1/11 © IKEA

Es el lugar de nuestro descanso, la estancia más íntima de nuestra casa, esa que se ve poco, mucho menos que el salón o la cocina, pero en la que pasamos una gran cantidad de horas. Y, claro está, también te gusta cuidar su decoración, con un objetivo claro: lograr un entorno agradable y acogedor, que invite a la desconexión, el relax y, claro está, el descanso. Para conseguirlo te damos varios consejos básicos que convertirán tu dormitorio en un oasis de descanso.

Leer: 12 cambios en el dormitorio que te facilitarán la vida

2/11 © Pia Capdevila Interiorismo

Los mejores colores para decorar el dormitorio

Al pintar las paredes del dormitorio, huye de colores demasiado estridentes y vibrantes, como rojos, naranjas o amarillos. Tampoco pintes todo el dormitorio de un color frío oscuro, pues lo empequeñecerá su percepción visual. En cambio, colores claros y neutros, como el beige, el gris (con matices cálidos) o el greige, harán que sea luminoso, pero con un punto cálido. Cierto que también puedes pintar las paredes de blanco, aunque tendrás que añadir elementos cálidos –de fibras naturales y de madera– que contrarresten la frialdad del neutro por excelencia. 

¿Otras opciones? Los azules y verdes suaves son buenas opciones también. Ambos tonos invitan a la relajación y son colores que encontramos en la naturaleza. Al igual que con el blanco, tendrás que cuidar mucho el resto de la decoración para que no resulte fría.    

Leer: Estos son los colores que amplían el espacio de las casas pequeñas

3/11 © Alvhem

La distribución del dormitorio: más importante de lo que crees

Lo habitual en el dormitorio es colocar la cama junto a la ventana para que la luz no te moleste. Asimismo, seguramente tu instinto coloque la cama de manera que mire hacia la puerta, ya que es como nos sentimos más seguros. Según el Feng Shui, la mejor ubicación para el cabecero es la norte. Esto tiene que ver con los campos magnéticos de la Tierra. Según esta ciencia milenaria, así nuestro descanso se ve afectado por estas ondas magnéticas, que viajan del Polo Sur al Norte.     

También puedes colocar el cabecero bajo la ventana, pero tendrás que asegurarte de que cuenta con un buen aislamiento y por ella no entra frío. Evita también que sea más alto que la ventana y no te robe luz. 

Leer: Cómo distribuir el dormitorio para ampliar el espacio y realzar la decoración

4/11 © La Redoute

Da estilo al dormitorio con el cabecero

De madera, de forja, tapizado… Hay tantas opciones para elegir cabecero como gustos. Ahora, si buscas un elemento que aporte estilo y decore, pero también sea cómodo, sin duda, la mejor opción es un cabecero tapizado. Puede ser liso –más moderno– o tapizado en capitoné –más clásico–, en cualquier caso, será el respaldo perfecto si te gusta leer en la cama o disfrutar de una película o tus series favoritas. Además se convertirá en un elemento decorativo más, que aporte color y defina el estilo del dormitorio. 

Leer: 10 ideas geniales y decorativas para elegir el cabecero de tu cama

5/11 © La Redoute

Un básico: las mesitas de noche

No pueden faltar, ni siquiera en dormitorios pequeños. Y es que hay muchas opciones al elegir la mesita de noche. Si necesitas más almacenaje, elige un modelo con cajones en los que guardar, por ejemplo, la ropa interior. Pero, si el espacio escasea, elige un modelo suspendido. Estas mesitas son ligeras, facilitan la limpieza y ofrecen suficiente superficie como para colocar un libro, las gafas o un vaso de agua. Van colgadas de la pared y podrás ponerla donde te convenga, según la altura de la cama. Y es que, sea como sea la mesita de noche que elijas, es fundamental que su altura sea similar a la de la cama, ni más alta, ni más baja. En el primer caso, evitarás golpes innecesarios y, en el segundo, será más accesible y cómoda.      

Leer: Las mejores mesitas de noche para dormitorios 'mini'

6/11 © Maisons du Monde

Lleva la luz a las mesitas de noche

Cuidar la luz en el dormitorio es muy importante para crear atmósferas cálidas, íntimas y acogedoras. Selecciona una lámpara de techo que proporcione luz general cuando entres y salgas de la habitación. Ahora, no descuides la elección de las lámparas de sobremesa, ya que ellas te ayudarán a crear un entorno cálido y agradable. Las de fibras naturales están en tendencia, aunque siempre puedes decantarte por un modelo clásico, con pantalla, que no pase de moda. En dormitorios pequeños, los apliques de pared o las lámparas suspendidas son estilosas y una opción original que te ofrecerá esa luz puntual que buscas tanto para leer como para crear un espacio acogedor. 

Leer: Luz en la mesita: más allá de las lámparas de sobremesa

7/11 © Westwing

Alfombras en el dormitorio: ¿cómo la coloco y cuál elijo?

Aunque a veces prescindamos de ellas, las alfombras son un básico en la decoración del dormitorio. Protegen la pisada, reducen el ruido, aíslan del frío y, lo mejor, decoran y aportan estilo. Los modelos de lana y algodón son los más adecuados, aunque también las de fibras son muy decorativas. Elige una alfombra lisa o bien con un estampado sencillo, de forma que no genere ruido visual. Las conocidas como alfombras bereberes o Beni Ouarain son perfectas para conseguir ese toque acogedor y cálido que andas buscando. Pero, ¿cómo ponerla? Tienes varias opciones. Lo ideal es que proteja la pisada al levantarte de la cama, por lo que colocar 2 alfombras a sendos lados es una de las opciones más habituales. Otra opción, si el dormitorio es grande, es colocar una gran alfombra que rebase por los laterales y los pies. También puedes colocar una a los pies de la cama –la mejor alternativa para dormitorios pequeños–. 

Leer: Alfombras en el dormitorio ¡Descubre cómo usarlas a tu favor!

8/11 © IKEA

Privacidad y descanso: la importancia de las cortinas

El dormitorio es la estancia que pide más privacidad e intimidad. Por eso, colocar unas cortinas o un estor es fundamental. Pero, ¿qué cortinas son las más adecuadas? La mejor opción al elegir las cortinas para el dormitorio son unas tipo visillo, que dejen pasar la claridad y tamicen la luz, pero proporcionen un ambiente íntimo. Ahora, si te gusta que no entre ni un resquicio de luz por las mañanas, elige dobles cortinas. Primero pon un visillo que tamice la luz y que eviten el paso de miradas indiscretas. Después, elige otras de un tejido más grueso que impida del paso de la luz. 

En cambio, en dormitorios pequeños o ventanas a media altura, los estores son una buenísima opción. No ocupan nada y son muy modernos y decorativos. ¿Que quieres más volumen? Combina un estor con cortinas pesadas a ambos lados. ¡Verás qué efecto!  

Leer: Errores y aciertos al vestir las ventanas (lo que debes hacer y evitar)

9/11 © Westwing

Decora las paredes del dormitorio

No dejes las paredes de tu dormitorio desnudas. Tampoco las abarrotes de cuadros y adornos. La virtud está en el término medio. Si no sabes dónde poner los adornos, hazlo al menos en la pared del cabecero. Un espejo ampliará el espacio, pero también puedes decantarte por una pareja de cuadros o una composición de una misma serie. Elige láminas que reproduzcan la misma gama cromática que el resto de la decoración y potenciarás la unidad. 

Leer: Paredes decoradas con piezas originales

10/11 © IKEA

Textiles gustosos y de calidad

Nada hará más acogedor tu dormitorio que una ropa de cama que invite al descanso. En cuanto al material, decántate por tejidos naturales como el algodón o el lino. Cierto que se arrugan más, pero traspiran mejor, lo cual terminará beneficiando tu sueño. Las sábanas blancas son sinónimo de limpieza. Si te gusta esa sensación, elígelas de este color o con pequeños motivos. Y, para la funda del edredón y los cojines, tienes más libertad. Será lo que más destacará en la habitación, así que elige modelos que combinen con el resto de la decoración en cuanto a tonos y estilo y no fallarás. 

Leer: Así se logra el 'bed styling' ideal

11/11 © La Redoute

Encuentra la comodidad en una butaca

Añade un mueble en el que sentarte cómodamente para calzarte y descalzarte, si las dimensiones lo permiten. Así, incluye en la decoración un banco a pie de cama o una butaca ligera. Si eliges un modelo con un asiento bajo y sin reposabrazos, a modo de las antiguas descalzadoras, el efecto será acogedor y decorativo. Además te servirá para que haga las funciones de un galán de noche y poder dejar preparada la ropa para el día siguiente. Ahora, ¡no la uses para amontonar la ropa! No hay nada menos decorativo que un dormitorio en el que no reine el orden.  

Leer: Butacas: mucho más que un mueble para decorar el salón

Más sobre: