Si existe un producto cosmético en el que ha habido avances espectaculares éste es, sin duda, el fondo de maquillaje.
Si en el pasado eran obviamente visibles, hace ya años que se transformaron en velos ligeros y delicados que se fundían con la piel y que mejoraban la tez como por ensalmo. El siguiente paso era previsible: además de unificar la tez, mejorar el color y ser muy ligeras, las nuevas bases de maquillaje son, además, tratantes, ofreciendo un beneficio doble.
¿Qué se le debe pedir a una base de maquillaje?
Una acción hidratante, incluso si es para pieles grasas. De esta forma, limitan la pérdida de agua transepidérmica.
Textura fundente. Es importante que sea ligera y se deslice con facilidad y suavidad sobre la piel, para que garantice una aspecto natural y no se noten líneas de demarcación.
Tonos naturales, que se fundan con el cutis para darle un aspecto natural.
Acción tratante: matificante para pieles grasas; equilibrante para cutis mixtos o hidratante para pieles secas o maduras.
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