1/10 © Marina Cocinas

Una puerta corredera o corrediza ya no se instala únicamente para ganar espacio, sino porque constituyen un elemento estético muy demandado. Con ellas se logra dar continuidad a dos ambientes y permiten llevar luz a espacios oscuros. Hay casos en los que son imprescindibles y, otros, en los que suponen una buena idea respecto a una puerta batiente, pivotante o vano abierto.

 

Puertas correderas entre cocina y salón

Parece que las puertas correderas de perfilería y cristal (su limpieza es muy sencilla con los nuevos accesorios) se han convertido en un must entre cocina y salón. Es uno de los lugares en los que más vemos este tipo de puertas de paso. Pueden ser de diferentes tipos y en cada caso conviene saber cuál elegir. Puertas correderas empotradas en tabique, vistas sobre tabique o de hoja que se desliza sobre un fijo. En este caso, en un proyecto de Marina Cocinas para Una Casita en la Montaña (@una_casita_en_la_montana), cocina y salón quedan comunicados a través de dos hojas correderas de superficie que se deslizan por una guía instalada en la pared y queda a cada lado sobre tabique. De esta manera, hay que tener en cuenta que mientras por el lado de la cocina todas las paredes son aprovechables, por la cara del salón, decoran, pero evitan que se puedan ubicar muebles en esa zona.

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2/10 © Rober-Quiñones-Her

Corredera sobre fijo

Un caso similar, aunque con matices que añaden diferencias funcionales, es esta puerta corredera con perfil blanco y vidrio que separa la cocina del salón, abierto al recibidor. Se trata de un proyecto de Rober-Quiñones-Her en el que en un vano se instala una puerta corredera compuesta por un fijo sobre el que se desliza una hoja. De esta manera se logra mayor conexión visual y flujo de la luz, aunque todas las paredes son aprovechables, puesto que la hoja móvil ni se empotra ni queda sobre tabique. La ventaja es que no hay puertas que "coman" espacio al abrirse, como sucedería con una o dos hojas batientes.

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3/10 © Pia Capdevila Interiorismo

Un fijo central y una hoja corredera

Para saber cómo elegir puerta corredera y cuándo instalarla hay que estudiar cada caso y cada distribución concreta. Cuando cabe una puerta abatible o su ángulo de apertura restaría espacio y posibilidades, la instalación de una puerta corredera es la solución. También cuando se repiten demasiadas puertas en muy poco espacio, es una buena idea prescindir de alguna o sustituirla por un diseño corredero. En este proyecto de Pia Capdevila Interiorismo se ha ideado una solución que parte de un fijo central acristalado en la parte superior y ciego en la inferior. De idéntico diseño, la puerta corredera es una única que se desliza por una guía en el techo para cubrir el vano de la cocina o del recibidor según se necesite.

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4/10 © Fabio Fantolino

Dos puertas con un tabique ciego central

Aquí puedes ver otro caso solucionado con puertas correderas, en un diseño similar al anterior, pero en este caso sí que se incorporan dos puertas, una para cubrir cada vano de acceso a la cocina. Entre ellos, un tabique central que se mantiene para ganar una zona de a apoyo en la cocina, donde se adosa la mesa de office. Los vanos dejan pasar la luz desde la cocina. Incluso, cerrados, las puertas elegidas de perfilería mínimo y vidrio tampoco estorban. Proyecto de Fabio Fantolino.

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5/10 © Jordi Canosa

¿Cuándo? Para crear una estancia independiente

Puede que en un salón muy grande o zona de paso hay hueco para ganar una estancia. Quizá un despacho, quizá un cuarto de juegos o un cuarto de lavado. Las puertas correderas se convierten, en diseños de gran tamaño, en paneles móviles para comunicar o separar ambientes. Si incorporan cristal, son una solución que no resta luminosidad y con vidrios translúcidos no quedará expuesto el interior a la vista. Aquí, la interiorista Pia Capdevila ha jugado con un gran panel fijo y otro corredero con perfil de madera y cristal para delimitar un estudio. Estilismo de Mar Gausachs.

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6/10 © Kinze Studio

Puertas correderas extra decorativas

Si prefieres evitar el cristal, pero no quieres un panel ciego completamente, piensa en puertas correderas de diseño extra decorativo, que aportarán mucha personalidad y valor a la decoración de los espacios. Kinze Studio apostó en este proyecto por separar el salón-comedor de un espacio de juegos a través de una puerta corredera en madera con un juego de listones. Esta solución no aísla de los ruidos, por lo que deberás tener en cuenta el uso de los espacios. Como en el caso de las puertas correderas de cristal, si analizamos cuándo instalarlas, pensaremos en espacios vinculados funcionalmente como habitaciones infantiles comunicadas, zona de descanso y zona de juegos, despacho de salón, cocina de cuarto de lavado y plancha…

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7/10 © Molins Design

Del recibidor al salón

Puede que no quieras que la comunicación entre recibidor y salón sea total. Quizá queda muy expuesto el interior de la estancia principal desde el acceso. Quizá quieras evitar ruidos o aislar térmicamente. Un panel ciego como puerta corredera evitará hojas "en medio". Las puertas correderas que quedan empotradas en tabique son discretas porque abiertas prácticamente no se ven. Es necesario engrosar el tabique para empotrar el armazón que va por el interior. Molins Design optó aquí por un panel diseñado de suelo a techo, que da más amplitud al espacio por su verticalidad.

 

A la hora de diseñar puertas de este tipo, la solución más estética es que la guía quede empotrada en el techo (sin guías en el suelo). Es perfecto escoger un sistema con freno que evite golpes al cerrarse.

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8/10 © Mugarri Deco

Puertas correderas con guías vistas

Pero cuanto la puerta es especialmente decorativa, que quede a la vista es una buena idea. También es posible jugar con la instalación de guías para puertas correderas decorativas. Quedan a la vista y su diseño es cuidado. La solución intermedia entre estas guías vistas y las empotradas en el techo son las que quedan ocultas tras embellecedores de madera (una pieza rectangular que oculta el mecanismo instalado en techo o en pared). En este proyecto de Mugarri Deco, a la derecha queda la puerta con cuarterones en blanco y tirador y guía vista en negro que comunica la zona de descanso con escritorio en este dormitorio con el vestidor.

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9/10 © Javier Bravo

Puerta corredera en vestidores, baños y aseos

Precisamente otro de los lugares en los que es frecuente ver puertas correderas es entre vestidores y baños. O bien de acceso al espacio de vestidor o al baño como tal. Igualmente en aseos de cortesía para ganar espacio. Este vestidor de módulos abiertos por el que se accede al baño a través de una puerta corredera es una propuesta de la arquitecta Mónica Diago.

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10/10 © Kris Moya Studio

Puertas correderas en el dormitorio

En este proyecto, las puertas correderas se encargan de dividir el cuarto de baño en suite del dormitorio principal, y el vestidor. Dos hojas que quedan ocultas en tabique con un elemento central que se diseña con hornacina para encastrar el televisor. Cuando las puertas correderas se encastran en tabique, en ese frente no es posible realizar instalaciones de tuberías ni mecanismos eléctricos, a no ser que el tabique tenga un grosor excepcional. Piensa que ningún elemento puede interferir en el recorrido de la hoja. Tampoco puede haber apliques instalados. Proyecto de arquitectura de Cream Estudio con interiorismo de Clysa.

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