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Todos podemos ser grandes jardineros. Todos tenemos la posibilidad de cultivar plantas en casa y lograr, no solo que sobrevivan, sino que además crezcan esplendorosas y llenas de belleza. Así que olvida tu pasado (por muchas plantas que hayan fallecido bajo tu cuidado) y no vuelvas a pensar que no tienes mano para la jardinería.

La clave del éxito está en aprender y, mientras lo haces, estas son las especies que debes cultivar en tu casa. Todas ellas, además de atractivas, son plantas que prácticamente se cuidan solas.

 

Sansevieria o Lengua de suegra, estrella del interiorismo

Pertenece al grupo de plantas que triunfan hoy a la hora de decorar interiores. De hecho, podrás verla en cualquier revista de decoración, poniendo un toque verde en salones de diseño. Por la belleza de sus hojas largas y puntiagudas con forma de espada, y porque apenas necesita cuidados, la sansevieria (Sansevieria trifasciata) es una opción perfecta si estás iniciándote en el apasionante mundo de la jardinería de interior.

La sansevieria pertenece a la familia de las suculentas. Para que crezca feliz necesita un espacio con luz indirecta, aunque tolera niveles de luminosidad muy bajos. El riego ha de ser escaso, casi no tendrás que regarla. De hecho, debes concentrarte en no pasarte con el aporte de agua, porque eso la perjudicaría bastante.

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Filodendro, una planta todoterreno

Originaria de las selvas tropicales de América del Sur, el filodendro es una planta perfecta para principiantes. Se trata de una herbácea perenne que pertenece a la familia de las Araceae, y que engloba diferentes variedades.

Una de las más frecuentes es el filodendro de hoja acorazonada (Philodendron scandens). Sus hojas son grandes y de color verde oscuro, a veces con manchas blancas. Estará perfecta si la pones en un rincón luminoso, aunque sin sol directo. Lo único que deberás hacer es regarla de forma abundante y pulverizar sus hojas en los meses más calurosos del año.

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Hawortia, el encanto de las suculentas

¿Necesitas una planta resistente que también sea decorativa? Apuesta por una suculenta como la hawortia (Haworthia fasciata), muy parecida en su forma al aloe vera, pero con ciertas diferencias que la hacen muy interesante.

Para empezar existen numerosos tipos de hawortias, de diversos tamaños y tonalidades, aunque todas ellas son plantas todoterreno que necesitan muy pocos cuidados para estar perfectas: a saber, un entorno luminoso (aunque también están bien en semisombra), y un riego escaso (cada dos o tres semanas). ¡Mucho cuidado con regarlas demasiado!

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Echeveria, disfruta de la variedad

Como ves, las suculentas son las reinas en los jardines de los principiantes. Es una suerte poder contar con tal variedad de plantas fuertes y resistentes y, además, tan bellas. La echeveria (Echeveria elegans) es una de ellas. ¿Sabes a quién debe su nombre? Se llama así en honor al naturalista y botánico mexicano del siglo XVIII Atanasio Echeverria y Godoy.

Las hojas de la echeveria son gruesas y carnosas, y crecen en forma de roseta aportando a la planta un aspecto muy decorativo. Otro de sus mayores encantos es su gran variedad de tonalidades, desde el gris claro al morado, pasando por diferentes verdes y rosados.

¿Quieres cuidarla y conseguir que crezca feliz? Búscale un emplazamiento muy luminoso, aunque sin que le den directamente los rayos del sol. Tendrás que regarla con mucha moderación, solo cuando el sustrato esté seco. En primavera y verano le vendrá bien que le proporciones un abono específico para plantas crasas y cactus.

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Ficus, protagonista del salón

Si lo que buscas es una planta grande, frondosa, perfecta para decorar por sí misma una esquina del salón, para colocar en el suelo junto al sofá, o para llenar de verde un espacio vacío, entonces el ficus (Ficus benjamina) es una opción más que interesante.

Se trata de una planta de fácil cultivo, que necesita luz indirecta, un riego regular y moderado y poco más. Si ves que se le empiezan a caer las hojas, es que la estás regando demasiado.

Además de estar perfecta y de decorar tu casa de forma genial, el ficus es una planta que contribuye a purificar el aire, eliminando sustancias perjudiciales como el formaldehído y el benceno.

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Helechos, un toque silvestre en casa

¿Quién dijo que los helechos no pueden cultivarse como plantas de interior? No solamente son perfectas para decorar y poner un toque verde en cualquier espacio, sino que se cuidan prácticamente solos, si les proporcionas las condiciones que necesitan.

Lo primero que debes hacer es buscarles el mejor lugar para crecer, en semisombra y con alta humedad ambiental. Una idea es colocarlos en el cuarto de baño, si este cuenta con una ventana.

Para aumentar la humedad que necesitan los helechos, puedes pulverizarlos de vez en cuando y colocarlos en un plato con guijarros y agua. Entre las muchas variedades de helechos que puedes elegir, destaca el helecho espada (Nephrolepis exaltata).

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Maranta, una planta tropical fácil de cultivar

Es una de las plantas de bajo mantenimiento más recomendables a la hora de decorar nuestros interiores. La maranta (Maranta leuconeura) solo necesitará una cosa para crecer feliz: que la pongas en un lugar con mucha luz natural. Por lo demás, no te pedirá otros cuidados, más allá de regarla de vez en cuando.

Es una planta originaria de las selvas tropicales de Brasil, por lo que ama los ambientes húmedos y cálidos. Para disfrutar de la belleza exótica de sus hojas grandes y ovaladas, pulverízala de vez en cuando, en especial en verano cuando hace más calor.

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Hiedra, la perfecta planta colgante

Si pensabas que la hiedra (Hedera helix) era una trepadora de jardín que no podía cultivarse de otra manera, nada más lejos de la realidad. También es una planta muy decorativa para cultivar en maceta, en el interior de casa, sobre todo si la cuelgas del techo.

Su bajo mantenimiento la convierte en la especie perfecta para jardineros sin experiencia. Necesitará luz abundante, aunque también estará bien en entornos oscuros. De hecho, no le gusta que el sol le de directamente, ya que sus hojas adquieren un tono blanquecino.

Riega tu hiedra de forma moderada, cada dos días como máximo, y protégela de las corrientes de aire. La única tarea que deberás realizar es podar los tallos de tu hiedra una o dos veces al año para controlar su forma y crecimiento. Conseguirás una planta más compacta y con los tallos más fuertes.

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Anturio, disfruta de la belleza de sus flores

Es sorprendente lo resistente que puede llegar a ser el anturio (Anthurium scherzerianum). Por la belleza de sus flores, se trata de una especie perfecta para cultivar en interiores y poner una nota de color en cualquier espacio.

El anturio florece durante casi todo el año. Su flor consiste en un espádice amarillo rodeado por una hoja de color rojo intenso (aunque también puede ser blanco o anaranjado, el rojo es el color más habitual).

Por lo demás, esta planta solo necesita luz indirecta y que la riegues de forma regular manteniendo el sustrato húmedo, sin encharcarlo.

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