Misofonía, la nueva fobia que hemos descubierto en 'Sex Education'

Ruby, una de las protagonistas de la serie, revela en la tercera temporada que sufre una fobia que puede afectar a su modo de relacionarse con los demás.

Por Nuria Safont

Si eres fan de Sex Education, la aclamada serie de Netflix, seguro que conocerás a uno de los personajes que ha tenido más peso en esta nueva temporada: Ruby, protagonizada por la actriz Mimi Keene. Pues bien, en un momento en el que Otis se reúne con Ruby y sus amigos para almozar, estos le revelan que la chica más popular del instituto sufre una fobia: no puede soportar el sonido de los alimentos al ser masticados. Este 'problema' que padece tiene un nombre, misofonía, y vamos a ver cuál es su causa y qué se puede hacer para convivir con ella. 

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¿Qué es la misofonía?

Este trastorno fue descrito, por primera vez, dos otorrinolaringólogos recientemente, en el año 2000. No tiene reconocimiento oficial en las el DSM-5 e ICD-10, las guías que se manejan para la descripción de problemas neurológicos y psiquiátricos y que son aceptadas internacionalmente. No es lo mismo que hiperacusia, que es una alta sensibilidad a los sonidos. En este caso, se trata de no poder soportar determinados sonidos. Sobre todo, los que provienen del cuerpo de otras personas. 

"La misofonía consiste en presentar una alta hipersensibilidad ante sonidos de baja intensidad, que están incluso por debajo de los que emitimos cuando conversamos con alguien. Sonidos cotidianos como escuchar a alguien masticar, frotarse las manos con una servilleta o escribir con un bolígrafo sobre papel, pueden llegar a ocasionar un gran malestar y una respuesta desproporcionada del sistema nervioso, generando un estado de estrés y, con mucha frecuencia reacciones de enfado que pueden acabar afectando la vida social de la persona. A veces quienes lo padecen pueden llegar a modificar ciertos hábitos de su vida para no tener que escuchar estos ruidos, como no acudir a determinados lugares o dejar ciertas actividades sociales", nos explica la psicóloga Mariló Pérez García, de GrupoLaberinto. 

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¿Hay personas más susceptibles a padecerla? 

Las causas de la misofonía no están claras. Sin embargo, hay hipótesis que plantean que el origen podría residir en "experiencias estresantes o traumáticas que la persona vivió en presencia de un estímulo auditivo concreto, y que por tanto las emociones y reacciones de malestar quedaron asociadas a ese estímulo, lo que hace que cada vez que la persona se exponga a él, su organismo reaccione de la misma manera en la que lo hizo en aquella ocasión", señala. 

También se plantea que la misofonía podría estar relacionada con daños en la corteza prefrontal medial, pero aún no está demostrado.

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¿Cómo distinguir entre la incomodidad de escuchar ciertos ruidos y la misofonía?

Cuando se padece misofonía la reacción ante sonidos que pueden resultar molestos para otras personas es muy desproporcionada. "Genera estrés, irritabilidad y una variedad de síntomas físicos como sudoración, palpitaciones, dolores de cabeza o dolores estomacales. Además estos sonidos resultan tan desagradables para la persona que pueden llegar a repercutirle en los diferentes ámbitos de su vida, laboral, familiar o social", advierte la especialista en psicología de GrupoLaberinto

Por ello, para lidiar con esta fobia, sería recomendable que la persona practicara de forma continua estrategias de relajación y meditación para que cuando aparezca el malestar ante el ruido, sea capaz de gestionarlo de la mejor manera posible, de forma que si llega el momento de salir a comer fuera por ejemplo y hay muchos estímulos que generan malestar, sea capaz de autoregularse. Y "si el malestar es muy intenso y le llega a repercutir en el ámbito social, la mejor opción sería acudir a un profesional cualificado que le ayude a afrontarlo", recomienda. 

De hecho, en algunos casos es posible que se necesite algún tipo de tratamiento. Por ejemplo, sería necesario que iniciara una terapia psicológica, ayudándole a identificar las situaciones en las que los sonidos les producen un mayor malestar, atendiendo al origen que ha podido ocasionarlo, y ayudándola a que le repercuta lo menos posible en sus relaciones sociales y familiares.

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