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Plantas de boj

Paisajismo

8 motivos para diseñar un jardín verde sin flores: una apuesta sostenible y consciente

Espacios exteriores llenos de texturas y serenidad natural gracias a las plantas de follaje que destacan las piezas de decoración. Además, ahorran tiempo en sus cuidados. Descubre todos los argumentos a favor de estos jardines sobrios pero llenos de vida.


14 de mayo de 2025 - 14:18 CEST

Nos encanta la primavera y su estallido de flores, ¿pero alguna vez has pensado en un jardín sin flores, centrado solo en el follaje? Aunque suene extraño al principio, hay muchas razones para considerarlo, y sí, varias de ellas son estéticas. 

Un jardín sin flores puede integrarse de forma armoniosa con el entorno y, además, ser una opción más sostenible. Porque un espacio verde sin flores no significa que esté falto de vida o de color. Te contamos por qué.

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Aspidistra en un jardín, a la sombra del árbol detrás del banco© William A. Morgan / Adobe Stock

1. Follaje sin flores: alivio para las alergias 

Las alergias estacionales, especialmente las respiratorias causadas por el polen, afectan a millones de personas cada año, y su prevalencia no deja de aumentar. Muchas de las plantas con flores que se utilizan en jardinería ornamental son productoras intensivas de polen. Apostar por un entorno donde predomine el follaje permite disfrutar de un espacio verde sin comprometer la calidad del aire ni agravar las afecciones alérgicas. No obstante, debes tener en cuenta que hay flores que puedes cultivar aunque en la familia algún miembro tenga alergia al polen, tales como las rosas o las hortensias.

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Jardín con coníferas y verde© Adobe Stock

2. Diseño inteligente contra plagas

Las flores, por su colorido y aroma, suelen atraer una amplia variedad de insectos polinizadores, pero también a especies menos deseadas, como pulgones o trips, que pueden convertirse rápidamente en plagas persistentes. Esta presencia obliga a muchos jardineros a utilizar insecticidas o fungicidas, productos que no solo alteran el equilibrio natural del jardín, sino que también son perjudiciales para la salud humana y la del ecosistema.

Optar por un jardín de follaje minimiza estos riegos pues, al no haber flores que actúen como reclamo, los insectos dañinos encuentran menos estímulos para instalarse en el entorno. 

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Jardín en otoño, con plantas que otoñean© Adobe Stock

3. Plantas que se nutren con menos

En un jardín tradicional, muchas plantas de flor requieren suelos especialmente ricos en nutrientes para desarrollar floraciones intensas. Esto no solo exige un aporte constante de abono, sino que además puede generar competencia entre especies, provocando que unas absorban los recursos que otras necesitan para sobrevivir. Este desequilibrio limita la convivencia armónica entre plantas e incluso puede llevar a la muerte de algunas. En cambio, un jardín basado en el follaje permite una mejor convivencia vegetal. Muchas especies de hoja tienen requerimientos nutricionales moderados y pueden coexistir sin rivalidades.

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poda jardín otoño © Adobe Stock

4. Jardines para personas con vidas ocupadas

No todos disponen del tiempo necesario para dedicar al cuidado de un jardín exigente. Las plantas de flor demandan atención constante. Para comenzar ya hemos comentado en el punto anterior el abonado, pero con sus ciclos continuos de floración y marchitamiento, también hay que realizar otras tareas como retirada de flores secas, podas regulares… 

Las familias que buscan un espacio verde sin tantas obligaciones, sin duda, deben optar por jardines verdes. Muchas plantas de hoja perenne conservan su aspecto durante todo el año y requieren únicamente riegos moderados y alguna poda ocasional para conservar su forma. Fácil de cuidar, ¿verdad?

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Ágave en un jardín seco© iStock

5. Ahorro de agua de riego

El cambio climático y la sequía prolongada han puesto en el centro del debate el consumo de agua en jardinería. Las flores, especialmente en climas cálidos, demandan un riego frecuente para mantenerse frescas y vistosas

En contraposición, muchas plantas sin flor son más adaptables y tolerantes a condiciones de escasez hídrica. ¿Ejemplos? Las suculentas, los helechos, las gramíneas resistentes, las coníferas o los arbustos perennes. 

Por lo general cultivar especies autóctonas y resistentes a la sequía siempre será la mejor opción cuando se busca un jardín con pocos requerimientos hídricos. Fijarse la vegetación silvestre que existe en la zona es una buena guía para acertar. Así, se diseña un jardín responsable que respeta el medio ambiente y no gasta ni una gota de más de agua, un recurso escaso y valioso.

Otro ejercicio necesario pensando en la ecología consiste en reducir las grandes extensiones de césped y potenciar otros tapizantes alternativos que requieran menos riego.  

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Boj en el jardín© Adobe Stock

6. Verde terapéutico

En la naturaleza /salvo en zonas muy áridas pobladas por arena o heladas) encontrar color aparte del verde es algo excepcional y, de hecho, los espacios exteriores con predominancia de tonos verdes contribuyen a reducir el estrés, favorecer la concentración y mejorar el estado de ánimo. Un jardín sin flores, al carecer de estímulos cromáticos excesivos, actúa como un refugio visual que invita a la calma y la introspección.

Estos espacios invitan al sosiego del alma y al reencuentro con uno mismo. Son rincones pensados para entregarse a la serenidad del yoga, perderse entre las páginas de un buen libro, meditar en silencio o, simplemente, dejar que el tiempo fluya sin prisa, lejos del bullicio y la velocidad que nos impone la vida cotidiana. Resérvate una zona tranquila y hazla tu refugio de calma y bienestar.

 
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Fondo verde y mobiliario de exterior estiloso© Bonacina

7. Plantas que realzan la decoración

Otro de los grandes valores del jardín sin flores es su capacidad para armonizar con una amplia gama de elementos decorativos sin generar estridencias visuales. En los jardines tradicionales, las flores imponen su protagonismo cromático durante su época de floración, lo que puede chocar con mobiliario, estatuas y esculturas, fuentes de agua, senderos intrigantes… En cambio, un entorno centrado en el follaje permite destacar con elegancia cada pieza decorativa, sin robar protagonismo al resto de elementos del diseño.

El verde actúa como telón de fondo neutro al que incorporar decoraciones de exterior tanto a estilos clásicos o rústicos como modernos y hasta minimalista. En la propuesta, se aprecian piezas de la colección 'Luca', diseñada por Francis Sultana para Bonacina. Esta línea refleja una estética contemporánea que fusiona la tradición artesanal con estéticas modernas y materiales innovadores, como fibras sintéticas reciclables y resistentes a la intemperie.

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Planta de exterior coprosma© Adobe Stock

8. Jardines sin flores (también) vibrantes

Prescindir de flores no significa anclarse en el verde o un ambiente exterior aburrido. Existen infinidad de plantas con hojas decorativas que aportan texturas sorprendentes y gamas cromáticas tan ricas como inesperadas. Desde los tonos berenjena o azulados hasta los plateados, dorados o verdes con vetas crema, el mundo del follaje ofrece una paleta tan expresiva como sofisticada. Las hojas variegadas, con rayas, motas o bordes contrastados, suman interés visual sin necesidad de floración.

Además, muchas de estas plantas tienen características únicas que transforman el jardín en un espectáculo sensorial: superficies aterciopeladas, formas acintadas, volúmenes arquitectónicos o movimientos suaves al viento, especialmente si se incluyen gramíneas ornamentales. Así, el jardín sin flores puede resultar igual de dinámico y atractivo que uno lleno de pétalos

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Láminas de agua en un jardín verde© Ábaton

Sí, implica una menor biodiversidad, pero hay estrategias para compensar la falta de flores

Es innegable: la ausencia de flores en el jardín puede reducir la biodiversidad animal si no se toman medidas complementarias. Sin embargo, un jardín sin flores no tiene por qué ser hostil con la fauna silvestre. De hecho, puede convertirse en un pequeño ecosistema si se diseña con intención.

Incorporar láminas de agua o bebederos permite que aves e insectos encuentren puntos de hidratación. Asimismo, conviene instalar refugios naturales, como troncos secos o cajas nido y ofrecer sombra, escondite y zonas de anidación. Por ejemplo, las plantas de hoja densa habitualmente sirven como cobijo. 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.