas con la estación o época del año en la que nos encontramos. Hay muchas razones para esta conexión; por ejemplo, las enfermedades transmitidas por alimentos en mal estado aumentan en los meses más cálidos del año, como el verano. Las altas temperaturas crean un ambiente que fomenta el crecimiento de microorganismos y toxinas derivadas de estos en los alimentos, aumentando el riesgo de contaminación. Además, cocinar y comer al aire libre puede aumentar el riesgo de infecciones transmitidas por alimentos si no se toman las precauciones adecuadas”, nos detalla el doctor Diego Sánchez Muñoz, especialista en Aparato Digestivo, Director médico y fundador de IDI-Instituto Digestivo.

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Infecciones víricas, más habituales en invierno

El especialista aclara que, por otro lado, las infecciones producidas por virus son más comunes en invierno. “Al igual que ocurre con las infecciones respiratorias, la propagación del virus de persona a persona está facilitada porque las personas tienden a pasar más tiempo en interiores. Además, las bajas temperaturas, además de facilitar su propagación, pueden debilitar el sistema inmunológico, haciendo que las personas sean más susceptibles a infecciones gastrointestinales”, nos explica

En primavera, sin embargo, las alergias estacionales también pueden causar problemas gastrointestinales. De este modo, el doctor aclara que las personas propensas a las alergias estacionales pueden experimentar síntomas gastrointestinales como diarrea o malestar abdominal como parte de una reacción alérgica. Esto se debe a la interacción entre el sistema inmunológico y los alérgenos presentes en el ambiente.

“También, los cambios estacionales pueden afectar los hábitos alimentarios. En invierno, las personas tienden a comer alimentos más pesados ​​y con mayor contenido calórico. Por el contrario, las dietas de verano suelen contener alimentos más frescos y ligeros”, nos cuenta.

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Infecciones víricas

Tal y como nos explica el especialista, las infecciones por virus gastrointestinales pueden ocurrir durante todo el año, pero la incidencia y los tipos específicos de virus varían. “Es importante señalar que la propagación de estos virus no es estrictamente estacional, ya que factores como la higiene personal, la manipulación de alimentos y la interacción humana juegan un papel crucial en su propagación. Sin embargo, ciertos patrones y comportamientos estacionales pueden afectar la prevalencia de ciertos virus gastrointestinales”, cuenta.

El norovirus es más común en los meses más cálidos, como la primavera y el verano. Estos virus son muy contagiosos y pueden provocar brotes de gastroenteritis en entornos concurridos, como cruceros, campamentos y piscinas. El rotavirus, en cambio, es más común en invierno. El rotavirus, principal causa de gastroenteritis en niños, se propaga más fácilmente en ambientes cerrados, como guarderías y escuelas, donde los niños comparten habitaciones y juguetes.

“Es importante señalar que otros virus gastrointestinales como adenovirus y ciertos tipos de coronavirus pueden estar presentes en cualquier estación”, nos cuenta.

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Recomendaciones útiles para prevenir estos problemas gastrointestinales

Le preguntamos al doctor qué podemos hacer para tratar de prevenir dichos problemas de salud. “Es importante tomar medidas preventivas para reducir el riesgo de infecciones gastrointestinales, ya que, como hemos dicho, se transmiten principalmente a través del agua, alimentos contaminados y el contacto de persona a persona. Así, para minimizar el riesgo de contagio, hay que tener ciertas precauciones”, comenta el especialista, que detalla las siguientes:

  • Un lavado de manos adecuado es una de las formas más efectivas de prevenir la propagación de infecciones gastrointestinales.
  • También es muy importante manipular de forma segura los alimentos, lavando bien los alimentos crudos y cocinándolos a temperatura adecuada. Su almacenamiento correcto en frigoríficos, en bolsas cerradas, también previene estas infecciones.
  • Por otro lado, es importante mantener altos niveles de higiene en espacios concurridos, como pueden ser guarderías, escuelas, centros de trabajo, transporte público o centros sanitarios, evitando el contacto cercano con personas enfermas.
  • En algunos casos es posible la vacunación contra determinadas infecciones gastrointestinales, como las causadas por el rotavirus.

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Afectan a nuestro día a día

Son problemas que, sin duda, afectan a la calidad de vida del paciente que las padece. “Las infecciones gastrointestinales pueden afectar significativamente la calidad de vida de las personas, afectando no solo la salud física, sino también el bienestar emocional y social. Por un lado, las infecciones gastrointestinales suelen ir acompañadas de síntomas desagradables y potencialmente debilitantes como diarrea, vómitos, dolor abdominal y fiebre. Estos síntomas pueden provocar malestar general, fatiga y debilidad que afectan la capacidad para realizar las actividades diarias normales. Además, la pérdida de líquidos debido a la diarrea y los vómitos puede provocar deshidratación, lo que puede hacer que se sienta débil”, nos explica.

Por otro lado, añade que las personas con infecciones gastrointestinales, especialmente aquellas que son altamente contagiosas, pueden sentirse socialmente aisladas para prevenir la propagación de la enfermedad. Esto puede afectar a las relaciones y la participación en actividades sociales. Además, el malestar físico y los síntomas asociados con las infecciones gastrointestinales pueden provocar estrés, ansiedad y, en algunos casos, depresión.