Qué es la preeclampsia, la enfermedad por la que Carlota Corredera no podrá tener más hijos

Hace más de un año, la cantante Conchita anunció que la había padecido en su embarazo. Ahora es Carlota Corredera quien anuncia que no podrá tener descendencia a causa de esta enfermedad. Te explicamos qué es y por qué puede poner en peligro al bebé y a la madre.

Por Nuria Safont

La presentadora Carlota Corredera ha anunciado entre lágrimas que sus médicos le han desaconsejado tener más hijos por riesgo de preeclampsia,  una enfermedad que también le fue diagnosticada a la cantante Conchita, y por la que su hijo nació prematuro y ella permaneció tres días en coma en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). 

Se trata de una patología que se da en la gestación y que afecta a uno de cada 20 embarazos. Es la segunda causa más frecuente de mortalidad materna. Puede poner en peligro la vida de la madre y del feto, especialmente, si se diagnostica de forma tardía, y es una indicación para un parto pretérmino (prematuro) inmediato si el trastorno es agudo. A pesar de que se asocia con hipertensión durante la gestación, "para que exista preeclampsia debe existir también proteinuria (proteínas en la orina)", explica el doctor José Ramón Remohí, catedrático de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Valencia.  Existe una forma más severa, la eclampsia, que puede aparecer con convulsiones e incluso coma o el fallecimiento. "Es una situación muy grave que requiere atención médica inmediata", añade el doctor Remohí, que además es fundador y co-presidente del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI). 

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Síntomas de la preeclampsia 

"La detección precoz de esta patología es fundamental para evitar la fase más grave, la eclampsia y, por ello, se debe realizar un buen control del embarazo. Una de las pruebas que se realiza es el control de la tensión  arterial así como un test de orina. Si un embarazo está bien controlado, es más difícil que se produzca la fase más severa, aunque no imposible", señala el especialista en ginecología. 

Por ello, además de no saltarse el seguimiento médico, es importante que la mujer gestante conozca cuáles pueden ser los síntomas de esta enfermedad para poder buscar ayuda médica en caso de que presente estas señales que señalan desde Vithas Hospitales:  

  • Edemas. Se producen por acumulación de líquido en pierna, tobillo y pie.
  • Dolor de cabeza. Debido al aumento de la tensión arterial, es común que se sufran episodios de dolor de cabeza. 
  • Desorientación. Por la acumulación de líquido y por la hipertensión, se puede experimentar sensación de desorientación y confusión. 
  • Falta de aire. Se debe a una acumulación de líquido en los pulmones.
  • Escotomas. Punto ciego en la visión que se puede describir como que 'agujeros' o puntos negros. 
  • En la situación más grave se pueden manifestar convulsiones y pérdida de consciencia, hasta el coma. 

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¿Cuál es el tratamiento?

Dependerá de su gravedad así como de la semana de gestación. Por ejemplo, si el embarazo se encuentra en una semana posterior a la 37, la indicación es la provocación del parto. Este será natural o por cesárea, según el estado de la paciente. Si esta se encuentra grave, se optará por la cesárea. 

Cuando el embarazo está por debajo de la semana 37, el tratamiento también dependerá de cómo se encuentra la paciente. "Si los síntomas son leves, se aconsejará reposo, control de la hipertensión mediante antihipertensivos orales o por vía intravenosa si no se mantienen cifras de tensión arterial óptimas y control del feto para garantizar su bienestar y que no haya sufrimiento fetal. Si estas medidas no son eficaces, se optará por la provocación del parto", añaden expertos de Vithas Hospitales. 

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¿Se puede prevenir? 

Un buen control del embarazo, como comer bien, con una mayor ingesta de proteínas, tanto vegetales como de origen animal, hacer ejercicio físico, no fumar, no beber alcohol o evitar el sobrepeso son medidas que pueden ayudar a prevenir estas y otras enfermedades asociadas al embarazo. 

Sin embargo, hay factores que aumentan la probabilidad de sufrir esta patología. Por ejemplo, "la maternidad tardía, sufrir hipertensión crónica (aunque padecerla no provoca, inevitablemente, preeclampsia, padecer sobrepeso u obesidad o haber sufrido preeclampsia en anteriores embarazos son los factores que pueden predisponer a padecerla", concluye el doctor José Ramón Remohí. 

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