¿Por qué es importante la vitamina D cuando afrontas un tratamiento antitumoral?

Un experto nos habla sobre una vía de estudio muy interesante sobre la potencial relación entre esta vitamina y la resistencia a terapias antitumorales

Por Pilar Hernán

Mucho te hemos hablado en estas páginas de la importancia de mantener los niveles de vitamina D bajo control. Pues bien, ahora parece constatarse que niveles bajos de vitamina D podrían contribuir a una menor efectividad de algunos tratamientos antitumorales. “Aunque todavía estamos en sus inicios, existe una vía de estudio muy interesante sobre la potencial relación entre la vitamina D y la resistencia a terapias antitumorales”, explica el Dr. Esteban Jódar, jefe del Departamento de Endocrinología y Nutrición de los hospitales universitarios Quirónsalud Madrid y Ruber Juan Bravo y Catedrático de Endocrinología de la Universidad Europea de Madrid.

Así, sabemos que en algunas terapias frente al cáncer de mama, de pulmón o de hígado, se ha descrito que la insuficiencia en vitamina D aumenta el riesgo de resistencia al tratamiento y que su suplementación podría mejorarlo. Sobre todo ello hemos hablado con el especialista.

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¿Podríamos decir que existe una relación entre la vitamina D y el cáncer? ¿En qué sentido?

Sí, se ha descrito una asociación entre concentraciones insuficientes de vitamina D (realmente de 25(OH) vitamina D que es el reservorio del sistema hormonal que medimos en sangre) y un mayor riesgo de ciertos cánceres. A eso le llamamos asociación en estudios epidemiológicos. También la hay en estudios ecológicos que relacionan la menor exposición solar con un mayor riesgo de algunos cánceres como el de colon, mama o próstata. Por último, hay estudios de intervención con resultados tanto positivos como negativos sobre los posibles beneficios de los suplementos de vitamina D en la aparición y evolución de ciertos cánceres.

El mecanismo propuesto es el papel clave del sistema hormonal D en la diferenciación y en el control de la proliferación de las células, especialmente de las epiteliales, efectos sobre la inmunidad, sobre la creación de vasos...

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¿Puede llegar a influir un déficit de esta hormona en la efectividad de los tratamientos antitumorales?

Sí, en algunos estudios se ha mostrado un beneficio de adecuadas concentraciones del sistema hormonal D en la respuesta antitumoral a quimitoterápicos incluso en casos de multi-resistencia.

¿Hay estudios que están trabajando en la confirmación de ese vínculo?

Sí, hay mucha investigación en este campo, incluido el tratamiento anti-tumoral.

¿Está recomendada la suplementación especialmente en pacientes que están en tratamientos antitumorales, siempre bajo prescripción médica?

Hay unas concentraciones recomendadas para población general (al menos 20 ng/Dl de 25(OH) vitamina D sérica) que aplican, por supuesto, a las personas en tratamiento antitumoral. Algunos colegas abogan por objetivos más altos en estas personas (hasta 40 ng/Dl).

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¿Es importante, por lo tanto, tener las cifras de vitamina D bajo control?

Sí, realmente es un sistema hormonal que regula del 3 al 5% de todos nuestros genes, muchos de ellos relacionados con la salud ósea, inflamación, defensa antimicrobiana, proliferación celular… como cualquier otra hormona es importante tener sus concentraciones en el rango adecuado.

Sin embargo, es muy amplio el porcentaje de la población que tiene un déficit de la misma, ¿no es así?

Cierto, hasta el 50% de la población general y mucho más en población que vive con obesidad o ancianos.

¿Cuáles pueden ser las causas?

La obtención de la dieta es casi imposible al no suplementarse los alimentos de uso común (harían falta una docena de sardinas o huevos al día, por ejemplo, o hasta 4 litros de leche diarios si no está suplementada) y tampoco hacemos suficiente ejercicio al aire libre para tener una exposición solar adecuada (espalda o brazos y piernas unos 15-20 minutos al día). Además, en nuestro país, solo se produce vitamina D durante 6 meses al año por la anulación de los rayos solares.