Pareja

Es hora de confesarlo: no es que quieras a tu pareja, es que tienes miedo a estar sola

Hablamos con una psicóloga sobre por qué nos sucede esto y cómo podemos hacerle frente

Por Paula Martíns

El mundo de las emociones es, muchas veces, un terreno inexplicable. Elegir cómo sentirnos, por muchos libros de autoayuda que podamos leer, no siempre resulta una tarea fácil. Si hablamos de las relaciones sentimentales, de hecho, resulta todavía más difícil. Todos hemos pasado alguna vez por ello: en la efervescencia del principio de una relación nos parece que estamos en el cielo, pero en cambio, el mundo se derrumba cuando nos dejan.

En este terreno, el inglés ha sabido definirlo mucho mejor que nosotros, ya que fall in love, literalmente, significa “caer en el amor”. No le falta razón, pues cuando llega son muchas las veces en las que durante una relación caemos en una especie de hechizo por el cual perdemos el control sobre nuestras acciones. Incluso nos sucede lo mismo cuando creemos que sí que estamos enamorados, y en realidad, tan solo estamos encaprichados, obsesionados… o buscando llenar un vacío. Seguro que sabes de qué estamos hablando: a veces ocurre que conoces a alguien que piensas que será el amor de tu vida, y cuando esa relación termina, con el tiempo, te das cuenta de que aquella unión existió por el contexto y tu situación temporal. 

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Si has pasado por alguna de estas situaciones debes saber que no pasa nada, y que es normal que te cueste admitirlo, porque nunca hemos recibido ninguna información sobre cómo hablar de las cosas que nos avergüenzan, y siempre tendemos a ponernos caparazones y escudos para fingir ser fuertes. Sin embargo, ahora que hablar sobre salud mental lleva unos años estando ya a la orden del día, podemos desterrar este tabú, porque, tal y como la psicóloga especialista en autoestima, liderazgo e inteligencia emocional, y CEO & Founder de Psique Cambio, Beatriz Gil Bóveda nos cuenta, “las personas somos seres sociales y nos necesitamos los unos a los otros para sentirnos bien, compartir nuestras experiencias, sueños y miedos, y así enriquecer nuestras vidas, por lo que la mayoría de nosotras, en algún momento, hemos tenido miedo a estar solas”.

Pero, si como comenta la psicóloga, este temor es natural, ¿por qué puede llegar a ser perjudicial? Ella misma lo explica con un caso práctico que puede resultarnos familiar: “Veamos el caso de Marta, quien tras la ruptura de una relación de seis años se encontró incapaz de disfrutar de la soledad. Sin darse un respiro, saltó a otra relación que carecía de la pasión y complicidad que ella buscaba. Su historia refleja cómo el miedo a estar sola puede nublar nuestra capacidad de tomar decisiones sanas en el amor. En este tipo de casos, se mantiene la relación, pero no se hace por verdadera complicidad o amor, sino por miedo a la soledad”.

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Puede que conozcas a alguien que salta de relación en relación (sea bajo la etiqueta que sea) sin darse un espacio para sí misma, incluso puede que seas tú esa persona. Si es así debes saber que, “aunque es común, natural y universal; esta preocupación se convierte en un problema cuando nos apegamos a una pareja por ello. La ansiedad de enfrentarse a la soledad puede ser tan intensa que algunas personas deciden permanecer en relaciones poco satisfactorias y saludables antes de estar solas”.

Además, la experta en salud mental también señala otro factor que influye notablemente en ese deseo de tener siempre alguien a nuestro lado: “La realización personal, a menudo se presenta como encontrar a esa ‘persona especial’. Desde pequeños, se nos enseña que la felicidad plena solo se encuentra en la compañía de otro, lo que puede llevar a una búsqueda constante de pareja para llenar un vacío interior”. 

- Razones por las que te cuesta encontrar pareja

La dependencia emocional, un síntoma clave

Como consecuencia, ese apego nos lleva a perder nuestra identidad, y depender emocionalmente del otro, un patrón psicológico que “ocurre cuando nuestra felicidad y sentido de identidad dependen excesivamente de la presencia o aprobación de otra persona”. Incluso si vamos un paso más allá y nuestro nivel de dependencia se encuentra muy acentuado, puede que nuestro cuerpo reaccione de una manera que jamás habríamos pensado achacar a este miedo: “La ansiedad de estar solas puede ser tan abrumadora que, según un estudio publicado en The Journal of Personality and Social Psychology, algunas personas pueden experimentar ataques de pánico al pensar en terminar una relación”, concede Beatriz Gil Bóveda.

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Como sucede en la mayoría de los casos en los que se presenta el apego, “la baja autoestima nos hace buscar la validación en otros. En una relación, esto se manifiesta en la necesidad constante de aprobación y afecto del otro, un apego excesivo, confundiendo esto con amor”.

Para saber si eres dependiente emocional puedes parar un segundo y pensar en si cumples las siguientes cuestiones que nos expone la psicóloga: sientes ansiedad cuando tu persona no está cerca, solamente te sientes bien cuando tu relación va viento en popa, o has dejado de lado tus intereses, amistades o metas personales. “El amor es liberador y promueve el crecimiento personal. Involucra dos personas completas que se complementan, no que se completan. Si sientes que tu relación limita tu desarrollo personal o te hace sentir atrapada, insegura, puede ser un indicativo de dependencia emocional”, señala.

¿Cómo saber si tenemos pareja por miedo a la soledad?

Identificar si estamos con alguien, o buscamos pareja, solo porque no sabemos estar con nosotras mismas, puede ser tedioso, pero hay varias pautas a seguir mediante las cuales podemos tratar de comprobarlo.  Por un lado, puedes analizar las conversaciones con tus amigos. Cuando hablas con ellos, generalmente tiendes a comentar los días malos mucho más que los buenos. Y, si observas que en esas charlas hablas y repites con frecuencia en voz alta los patrones del comportamiento de tu pareja o forma de ser que no te gustan, ahí lo tienes. Puede que te quejes de que esa persona lleva un ritmo de vida muy diferente al tuyo, y ese compartir un estilo de vida es fundamental para ti. Es probable que le exijas mucho más cariño del que te puede o quiere dar, o, incluso, puede que sucedan situaciones tan simples como que te ponga nerviosa su tono de voz, no te gusta cómo viste, o lo que es un claro indicativo de que te estás aferrando a una historia por esa adicción a querer compartir momentos de tu vida: que te avergüence ir con él en público y ni siquiera quieras presentarle a tus amigos o familia. 

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Aunque estos son tan solo algunos indicativos primerizos, según la psicóloga, el amor verdadero existe cuando aparecen tres pilares combinados: la pasión, la intimidad y el compromiso. “La pasión se refiere a la atracción física y emocional. No solamente el deseo sexual, sino también admiración. Por su parte, la intimidad se enfoca en la conexión emocional profunda y la complicidad. Implica compartir sentimientos, pensamientos y experiencias, querer pasar tiempo juntos y revelar cosas personales o privadas, creando un vínculo de cercanía y confianza. Se da cuando podemos mostrarnos tal cual somos. Y, el compromiso implica tener un proyecto a futuro, construir un proyecto vital conjunto y decidir mantener la relación a largo plazo, teniendo la voluntad de trabajar juntos en la relación, superando momentos difíciles y apoyándose mutuamente”. 

Lo más complicado es admitir que somos dependientes emocionales, pero una vez logrado, hay muchas conductas que podemos poner en práctica para comenzar a ser felices por cuenta propia. “Lo primero será fortalecer tu autoestima trabajando en la autovaloración y el autoconocimiento. Para ello puedes fijar actividades que te apasionen y fijar metas personales”, señala la psicóloga, que continúa ofreciéndonos más consejos: “Tendrás que poner límites en las relaciones y aprender a decir ‘no’, pero si todos estos patrones te resultan difíciles, puedes buscar apoyo profesional que te ayude a mejorar tu bienestar emocional”.