1/11 © Kvik

De un tiempo a esta parte las barras se han convertido en un elemento casi indisociable en las islas de cocina, convirtiendo a este módulo en el eje donde tener distendidas reuniones familiares o con amigos, incluso cuando el espacio cuenta ya con un office. Agregar una barra es una cuestión que requiere un adecuado diseño para conseguir un rincón cómodo y acogedor. Y como hay algunos aspectos que debes conocer antes de planificar la tuya, te ofrecemos una guía completa.

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2/11 © Rekker

Que no entre con calzador

Si bien es cierto que una barra va a añadir funcionalidad a la cocina y le dará un inconfundible sello más social, no debes forzar las cosas si el espacio disponible no es suficiente o si se precisa para almacenaje con cajones o gavetas.

Así pues, lo primero que debes hacer es evaluar el espacio disponible para definir si debes instalarla, contando que además hay que incluir los asientos que la acompañarán, ya sea taburetes y sillas. Lo ideal es respetar como mínimo 90 cm libres para los pasos. En la amplia cocina de la imagen, un proyecto de Rekker, se decide situar la barra en un extremo.

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3/11 © Paloma Pacheco para Raúl Martins

Un punto clave: ¿a qué altura situarla?

Las barras en las islas pueden situarse a la misma altura que la encimera (90-95 cm del suelo) o más altas. La decisión es bastante personal y va a depender de lo que cada uno considere más estético, cómodo y ergonómico.

Cuando se sitúa alineada con el resto de la isla, lo que se logra es hacer esa zona operativa incluso para la preparación de los platos. No obstante, si se quiere dar protagonismo a la barra y una entidad propia, la mejor elección es que se encuentre elevada, como hace el interiorista Raúl Martins en el proyecto de cocina de la imagen. 

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4/11 © TPC Cocinas

Una alternativa a contemplar

Aunque es una solución poco extendida, cuando se desea acompañar la barra con cómodas sillas en lugar de taburetes entonces hay que colocar la barra por debajo de los 90 cm, como en este ambiente con mobiliario de TPC Cocinas. La medida estándar en estos casos se encuentra en una horquilla entre los 70-75 cm de alto.

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5/11 © Porcelanosa

Juego de alturas

¡Atención! Otra forma muy original de integrar la barra en la isla es que esta se encuentre al nivel generalizado, pero que existan áreas destacadas a mayor altura, como vemos. En concreto aquí se realza el área de cocción con una placa de inducción invisible bajo la encimera de una piedra sinterizada de Xtone (el modelo ‘Marquina Black’) y la zona de aguas, con un amplio fregadero.

Como puedes ver, las opciones son casi infinitas. Tan solo tienes que decir aquello que te resulta más práctico por la forma de usar la cocina de la familia.

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6/11 © Roca

Dibujar una ‘T’

Cuando la barra se sitúa en un extremo de la isla, la decisión de que sea más ancha que este módulo central (como ocurre en esta cocina de Roca) va a depender de varios factores. El principal es las necesidades de más área para comer de manera informal, creando un espacio amplio y acogedor. También puede ser por una cuestión meramente estética o porque se desea más superficie donde mostrar piezas decorativas como jarrones o macetas con plantas.

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7/11 © Cesar

Rompe las reglas

Atrévete con una barra con una forma fuera de lo común que dé un toque único a la atmósfera. Lo más habitual es que presenten líneas sinuosas en círculo (como esta de Cesar en una colorida cocina) o bien creando una ‘S’. Y es que no hay duda de que la tendencia bold se impone en cualquier estancia de la casa, también en la cocina, generando espacios más amables que los que cuentan con esquinas rectas.

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8/11 © Delta Cocinas

Barra fija o más versátil y móvil

En cocinas en las que no sobran los metros, en ocasiones las barras son escamoteables para recogerlas cuando no se les dé uso. En ambientes amplios como este, de Delta Cocinas, la propuesta va un paso más allá y amplía las posibilidades de la barra al ser móvil: alejada de la pared resulta ideal para tomar una copa o el aperitivo mientras que si se acerca a la zona de fuegos resultará de gran apoyo para la preparación. La barra en península cuenta con una guía en la pared para su fácil traslado.

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9/11 © Línea 3 Cocinas

El material para tu barra

En el diseño de tu barra en una isla tienes dos opciones:

  • Seleccionar el mismo material que el de toda la isla, creando una composición uniforme e integrada, como en el caso de este ambiente abierto diseñado por Línea 3 Cocinas.

  • Elegir un material complementario que puede ser madera, por ejemplo, dado que se trata de una zona menos exigente que la superficie de trabajo expuesta a más trote. El contraste puede llegar también por el empleo del mismo material, pero en coloridos distintos.

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10/11 © Jordi Canosa para Pia Capdevila

Instala equipamiento extra

Nunca está de más situar junto a la barra baldas o casilleros donde alojar elementos prácticos (boles, platos), además de libros de recetas y objetos decorativos. Así lo ha hecho en este proyecto Pia Capdevila, quien firma el proyecto de interiorismo de esta vivienda junto a Núria Selva y Sandra Dachs, una casa con la cocina abierta al resto de espacios sociales.

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11/11 © Ondarreta

El colofón: los asientos

Para rematar una decoración de isla con barra redonda, debes acertar con los taburetes. En este sentido, ten en cuenta que entre la encimera y el asiento deben quedar unos 30 cm. Respecto al modelo, elige si te gustan con respaldo y si prefieres que sea tapizado o no.

En la imagen, ‘Hari’ es un diseño de Estudi{H}ac para Ondarreta y aquí está acabado en polipropileno, aunque también puedes encontrar la pieza en madera.

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