Psicología

¿Hay dolores corporales que podrían relacionarse con determinadas emociones?

Una mala gestión de nuestra parte emocional puede verse reflejada en diferentes partes de nuestro cuerpo

Por Gtresonline

Cuando te duele el estómago lo más probable es que pienses que has tomado algo que te ha sentado mal. Si te duele la cabeza, que has pasado un día complicado o quizá que estás incubando un catarro. Pero lo que igual no atinas a pensar es que esa dolencia que tienes puede estar relacionada con lo que sientes a nivel emocional.

Todos somos cuerpo y emoción y ambas esferas están íntimamente relacionadas. Tanto que psicoterapias como la bioenergética trabajan los problemas o traumas desde una perspectiva eminentemente corporal; un método que permite dase cuenta de las dificultades que uno tiene poniendo atención en el propio cuerpo y cómo desbloqueándolo también se libera la parte psicológica.

Expertos en la materia, como la escritora estadounidense Louise Hay, que fue una de las grandes pioneras de los libros de autoayuda, sostenía que las emociones mal gestionadas se pueden convertir en enfermedades y que solo escuchando nuestro interior, perdonando y agradeciendo se consigue acabar con los sentimientos enquistados y sus reflejos físicos. Reflejos que muchos tienen significado.

Cada zona tiene su significado

El estrés y la presión, así como la falta de descanso suelen estar detrás de dolores de cabeza y problemas de migraña. Si es tu caso, asegúrate de dormir lo suficiente, haz deporte y dedica un tiempo a la relajación. En el supuesto de que la dolencia recaiga sobre el hombro, lo que está intentando comunicar nuestro cuerpo es un exceso de carga de problemas, muy relacionado con perfiles autoexigentes y que se hacen cargo de responsabilidades que no les corresponden.

Un dolor en la parte alta de la espalda se relaciona con falta de apoyo emocional y la presión, el cosquilleo o el popular nudo en la garganta con aquello que nos callamos. El de estómago se suele vincular con aquello que no conseguimos digerir, situaciones que somos incapaces de asimilar ni de aceptar. En la zona lumbar se colocan las preocupaciones económicas, en el cuello el rencor, el resentimiento y la culpa y en el hígado la ira y el enfado.

La cadera es sinónimo de miedo, por eso es tan importante mover la pelvis para soltar ese factor que nos paraliza en nuestra vida y deje de bloquearnos antes nuevos retos. Sobre el ego, el orgullo y la vanidad comunican las rodillas, que nos ponen en alerta para invitarnos a ser más humildes. Y si tienes molestias en las pantorrillas, puede que nos estés diciendo que hay un problema de celos.

Consulta siempre a un especialista

Esta conexión entre el cuerpo y la emoción no es un manual de autodiagnóstico que venga a curar cualquier dolencia que puedas tener. Sí se ha demostrado que dolores crónicos han obtenido grandes resultados al trabajarse tanto a nivel médico como psicológico, pues en muchos casos se trata de somatizaciones. Episodios que han quedado bloqueados emocionalmente en nosotros y que, tarde o temprano, encuentran la manera de manifestarse, aunque sea de manera corporal.