Hillside Sanctuary es una casa de campo en la que exprimir el buen tiempo y disfrutar del paisaje nevado en pleno invierno. Un refugio situado en las islas de San Juan, en Washington (EE. UU.), diseñado por el estudio de arquitectura Hoedemaker Pfeiffer en un perfecto y acogedor estilo rústico actualizado.
En contacto continuo con la naturaleza
Esta casa de campo y el anexo diseñado como casas de huéspedes lucen una arquitectura de líneas rectas, adaptada al desnivel o características del terreno. El diseño moderno combina revestimientos en piedra y madera para integrarse perfectamente en el entorno, un frondoso bosque que termina en un lago. Toda la arquitectura se basa en el aprovechamiento de la luz y de las vistas, como si se tratara de un santuario en el que encontrar la calma y el sosiego a través de las vistas circundantes. Para ello, en la casa principal, laterales y fachada trasera cuentan con cristaleras que hacen que cada estancia se pierda en el horizonte. Y en la casa de huéspedes los ventanales también tienen un peso importante en el diseño exterior.
¿De dónde parte el proyecto?
El equipo de diseño de Hoedemaker Pfeiffer concibió esta casa de campo como "una serie de volúmenes de piedra simples que crecen naturalmente desde su entorno accidentado". El proyecto contempla una casa principal y una de huéspedes que se alejan del tradicional estilo rústico sin perder la esencia de las casas de campo.
Precisamente, el proyecto comenzó con el deseo del propietario de "construir un retiro personal inspirado en una casa perdida en las colinas de los Apalaches". El estudio de arquitectura le dio una vuelta al concepto a través de una arquitectura sencilla.
La estancia principal, un salón típico para un entorno campestre
El salón ocupa una zona de un espacio compartido y diáfano en el que se organizan el estar, el comedor y la cocina con una zona de office. Todos los ambientes gozan de luz natural y vistas a través de los amplísimos ventanales a modo de vidrieras que recorren la fachada y que se abren a una terraza de generosas dimensiones suspendida sobre los árboles y con vistas al lago.
El estilo de la decoración en el interior encuentra la inspiración en el estilo rústico y campestre pero en una línea actual, ligeramente modernizada. Por supuesto. los colores y materiales utilizados son los típicos -madera, piedra, cuero y tejidos gruesos-, pero las líneas se mantienen atemporales. En el salón destaca precisamente la pared principal revestida en piedra y en la que se integran la chimenea, una estantería y un hueco para almacenar la leña.
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El comedor de la casa de campo ¡qué vistas!
El comedor parece flotar entre los árboles grancias al "saliente" de la casa en el que se ubica. Realizado todo con paredes de vidrio y flotante por la arquitectura, el comedor de esta casa de campo se mete entre los árboles, creando este espectacular efecto. Su decoración responde a un estilo rústico naïf con una larga mesa de madera y sillas de colores.
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Una cocina con 'office' para todos los días
Junto al salón, la cocina es un espacio para compartir y hacer vida en él más allá de cocinar. La luz se cuela a raudales y el mobiliario se adapta a la construcción para no restar espacio a los ventanales. Así, los muebles se organizan en forma de L con un frente de muebles altos en el que se integran los electrodomésticos y otro frente más ligero con muebles bajos y solo un espacio central con estantes, coincidiendo con la zona de cocción. Se ha usado la madera para revestir los módulos y se combina con un frente en gris -imitación cemento- que enlaza con el tono ceniza de la madera del suelo.
La cocina se completa con un banco de obra adosado al ventanal y un comedor de diario con una mesa en madera de línea clásica, bancos y un par de sillas en cuero tono caldera, la nota de color.
Salón, cocina y comedor, todo encaja
En esta imagen se aprecia la sensación que se tiene desde el interior de la casa principal hacia el exterior. La cristalera es un diseño con barrotillo en madera que encaja en el estilo. Los muebles de cocina, distribuidos con zona de cocción y fregadero (este ya delante de una ventana) se rematan en ángulo con un banco a medida delalante de la cristalera, un lugar perfecto para leer o relajarse mientras se acompaña con la conversación a quien prepara la cena. Esta toma permite apreciar también que las dimensiones del espacio no son exageradamente generosas y, sin embargo, la adecuada aelección del mobiliario hace que todas las piezas encajen. Entre estar y cocina se abren varias puertas batientes hacia la terraza.
El interesante juego de revestimientos
Aunque en el interior predominan solo dos tonalidades (la natural y suave de la madera y el color ceniza del suelo, similar al de la piedra usada para revestir tanto la pared de la chimenea como las fachadas exteriores), la decoración se siente más fresca y luminosa gracias a la luz natural y a los demás colores que se cuelan por los ventanales. Además, aparecen discretas notas de color (como el rojo de las butacas del comedor de diario o el azul del sofá del salón) y todo encaja. Merece la pena prestar atención al techo, también revestido con madera y viguería a la vista.
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Paredes en madera
Las paredes de esta casa de campo se revisten con listones de madera, que decoran y aíslan. El tono varía según los ambientes de la vivienda. En la cocina adquiere un tono grisáceo que destaca respecto al acabado natural del mobiliario. En este frente, se integra en la pared el módulo de almacenaje en el que también se integra el frigorífico.
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Una cena al aire libre
Esta es la imagen que se tiene desde la terraza cuando atardece. Aquí se aprecia, además, al fondo de la imagen, la casa de los invitados en una zona más baja respecto a la vivienda principal. La iluminación interior es sugerente y cálida para que por la noche, con las luces encendidas, las casas sean como un faro en la oscuridad del bosque que no llegue a romper el sosiego de la naturaleza.
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El dormitorio de una casa de campo, totalmente en calma
Por su decoración en tonos neutros y suaves, el predominio de la madera y, en este caso, por la conexión con el exterior que crean los ventanales. La sensación de apertura es total, tanto a través de las cristaleras fijas como por las puertas que se abren a las terrazas voladizas. Tambén en este ambiente se ha creado un banco de obra debajo de una de las cristaleras que, además de aprovechar el espario y crear una coqueta zona de lectura y contemplación, aporta espacio de almacén con cajones inferiores.
Zona de vestidor dentro del dormitorio principal
Esta casa de campo está equipada con todo detalle. En el dormitorio la zona de vestidor queda integrada en la zona de descando pero delimitada con un panel de listones verticales abierto. Los armarios cuentan con puertas lisas en madera con tiradores en color negro. Entre el biombo delimitador y los armarios, un banco volado que sirve de apoyo para dejar la ropa o como descalzadera.
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Con continuidad y un efecto muy decorativo
Este es un detalle del encuentro entre el suelo (madera grisáceo que potencia la continuidad entre ambientes) y el actual biombo de madera creado a medida de suelo a techo con listones de madera en vertical. Este elemento delimita el dormitorio y concede cierta privacidad cuando se sale del baño a la zona de vestidor para localizar la ropa ya que justo frente a los armarios el interior de la habitación queda expuesto por el amplísimo ventanal de fachada.
Con bañera y zona de ducha. Un baño de campo contemporáneo
El cuarto de baño principal de esta casa de campo resulta actual y contemporáneo por el estilo de las griferías, sanitarios y revestimientos elegidos. Aquí predomina el color grisáceo -imitación cemento- de azulejos de pared (en maxi formato sin juntas) y suelo (tipo malla en pequeñas piezas cuadrdas), en contraste con el acabado del mueble y de una de las paredes, en madera natural y tono crema, respectivamente.
La ducha es un espacio abierto sin mampara que cuenta con un banco de obra y hornacinas en la pared en las que organizar los botes. Destaca también la bañera exenta en blanco.
Una casa de invitados de ensueño
Cuando las vistas son imponentes merece la pena abrir el interior al exterior y potenciar la continuidad de los espacios. Esta terraza es perfecta para usarse todo el año. Y es que la casa de invitados que se encuentra en un módulo junto a la casa principal mantiene el mismo estilo decorativo y las mismas premisas de comodidad y sencillez.
El arquitecto trabajó aquí el concepto de conexión con el exterior como en la casa de campo principal a través de un cerramiento que permitiera una apertura completa con un sistema tipo fuelle que recoge las hojas en un lateral (al mismo tiempo era fundamental garantizar el aislamiento total para proteger el interior del frío). ¿Quieres más ideas para decorar salones rústicos con mucho encanto? Clica aquí.
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Con cocina propia
La casa de invitados también cuenta con una cocina abierta al salón para que los huéspedes puedan hacer vida independiente de los propietarios. Esta cocina se organiza en varios frentes y cuenta con una isla que acoge el fregadero y que prolonga su encimera como barra con taburetes. Los muebles en madera en tono natural son el mismo modelo que los usados en la casa principal, combinados con encimera en gris.
La pequeña casa de campo desde el exterior
Así se ve el módulo de invitados por fuera, una casa de campo completa pero de menores dimensiones que su "hermana mayor" que se ve al fondo a la derecha en esta imagen. Si después de ver este reportaje, necesitas ideas para dar un nuevo aire a tu casa de campo para que sea tan cómoda (y bonita) como la de la ciudad, te ayudarán las claves que se recogen en este artículo.