Cómo saber si la relación con mi mejor amiga se ha vuelto tóxica

Hay señales a las que debemos permanecer alerta para poder regenerar ese vínculo o, si es nocivo, romperlo definitivamente

Por Nuria Safont

Las relaciones no son fáciles, ni siquiera las de amistad. Y aunque mantengamos una vínculo que consideramos fuerte e inquebrantable con nuestra mejor amiga, eso no quiere decir que dicho lazo se pueda deteriorar o, incluso, volver tóxico, aunque nos duela. La psicóloga sanitaria y neuropsicóloga Desirée Infante, de Mundopsicólogos, analiza cuáles son las 'red flags' que nos pueden alertar de que esa unión que pensábamos tan saludable necesite una revisión para mejorarla antes de que se rompa.

Cualquier tipo de relación, ya no solo de amistad, necesita de un compromiso, de un esfuerzo por ambas partes, se necesita reciprocidad. "A mí me gusta verlo como una planta, esa planta hay que mimarla, darle el agua que necesita y ponerla al sol. Esto quiere decir, que se necesita amor y de ser responsables en nuestras relaciones", indica la experta.

 Cuando dejamos de dar la importancia que tiene ese vínculo en nuestra vida, cuando descuidamos, cuando nos relajamos y acomodamos y no nos damos cuenta de las necesidades de la otra persona es cuando el vínculo comienza a deteriorarse. En cualquier relación necesitamos preocuparnos por las necesidades del otro y saber escuchar y estar “presentes” en sus vidas. "El estar presentes, no solo significa estar de forma presencial, sino estar ahí para escuchar cuando la otra persona necesita ser escuchada", sostiene. 

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¿Cuáles son las señales de que una amistad se está deteriorando?

Como nos cuenta la experta en psicología, las primeras señales que podemos encontrar en una relación deteriorada es que esa persona deja de ser una prioridad para ti, deja de estar presente en tus pensamientos, en tus planes ya no está como opción. También puedes sentir que ya no vais en la misma dirección, que sus objetivos, metas, valores no son parecidos y que hay algo que está fallando entre ambas.

Otra característica que podemos observar es cómo la otra persona realiza muchos planes y en vez de alegrarnos por esa persona, nos nace una emoción desagradable, una emoción llamada envidia, esa persona está haciendo planes con otras personas y nos ha dejado apartada de su vida, esto es normal que nos pueda causar malestar si aun sentimos que queremos a esa persona, por lo que nos causará tristeza por el miedo a perder ese vínculo.

"El hecho de sentir la emoción no es negativo, lo que hará saber si la relación se está deteriorando es saber si aun puedes hablar con esa persona abiertamente de cómo te estás sintiendo, sin el miedo de que la otra persona reaccione negativamente y sea una confrontación. Si ese miedo existe y sientes que la otra persona no estará para validarte y darte el apoyo que necesitas y reafirmar tu amistad, significa que ya existe esa distancia emocional entre ambas", matiza. 

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¿Cuáles suelen ser las causas?

Por lo general, esto suele suceder en cambios que se han dado en la vida de alguna de las partes. Por ejemplo, el cambio de ciudad por un motivo laboral, el inicio de una relación sentimental o el nacimiento de un hijo. "Esto suelen ser cambios muy grandes en la vida y se necesita recolocar las prioridades. En este sentido, quizá la amistad podía ser una prioridad de las que en la lista estaba más arriba, pero en el momento que hay estos cambios la amistad puede bajar en la lista de prioridades y el tiempo que se le dedicaba deja de dedicárselo o disminuye, haciendo que para la otra persona no sea suficiente", explica Desirée Infante. 

También puede suceder cuando cambiamos de etapa vital, por ejemplo, amistades de instituto, de universidad… Lo que antes hacía que uniera esas personas puede que en el cambio deje de unirlas (forma de pensar, cambio en los intereses, nuevos objetivos…).

Generalmente, "nos aferramos en tener amigos de toda la vida y esto en ocasiones nos suele generar mucho malestar, porque si no tenemos amigos de toda la vida significa que ¿no hemos sabido ser buenos amigos? Para nada es así, no podemos aferrarnos a tener a personas en nuestras vidas que ya no aportan nada positivo o que ya no compartimos nada con esas personas, esto solo nos lleva a sentir malestar y sentir que no pertenecemos. Lo ideal sería ir evaluando cada cierto tiempo que relaciones tenemos en nuestra vida y si seguimos conectados con esas personas y si no soltar esas relaciones", recuerda. 

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¿Qué se puede hacer para enderezar una amistad que se ha deteriorado?

La psicóloga utiliza de nuevo el símil de la planta, porque al igual que una planta que sientes que le hace falta cuidados a una amistad le sucede lo mismo.

"Para poder regenerar el vínculo de la amistad se necesita que ambas partes quieran repararlo. Si es así entonces se necesitará de una buena comunicación, sin invalidar las emociones de la otra persona, entenderla y saber escucharla para saber cómo se ha sentido".

Una vez que somos conscientes de las necesidades de la otra persona, tenemos que “negociar” que puede dar cada una de las partes, porque puede que esta situación haya sido un cambio vital y que no exista la posibilidad de volver al punto anterior, sino que la amistad tiene que adaptarse al momento actual para poder sobrevivir.

Quizás lo más importante de este apartado es actuar y hablar desde el amor que le tenemos a la otra persona y ser capaces de entender la situación del otro aplicando compasión y tenernos autocompasión.

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¿Cuál es la diferencia entre una amistad deteriorada y otra tóxica?

"La diferencia principal entre una relación deteriorada y una tóxica, está en la desigualdad de las partes", afirma la experta. En la deteriorada, antes de que se hubiera deteriorado ambas partes estaban en igualdad, mientras que en la relación tóxica una de las partes siempre está por encima. En las relaciones tóxicas siempre hay una “abeja reina” a la que hay que cubrir sus necesidades sin importar las necesidades del otro.

También puede darse el caso de una amistad deteriorada que antes fuera una relación tóxica y esta fue la causa del deterioro. "Si este es tu caso entonces sal de esa relación", recomienda la psicóloga. 

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¿Qué papel juegan los celos, la envidia en las amistades tóxicas?

Desirée Infante nos explica que tanto los celos como la envidia suelen ser emociones que están presentes en casi todas las relaciones tóxicas. Lo podemos utilizar para conocer si estamos o no en este tipo de relaciones y si es así poner límites o salir de la relación.

"Esto suele suceder porque la amistad tóxica suele estar en continua competición contigo, además de necesitar ser siempre el centro de atención, incluso puedes sentir que puede estar imitando ciertos comportamientos tuyos". 

Todo esto suele suceder porque la otra persona, “la abeja reina”, tiene una baja autoestima, que intenta disimular con humillación hacia el otro, también tener inseguridades, por lo que continuamente te reta, humilla o te imita. Todo esto es porque necesita hacer sentir a la otra persona inferior para conseguir sentirse inmediatamente ella mejor, esto suele suceder en personalidades narcisistas.

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¿Cómo afecta la toxicidad de una amistad a la salud mental de las personas involucradas?

En un primer momento, la persona tóxica no se muestra tal y como es, en otras ocasiones sí. "Al inicio se comportan como una persona agradable, confiable, que está para escucharte para ser tu apoyo, pero todo esto va cambiando a medida que sabe que gana tu confianza. Cuando esto sucede la otra persona coge el control y se proclama “abeja reina” y es cuando tus necesidades dejan de ser importantes y solo vives para complacerla", advierte esta especialista en Psicología. 

Su forma de actuar es a través de la manipulación, la cual nos hace creer que no somos lo suficientes para los demás por lo que hace que nuestra autoestima cada vez sea más negativa, además de generarnos una dependencia emocional hacia ella. Como hemos estado bajo su influencia tendemos a aislarnos de otros y esto hace que nos quedemos sin poyo social o esa red de apoyo para alejarnos de ella.

"Lo más importante de todo es darse cuenta ante qué tipo de relación te encuentras. Este es el primer paso para poder cambiar lo que nos genera malestar. Después es ver que hace que no podamos tomar la decisión de salir de esa relación, ¿baja autoestima? ¿Dependencia emocional? ¿Falta de apoyo social?… Si ves que por ti mismo no puedes hacerlo, acude a un psicólogo especializado, te ayudarán a conocer las causas y trabajarlas para que puedas dar el paso y salir de esa relación", concluye la psicóloga de Mundopsicólogos.