¿Qué son las calorías vacías?

Seguramente hayas oído hablar de ellas, pero no tengas muy claro de qué se tratan y dónde se encuentran

Por Gtresonline

Azúcares añadidos, dieta keto, ayuno intermitente… Cada vez tenemos más interés en conocer lo que comemos, su procedencia y sus propiedades, así como en estar al día de las últimas corrientes en materia de alimentación. Esto nos coloca en un lugar en el que tenemos que ser muy cuidadosos con los términos que utilizamos y que, quizá, creemos conocer pero no es así. Es el caso de las llamadas calorías vacías, tan en boga en los debates nutricionales del momento; un concepto que conviene reconocer si queremos tener mayor conciencia de nuestra dieta y la manera en que nos nutrimos.

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Las calorías vacías son aquellas que están presentes en alimentos que aportan mucha energía, pero pocos o ningún nutriente. Su consumo conduce a una subida de peso y, a la vez, a un desajuste nutricional, pues se trata de ingestas en las que hay un déficit de nutrientes, es decir, lo que nuestro organismo necesita para funcionar correctamente. No solo estaríamos cargando nuestro depósito de calorías sino que estaríamos dejando de lado las vitaminas, los minerales o la fibra, que nuestro cuerpo requiere para atender sus necesidades.

Su consumo debe ser ocasional y debemos tener plena conciencia de ello. Un abuso de calorías vacías en nuestra dieta puede tener consecuencias negativas como obesidad o patologías asociadas como es el caso de la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o el colesterol. Y si de adultos debemos prestar especial atención no lo es menos en el caso de los niños. La ingesta diaria de este tipo de calorías en menores entre 2 y 18 años debería estar entre el 8% y el 20%, cuando la realidad apunta a un 40%.

¿Dónde encontramos calorías vacías?

-Bebidas alcohólicas

Salvo la cerveza y el vino, todas las bebidas alcohólicas son calorías vacías sin nutrientes. A más graduación más calorías, pero como valor aproximado, estaría en las 7 kcal por gramo. Además, el alcohol descontrola nuestros niveles de azúcar en sangre y abre el apetito. Mejor opta por tomar una copa de tinto, que contiene antioxidantes, o cócteles sin alcohol a base de frutas de manera ocasional.

-Refrescos y zumos envasados

Son prácticamente azúcar, a no ser que la etiqueta indique que no tienen azúcares añadidos. En cualquier caso, es mejor sustituirlos por zumos caseros, infusiones frías o agua con gas con un toque de limón. Según estudios de la Universidad de Yale, la probabilidad de que un niño sea obeso sube un 60% por cada lata de refresco que consume al día.

-Bollería y 'snacks'

Siempre mejor caseros, puesto que la bollería industrial, las patatas o aperitivos de bolsa están cargados de grasas perjudiciales y/o azúcar. Los encurtidos y los frutos secos son una estupenda alternativa para esos picoteos y el pan un gran aliado para sustituir los dulces en tus desayunos.

-Salsas

Lo mismo ocurre con las salsas preparadas que encontramos en los estantes del supermercado, que tienen una alta cantidad de azúcar y grasas. Como con los zumos, lo mejor será preparar salsas caseras, a partir de ingredientes naturales.