¿Por qué es tan importante prolongar la protección solar más allá de verano?

No debemos usar el fotoprotector solo cuando estamos bajo el sol. Debemos usarlo a diario, en verano e invierno, ya que es uno de los pasos más importantes en los tratamientos antienvejecimiento, de manchas o para adquirir una piel saludable

Por Pilar Hernán

Con las vacaciones ya lejos para la mayoría, metidos de lleno en la rutina, son muchas las personas que meten en el cajón la crema solar… hasta el verano que viene. Gran error.  “Es un error desde ya y por varias razones, fundamental porque sol, con mayor o menor intensidad sigue estando allí. Además, la rutina hace que también estemos más expuestos a la contaminación ambiental y hoy sabemos que la radiación UV, especialmente UVA, tiene un efecto sinérgico con contaminantes ambientales, sobre todo en la inducción de manchas en la piel. También la rutina nos llevará a pasar más horas frente a los dispositivos electrónicos (ordenador, smartphone, pantallas digitales) y la realidad es que entonces estaremos más expuestos a la luz visible, específicamente a la luz azul, que se conoce ampliamente por numerosos estudios que induce la aparición de manchas en la piel”, comenta Maria Vitale, directora médica de Cantabria Labs.

Por lo tanto, según la experta, tras el verano, a la exposición solar ocasional se suma el efecto de los contaminantes ambientales, la exposición a la luz visible y en especial a la azul, cada día y durante una gran cantidad de horas. Por todas estas razones, ¡no debemos guardar los fotoprotectores!... todo lo contrario, debemos utilizarlos cada día y durante todo el día. Si realizamos deportes al aire libre, no olvidemos que al comenzar la rutina de entrenamientos también nos exponemos una gran cantidad de horas directamente a la radiación solar.

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Una sobreexposición en verano

Por otra parte, teniendo en cuenta la sobreexposición solar realizada durante el verano, y que se han puesto en marcha mecanismos oxidativos, la experta considera que es conveniente continuar durante varios meses con la fotoprotección oral, por la presencia de antioxidantes. No podemos olvidar que el daño inducido por la radiación UV al ADN de la célula no solo se produce durante la exposición a la radiación, sino que continúa ocurriendo tras la exposición. Por esta razón, es aún más útil el uso de la fotoprotección oral.

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Descuidamos la protección solar

¿Por qué piensa que descuidamos la protección solar cuando no estamos en la playa o la piscina? “Porque pensamos en que la radiación es menos potente, que no estamos tan expuestos y que por ello ya no es dañina. Si bien ya no pasamos tantas horas bajo el sol, hay otros factores que hemos comentado, como que nos exponemos más horas a la luz azul emitida por dispositivos electrónicos y estamos más expuestos a los contaminantes ambientales”, nos dice la experta.

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El sol también quema en otoño en invierno

La clave es entender que el sol también puede dañar nuestra piel en los meses de otoño e invierno. Lo explica la experta de Cantabria Labs: “La radiación ultravioleta es considerada la más dañina por su relación con la aparición de cáncer de piel. Hay que tener presente tanto la radiación UVB (responsable de las quemaduras solares) como la UVA (responsable de la aparición de manchas y envejecimiento de la piel). Si bien es verdad que la intensidad de la radiación disminuye durante los meses de otoño e invierno en Europa, es la radiación UVB la que disminuye, aunque ello no significa que desaparezca. La radiación UVA se mantiene constante y uniforme a lo largo del año e incluso presente en días nublados, y representa el 95 % de los rayos ultravioleta que llegan a la superficie terrestre. Aunque creemos que estamos reparados detrás de un cristal, la radiación UVA puede atravesar la mayoría de los vidrios y llegar a la piel”. Y, además, como la temperatura disminuye, buscamos el calor con la radiación solar y por ello también nos exponemos un mayor número de horas… por lo tanto, finalmente la ecuación tampoco es favorable y confirma que debemos utilizar el fotoprotector durante el invierno.

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Un país con muchas horas de luz

En un país como España, además, las horas de luz son más que en otras zonas de Europa. Por eso no debemos descuidar la aplicación de crema con factor de protección solar. “Además de las razones anteriormente explicadas… (mayor exposición al sol por bajas temperaturas, exposición a contaminantes ambientales, mayor exposición a luz visible y en especial a la luz azul, etc), al comenzar con nuestra rutina de cuidado diario de la piel, y con la finalidad de mantener una piel saludable, debemos implementar la rutina antioxidante y de regeneración cutánea. En este sentido, se utilizan agentes que dejamos aparcados durante el verano como son los AHAs y los retinoides como el retinol. Como sabemos, es imprescindible comenzar con el proceso de retinización (es decir, ir adaptando la piel al empleo de los retinoides) y durante este tratamiento es fundamental la utilización del protector solar. Debemos recordar que el producto antienvejecimiento número uno es el protector solar de amplio espectro (frente a UV, VIS e IR) y con ingredientes antioxidantes que cuenten con aval científico”, nos resume.

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Elegir bien la crema solar

¿Qué debemos tener en cuenta para elegir la crema solar de estos meses? ¿Ha de ser diferente a la de los meses de verano? “En líneas generales, se acepta SPF 50, cobertura amplio espectro y con ingredientes antioxidantes con aval científico. Pero es importante buscar protectores específicos para nuestras necesidades”, nos dice la experta. Así, tras el verano necesitamos con seguridad una formulación más humectante, que nos ayude a unificar el tono o a mejorar imperfecciones.

Como conclusión y muy importante: no debemos usar el fotoprotector “solo cuando estamos bajo el sol”, la rutina de uso de un fotoprotector es diaria, en verano e invierno, ya que es uno de los pasos más importantes en los tratamientos antienvejecimiento, de manchas o simplemente para adquirir una piel saludable.