Si entrenas cuando hace frío y en el exterior puedes adelgazar más rápido

Además, aporta muchos otros beneficios, por lo que empezar a practicar deporte cuando bajan las temperaturas, y siempre de forma segura y sin exponerte a riesgos, es garantía de mejor condición física y, también, mental

Por Nuria Safont

¿No te has preguntado alguna vez qué le ocurre a tu cuerpo cuando haces ejercicio en frío? Es decir, cuando entrenas en el exterior y las temperaturas son más bajas. Te lo adelantamos: los beneficios que obtienes son muchos y, además, puede ayudarte a que quemes más calorías y grasa

Y es que cuando el mercurio marca frío el organismo tiene que consumir más calorías para mantener la temperatura corporal idónea para no poner en riesgo tu salud. Y para entrar en calor, el organismo precisa de una mayor inversión calórica, que se mantiene alta durante el entrenamiento para estabilizarla, como nos explica la directora de Reto 48, Sara Álvarez. Así pues, cuando pasas algo de frío se activan mecanismos para mantenerte caliente, se consumen más calorías y grasa y el metabolismo aumenta, con lo que adelgazarás más rápido. 

Además, entrenar en frío aporta muchos otros beneficios, por lo que empezar a practicar deporte cuando bajan las temperaturas, y siempre de forma segura y sin exponerte a riesgos, es una garantía de mejor salud.

"En los meses de frío nos cuesta más salir de casa por razones obvias, y también entrenar, ya sea al aire libre o en sala. Sin embargo, todos notamos rápidamente las particularidades positivas que nos ofrece, ya que no solo nos ayuda a quemar más calorías sin mayor esfuerzo, sino que repercute de manera muy positiva en nuestro bienestar general y en nuestro estado anímico en particular, algo muy necesario en los meses de frío que suelen traer consigo mayores índices de depresión y estrés".

Como apunta la experta, entrenar en invierno aporta muchos otros beneficios. Por ejemplo, ayuda a reforzar el sistema inmunológico, aumenta la capacidad cardiaca y mejora de manera global nuestro estado de ánimo, como decíamos. También mejora la circulación periférica, que se ve ralentizada de manera natural con las bajas temperaturas. 

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Beneficios en cuerpo y mente 

Otra de las mejoras que notarás cuando entrenas en invierno y, sobre todo, en el exterior, es que aumenta tu concentración. Así lo ha observado un estudio realizado por el Equipo de Rendimiento Humano de Under Armour que ha puesto a prueba a diferentes deportistas para medir su capacidad de resistencia física y mental. 

Por ejemplo, se ha visto que al someter al cuerpo a un estresor, se aumenta la capacidad de respuesta de este, lo que ayuda a tomar mejores decisiones. También alivia la hinchazón de los músculos y previene lesiones. 

A largo plazo, mejora los ritmos circadianos, que repercute en la calidad del sueño, potencia la respuesta inmunitaria, refuerza el sistema nervioso autónomo facilitando la transmisión entre los estados de alerta y relajación. 

Por último, se ha observado que entrenar en un entorno frío puede mejorar también el vigor y la claridad mental, además de promover la confianza en uno mismo y la resiliencia a largo plazo. Y es que, si puedes entrenar a tu cerebro para que aguante y siga adelante con el ejercicio en frío, aprenderá a enfrentarse a otras arduas tareas con mayor facilidad.

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Como entrenar en frío 

La preparación, el calentamiento y llevar un equipo adecuado son aspectos fundamentales a la hora de hacer ejercicio en frío. Empecemos por la ropa adecuada. Esta debe abrigarnos, pero no agobiarnos, señalan desde Reto 48. "Hay que buscar prendas de manga y pierna larga de materiales técnicos y transpirables. Los guantes, gorros y bufandas solo son necesarios si la temperatura es inferior a 3 grados". 

La hidratación es fundamental. Y hay que recordar beber suficiente, puesto que el invierno puede hacer que tengamos menos sed. "Horas antes de entrenar, bebe suficientes líquidos (agua o zumos naturales). 

Estira y calienta antes de entrenar, puesto que con las bajas temperaturas, las fibras musculares tienden a contraerse y el riesgo de lesión es mayor. 

Al terminar el entrenamiento, date una ducha con agua templada, no caliente, puesto que podría favorecer la deshidratación d ela piel y la rotura de capilares epidérmicos. 

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