1. Un rayo de luz
“Tengo, tengo una cocina blanca…”, como cantó Juanes en su concierto de la gala Starlite, pero sustituyendo su ya 'deslucida' camisa negra (los años no perdonan ni siquiera a una canción tan popular) por la cocina. Porque, sin duda, son las más deseadas ya que no pasan de moda, pueden convivir con varios estilos y admiten combinaciones con otros materiales y colores. Sin olvidar, que el blanco es un aliado de la falta de metros, por lo que no habrá casa, ni siquiera pequeña que no se la pueda permitir. En esta propuesta de Bulthaup, el blanco de los muebles, la encimera, las paredes y el suelo se alía con la luz que entra por las ventanas.
2. La unión hace la fuerza
Eso es lo que le ocurre al blanco cuando se junta con la madera, especialmente con la de tonalidad clara. Con esta relación, ganarás en calidez y en sensación de hogar, recuperando la cocina el lugar como centro neurálgico de la casa. El pavimento porcelánico, Piacentina de Roca, refuerza aún más esa unión.
3. Un toque moderno
Porque, aunque es un color que ha acompañado a la cocina desde el principio, lo cierto es que, como el buen vino, envejece con dignidad y sin perder fuerza visual. Por eso, es capaz de integrarse en un estilo rústico, pero también en uno moderno. Las formas sencillas y limpias se encuentran cómodas vistiendo de blanco. Propuesta de Euromobil.
4. Territorio neutral
El color blanco crea una base neutra, que permite que complementos y accesorios adquieran protagonismo y brillen con luz propia. En esta propuesta de Scavolini, la encimera, el antepecho, los útiles, los adornos y las lámparas se convierten en secundarios de excepción, aportando a la estancia personalidad y fuerza visual.
5. Color conciliador e integrador
Solo tienes que echar un vistazo a esta propuesta de Scandola Mobili para comprobar su capacidad para unir e integrar espacios. El blanco actúa como comodín, permitiendo que la cocina se abra sin complejos al resto de la casa, logrando unificar estancias. Eso sí, para que no pierda su identidad, diluyéndose por la fuerza del resto de estnacias, usa un pavimento o un revestimiento original, que acapare las miradas a esa parte de la vivienda.
6. Limpieza visual
Y de la otra. Es lo que tiene el color blanco. Eso sí, sea cual sea tu elección es importante, tal y como recomienda la Asociación de Mobiliario de Cocina (AMC), “que los materiales sean higiénicos (no desprendan sustancias nocivas y puedan estar en contacto con los alimentos), fáciles de limpiar, impermeables y ligeros. Además, resistentes a altas temperaturas y los rayos UV, así como al rayado y la abrasión”. Propuesta de Leicht, perteneciente a la colección 2019.
7. Para hacer crecer los metros
Usar colores claros es una de las normas del manual de ‘pocos metros’, que todo interiorista (profesional o amateur) debe tener en cuenta. En esta propuesta de Norsu Interiors, además, se combina con gris (un tono siempre elegante y favorecedor) y pone en práctica otros trucos, como no elevar la altura de los muebles superiores hasta el techo o jugar con los módulos abiertos y cerrados.
8. Juego de contrastes
El blanco y negro es una de las combinaciones decorativas más efectivas, capaz de levantar cualquier look por anodino y neutro que sea. La clave de este damero, cocina Pure de SieMatic, se encuentra en el contraste no solo de colores sino también de materiales (madera, laca y piedra) y acabados (mate y brillo), composiciones que consiguen un espacio acogedor, lleno de estilo.
9. Aliado del estilo rústico
Y del moderno, como señalábamos antes. Es lo que tiene ser neutral en un mundo fragmentado. En esta propuesta, con aire campestre de Leroy Merlin, se encuentra como pez en el agua, entre encimeras de granito, suelos de madera, paredes de azulejo, campana ‘vintage’ y tiradores en forma de concha.
10. Sin miedo a la mezcla
Ni al fracaso. El blanco, a pesar de vivir en el anonimato, es un color lleno de posibilidades. Se dice que hay unas 32 tonalidades de este color, que van desde el roto, al huevo, al nieve o el marfil y el perla. Opciones que te permiten no solo combinar con éxito tonos sino también estilos y tendencias distintas. Propuesta de House Doctor.
11. En clave personal
Las cocinas en blanco nunca pasan de moda, pero, para no caer en el aburrimiento, cada cierto tiempo prueba a cambiar los accesorios, pintar de un color atrevido algunas de las piezas o destacar una de las paredes con pintura o, como en este caso, con un vinilo decorativo. De tenvinilo.com
12. Efectos terapéuticos
Su limpieza, su capacidad para llevar la luz a los rincones y multiplicar los metros poseen grandes beneficios, tanto para los espacios como para nuestro estado de ánimo. Una cocina blanca, bien aderezada con plantas, suelo de madera y complementos cálidos, es siempre una buena opción, si quieres que tu casa respire felicidad y transmita buenas vibraciones. Esta es de Bulthaup.