Enfermedades

¿Por qué se produce la pérdida del gusto en cáncer, como le ha ocurrido a Stanley Tucci?

Además de no tener hambre, la comida no sabe igual. Te explicamos por qué sucede y qué se puede hacer para evitar la desnutrición

Por Nuria Safont

El actor americano Stanley Tucci ha concedido una entrevista a The New York Times en la que ha revelado cómo le afectó el cáncer en la base de la lengua que padeció hace tres años. En concreto, ha explicado que perdió el apetito y que la mayoría de los alimentos que consumía le sabían a 'cartón mojado untado con excrementos'. ¿Es algo que le ocurre a todos los pacientes de cáncer? ¿Se trata de una consecuencia de la enfermedad o de los tratamientos que se administran? 

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Efecto secundario del tratamiento contra el cáncer

"Los cambios en el gusto son un efecto secundario frecuente de la quimioterapia y afecta, aproximadamente, a la mitad de los pacientes. Estos suelen ser transitorios y por lo general desaparecen entre 3-4 semanas después de finalizar el tratamiento", explica la Dra. Pilar López Criado, jefa de la Sección de Tumores de Pulmón, Cabeza y Cuello y Melanoma del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center Madrid.

Lo que está claro es que esta situación deteriora aún más la calidad de vida de los pacientes oncológicos. “La variación en el sabor de los alimentos es un efecto secundario de los tratamientos al que inicialmente no le damos mucha importancia, pero muchos pacientes lo sienten como una verdadera limitación”, asegura la doctora. De hecho, uno de los temores que ha reconocido sentir el actor estadounidense es perder, definitivamente, el sentido del gusto. "Si no puedes comer y disfrutar de la comida, ¿cómo vas a disfrutar de todo lo demás?", ha comentado Tucci. 

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Los fármacos destruyen las células que se reproducen rápido

Para algunos, los alimentos adquieren un sabor metálico. Para otros pacientes, directamente, la comida no sabe a nada. Como comer cartón. Algo que propicia la pérdida de apetito y la pérdida de interés por la comida, como explicaba el actor que le ocurría. Pero, ¿por qué sucede? La razón está en el efecto que producen los fármacos empleados en quimioterapia sobre aquellas células que se se multiplican muy rápido. 

Las células cancerosas proliferan rápidamente, por lo que la mayoría de quimioterapias las tienen como diana, para evitar, así que el cáncer crezca y haga metástasis a otras partes del cuerpo. Al igual que las de la piel, las células receptoras del gusto también tienen una alta tasa regenerativa, ya que en la base de cada papila gustativa hay células madre que las renuevan de forma continua. Debido a esta velocidad de crecimiento, los tratamientos quimioterapéuticos también atacan a las células gustativas, destruyéndolas, modificándolas y disminuyendo el sentido del gusto. 

Como decíamos, se trata de un problema transitorio. “Cada situación es diferente, pero, en general, mientras que los pacientes en tratamiento preventivo frente al cáncer suelen recuperar el sabor en unos meses, en los crónicos con los que tenemos que utilizar combinaciones de fármacos o varias líneas de tratamiento suelen quedarles más secuelas", señala la especialista en oncología. 

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Los expertos de la Sociedad Americana de Oncología Clínica recomienda algunos de consejos: 

  • Elegir alimentos aromáticos y sabrosos 
  • Marinar las carnes en zumos de frutas, vinos dulces u otros condimentos
  • Condimentar los alimentos con hierbas, especias, limón o salsas. Incluso, con azúcar 
  • Evitar comer de 1 a 3 horas después de la quimioterapia 
  • Enjuagarse con una solución de sal y bicarbonato de sodio antes de las comidas ya que puede ayudar a eliminar el mal sabor de boca. 
  • Mantener una buena higiene bucal 
  • En ocasiones, los suplementos de sulfato de zinc pueden ayudar a mejorar el gusto 

Para ayudar a los pacientes a mejorar su relación con la comida, pese a recibir un tratamiento para el cáncer que pueda afectar al sabor, surgió la iniciativa El sabor pérdido, puesta en marcha por la Fundación MD Anderson Cancer Center España y Ramón Freixa, cocinero español con dos estrellas Michelín, que pretende devolver el verdadero sabor de los alimentos a las personas en tratamiento oncológico. “Es el primer abordaje profesional en torno a esta problemática que junta a especialistas en oncología, expertos en nutrición, psicooncología, profesionales de la cocina y pacientes con cáncer”, enfatiza la doctora López Criado. 

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