1/10No nos extraña que se considere como una auténtica 'aspirina natural' porque la naranja es una de las grandes aliadas de nuestra salud. A eso se suma el enorme potencial de esta fruta en la cocina, ¿y qué más se le puede pedir a esta reina de los cítricos?
Es una de las fuentes de vitamina C por excelencia -también de tiamina y ácido fólico, otras dos vitaminas esenciales para el sistema nervioso- y un ingrediente que nos ayuda a mantener nuestras defensas bien altas y a fortalecer nuestro sistema inmunológico. Destaca por su gran cantidad de agua, un escaso aporte calórico (en fresco, 45 calorías por cada 100 gramos) y gran contenido en fibra. Además, posee propiedades antioxidantes y ayuda a mejorar la absorción de hierro, calcio y fósforo.
Originaria de Extremo Oriente, los árabes la introdujeron en Europa a través de España y posteriormente llegó a América. El árbol más abundante es el naranjo dulce, que da variedades como Navel, Valencia late o tardía, Salustiana, Sanguina y Sevillana.
Sus toques entre dulces y ácidos y, en ocasiones y dependiendo de la variedad, amargos, convierten a la naranja en uno de los ingredientes más atractivos para cocinar.
Es el momento ideal para aprovechar todo el potencial de la naranja en esta época en la que necesitamos subir el nivel de nuestras defensas para prevenir resfriados y otras enfermedades asociadas al invierno y al frío. Por eso, queremos mostrarte cómo la cocinamos de varias maneras distintas, tanto dulces como saladas.
No nos extraña que se considere como una auténtica 'aspirina natural' porque la naranja es una de las grandes aliadas de nuestra salud. A eso se suma el enorme potencial de esta fruta en la cocina, ¿y qué más se le puede pedir a esta reina de los cítricos?
Beneficios de la naranja
Es una de las fuentes de vitamina C por excelencia -también de tiamina y ácido fólico, otras dos vitaminas esenciales para el sistema nervioso- y un ingrediente que nos ayuda a mantener nuestras defensas bien altas y a fortalecer nuestro sistema inmunológico. Destaca por su gran cantidad de agua, un escaso aporte calórico (en fresco, 45 calorías por cada 100 gramos) y gran contenido en fibra. Además, posee propiedades antioxidantes y ayuda a mejorar la absorción de hierro, calcio y fósforo.
La naranja en la cocina
Originaria de Extremo Oriente, los árabes la introdujeron en Europa a través de España y posteriormente llegó a América. El árbol más abundante es el naranjo dulce, que da variedades como Navel, Valencia late o tardía, Salustiana, Sanguina y Sevillana.
Sus toques entre dulces y ácidos y, en ocasiones y dependiendo de la variedad, amargos, convierten a la naranja en uno de los ingredientes más atractivos para cocinar.
Es el momento ideal para aprovechar todo el potencial de la naranja en esta época en la que necesitamos subir el nivel de nuestras defensas para prevenir resfriados y otras enfermedades asociadas al invierno y al frío. Por eso, queremos mostrarte cómo la cocinamos de varias maneras distintas, tanto dulces como saladas.